Las Tunas.- Desde el año 2010 Narciso Pérez Torres visita el sistema de atención a la familia (SAF) El Ajiaco, ubicado en el reparto El Batey, en el municipio de Amancio. Es ciego, jubilado, no tiene familia y en ese espacio encuentra el abrazo de quienes lo reciben.
Lo mismo sucede con Silvio Estrada Zayas, quien es débil visual, vive en el reparto Quinto de esta propia localidad y en tiempos de lluvia se las ingenia para salir de casa y llegar hasta el SAF, porque es lo más cercano que tiene a una familia.
Nuestro Periódico recorrió este sureño territorio y supo de voz del director de Comercio en el municipio, Yosvany Arias Carmenate, que en El Ajiaco reciben un total de 72 comensales; antes el escenario no era tan acogedor, pero tomaron la decisión de cambiarlo porque sus visitantes lo merecían.
"Este SAF desde el 2024 se incluyó dentro de las instalaciones por rehabilitar, partiendo de la situación constructiva que tenía. Logramos hacer una obra con las comodidades que requiere este servicio. El restaurante y la cocina están en mejores condiciones y, por tanto, se perfecciona la calidad de la elaboración de los alimentos.
"Teniendo en cuenta la situación económica por la que atraviesa el país, se incluye aquí el desafío de mantener cinco platos en la atención a los comensales. Garantizamos arroz, potaje, vianda, ensalada y plato fuerte, este último solo lo ofertábamos en un momento del día, ahora lo hacemos en las dos comidas, además de refresco e infusión".
La experiencia del colectivo en esta faena hace que quienes lo visiten se sientan en casa. "Hay una estrecha relación entre todos porque se conocen desde hace mucho. Se tienen presentes las características individuales a la hora de atenderlos", expresa.
Yosvany asegura que cuentan con el apoyo de organismos como Salud, Cultura y la presencia constante de los trabajadores sociales; y han logrado insertar otras atenciones como barbería y peluquería sin costo alguno.
La remodelación de esta unidad fue posible gracias a un crédito bancario que excedió los cinco millones de pesos, ahora están en la misión de recuperarlo y para hacerlo ya tienen una solución.
PLAN B
Este servicio forma parte de la atención a personas en situación de vulnerabilidad; por tanto, no genera ingresos y los hizo buscar un plan B que sustente la inversión allí realizada.
"Hemos buscado alternativas los fines de semana de brindar servicio de restaurante, refiere el director de Comercio, en el que insertamos un grupo de secciones sindicales a las que se les atiende de manera diferenciada junto a sus familias con ofertas de comida, cerveza y algún momento cultural".
Pablo Vilá Bravo, administrador del SAF, señala que la búsqueda no es fácil. Por sus propios medios tienen que gestionar todo lo necesario para la elaboración porque deben garantizar los servicios de su objeto social; y agradece la sociedad con la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Mártires de Pino 3, que hace donativos de especias y ensaladas.
"Tenemos dos turnos, cada uno de tres trabajadores, con un salario fijo. Esta modalidad de los fines de semana nos ha permitido obtener ganancias en dos meses consecutivos. Al pertenecer a la unidad empresarial de base (UEB) Casa del Arroz, el balance contable se realiza de manera general y se reparten los ingresos entre todos".
La magia de mantener un espacio como este es complicada, aun en tiempos en los que reinventarnos ya forma parte de nuestro día a día. La gente de este SAF tiene las emociones a flor de piel, se sienten motivados y, sobre todo, miran este espacio como suyo. Son conscientes del lugar en el que trabajan, por eso su intento constante de ayudar a los que allí acuden a encontrar la calidez de un hogar.