Las Tunas.- Conversar con Maritza Batista es encontrarse frente a una mujer límpida de alma, elocuente, con dicción exquisita y una mirada tierna, que traspasa todos los umbrales. A ella me unen recuerdos entrañables, como cuando daba mis primeros pasos dentro de las letras, hace más de 15 años, y junto al inolvidable Antonio Gutiérrez, quien fuera su esposo hasta la muerte y mi profesor, además, del taller literario Guillermo Vidal, me prestaba libros y regalaba consejos para desandar, lo mejor posible, por los fascinantes caminos de la palabra.
Por eso, saber que la actual edición de la Feria del Libro y la Literatura en Las Tunas se le dedica a ella, junto a Ernesto Carralero Bosch y Pablo Armando Fernández (este último en su 95 cumpleaños), me llena de regocijo. Confiesa que no lo esperaba y que hasta pensó no aceptar, pero “si se preocupan por hacerte un homenaje, solo nos resta agradecer”.
Sobre Maritza y su amplio palmarés mucho podría hablarse. Mencionar, por ejemplo, los más de 15 libros publicados, el dominio de varios géneros literarios, su hondura como docente e investigadora, su preocupación por la crítica y la promoción cultural, los múltiples lauros, entre los que figura el Premio Nacional Principito 2018 con su libro Gaby en París y otros viajes. Pero ella es mucho más, es una mujer-poesía que desanda la ciudad, como libro abierto, transmitiendo valores y enseñanzas.
- Maritza, ¿qué significa para ti la lectura?
Es un camino por recorrer y aprovechar. Te hace saber cómo puedes andar, cómo adquirir valores en la vida. De alguna manera, en cualquier género que sea, te va enseñando a diferenciar, desde lo ético y estético, cómo puede ser la vida, el mundo, un país o una localidad.
- ¿Qué aconsejas a las nuevas generaciones de escritores, especialmente a los que empiezan a recorrer este camino?
El primer consejo es que lean. Hay que leer, hay que buscar cuáles son los recursos con los que se puede hacer literatura, porque en determinados géneros se deben usar técnicas y recursos diferentes a otros. Por lo tanto, hay que saber hacia dónde uno se va a mover, por dónde quieres transitar, para buscar la lectura más apropiada en correspondencia con lo que quieras leer. Estar consciente de que tienes que saber sobre todo lo que existe, tanto desde el espacio en el que te encuentres como otros espacios que pueden estar cerca o muy lejanos.
Cualquier escritor tiene que ser primeramente un lector. Un lector, un buscador, un investigador, un estudioso de los grupos sociales, de las familias, de todo lo que puede componer el mundo, el universo, lo que ha compuesto Dios para los hombres y, por lo tanto, en ese mismo universo, tiene que moverse el creador.
- ¿Qué significa Las Tunas para Maritza?
Las Tunas ha sido la tierra que he acogido después de mi Villa Azul. Es el mundo que me ha hecho conocer una estructura diferente, además de localidades, sentimientos, valores…; que me ha hecho conocer la juventud y la niñez. Trabajar con niños, jóvenes, escritores, con el mundo mismo e, incluso, con tus vecinos, que también son parte del mundo en el que vivo y llevo a la literatura, eso representa Las Tunas, mi mundo.
- Que te hayan dedicado esta Feria debe ser una enorme alegría...
Bueno, la noticia realmente me sorprendió. A cualquiera puede dedicársele este evento, pues son muchos los escritores valiosos. Pero no te voy a negar que es gratificante que te reconozcan¸ eso quiere decir que he tenido cierto rumbo y ciertos logros que -a la vez- son logros de muchos otros escritores.
Es una sorpresa que tuve que asumir en un momento en el que pensé no asumirla y hasta -quizás- desecharla, pero si se preocupan por hacerte un homenaje, solo nos queda agradecer. En mi caso, agradezco a las amistades que me han acompañado, a mi hija y nieta, a Dios y a mi prima Maricela, que siempre ha estado conmigo en las buenas y las malas.
- Finalmente, ¿cuál sería para ti la Feria del Libro y la Literatura más idónea, qué no puede faltar en esa cita?
Lo que no le debe faltar es precisamente ser una voz promotora; ir a distintos lugares; estar en empresas, instituciones, barrios…; y llegar al público desde sus diferentes sensibilidades. Para que una feria tenga valor necesita unirse a la voz del pueblo, sentir esa voz y tenerla como propia.
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Y así vuelve la mujer con aroma de libros a recorrer esos caminos que le habitan, allí, muy dentro, en el corazón de todos sus desvelos. Nunca podría escribirse la historia de la literatura tunera sin mencionarla. Maritza es poesía encarnada, maravilla, mujer inspiradora y buena que merece, sencillamente, trascender.