Las Tunas.- La novena edición del Concurso Provincial de Danza Espacio y Movimiento volvió a reafirmar la intención de la Enseñanza Artística del territorio por revitalizar una manifestación que en la provincia, en los últimos años, se encuentra deprimida, en comparación con otras expresiones.
El teatro Tunas, aunque aún no ha reabierto oficialmente, acogió la cita, en la que estudiantes y profesores demostraron su talento. Una diversidad de géneros se apreció entre bambalinas, con intérpretes de diferentes edades. Pudimos observar, por ejemplo, la ternura infantil que dio vida a personajes que encarnaban juguetes, devenidos cuerpos danzantes, o asumían ser estrellas alrededor de la luna, con fantasía y dulzura inherentes.
También la policromía de nuestros orishas, protagonizados por estudiantes de la modalidad Instructor de Arte, acompañados en escena por los ritmos de la compañía de danza Onilé.
Por ese camino, resultó laureado con el tercer lugar en el género contemporáneo Evocación de razones, del coreógrafo Alejandro Ernesto Góngora Cecil y estudiantes de tercer año como intérpretes. El segundo lugar, en cambio, fue compartido por Epopeyas de una dama, de los coreógrafos Leonardo Lázaro Gómez Parada y Alejandro Ernesto Góngora Cecil e intérpretes de quinto año de la especialidad de Danza, junto con Ilusorio, del coreógrafo Leonard Guevara Nápoles y alumnos de cuarto año como intérpretes.
Por su parte, el tercer puesto en obras folclóricas fue para Rebelión, de las coreógrafas María Agüero y Yesenia Báez Suárez, con la ejecución de educandos de segundo y tercer años de la modalidad de Instructor de Arte. El segundo escaño, en cambio, lo logró La cumbia santeña, del coreógrafo Luis Orlando Parra Maltriato, que contó con la actuación de estudiantes de segundo año. Asimismo, el primer lugar en cuanto a género folklore popular lo mereció Los enanos y la muñeca de calenda, también del coreógrafo Luis Orlando e interpretado por estudiantes de quinto año.
Además, el apartado de mejor actuación femenina lo ganó Alejandra López Peña, de quinto año, mientras que la masculina la compartieron Arcel Antonio Martínez Acosta, de segundo año, y Leandro Ramírez Cartaya, de ese mismo año, pero de instructores de arte. Igualmente, en lo referente a vestuario compartieron la guirnalda Los enanos e Hijos de la Luna. Esta última cofradía, de hecho, conquistó también -por decisión del público- el Premio de la Popularidad. El Gran Premio del certamen correspondió por su parte a Clara, la danza que refleja el sueño de una niña por tener un amigo fiel con el que jugar, una coreografía de Alejandro Ernesto Góngora Cecil.
Otro momento especial del programa fue la entrega de un reconocimiento a Wilberto Alicio Kindelán, bailarín, maestro, coreógrafo y director de Onilé, a quien se dedicó la novena edición del concurso. Nurys Cantallops, directora de la escuela profesional de arte (EPA) El Cucalambé, expresó un sentido agradecimiento hacia este creador, que acumula casi cuatro décadas de vida artística. Asimismo, docentes de la EPA agasajaron a “Mami Nurys” por su empeño al frente del centro con la Condición Escudo y Espada de la Nación.