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Las Tunas.- Los estudios relacionados con la Arqueología son ínfimos en Las Tunas, esta  provincia podría tener un caudal de información en este sentido, que se pierde por el paso del tiempo. 

Alberto Velázquez era apenas un jovencito cuando visitó, junto a otros apasionados por la historia, los predios de la Ciénaga de Birama. Fue de la mano del que recuerda ahora como uno de sus más valiosos profesores y eran las clases prácticas de la asignatura referida a esta ciencia. Aquel resultó un paseo memorable.

Todavía quedaban en aquellos parajes huellas evidentes de asentamientos aborígenes. Todos pudieron evaluar, de primera mano, lo que habían recibido en cada turno docente.

“Ahora –nos dice con cierto atisbo de nostalgia- no es así”. Y entonces, el doctor en Ciencias, que le habita desde hace dos décadas, habla más alto. “No hay que ir a la Sierrita, o a ningún lugar alejado.

“A veces con visitar una iglesia o ver los muros de nuestra ciudad, en los que existían murales que todavía están ahí, tapados con pintura, basta. Se pueden visitar asentamientos que existieron y hacer investigaciones. Todo intento es válido. Hay que acercar a los estudiantes a sus orígenes”.

ASIGNATURA PENDIENTE

La parte norte de la provincia de Las Tunas es la más favorecida del territorio en cuanto a sitios arqueológicos. Así lo demuestra la cuantía de los hallazgos que se han realizado en esa zona a lo largo del tiempo, mayormente en los municipios de Puerto Padre y Jesús Menéndez.

Y son notables los entusiastas que han dedicado sus ardores a esta ciencia, desde la afición más plena. No por gusto, muchas de las colecciones que se conservan en nuestros museos tienen el sello de Enrique José Villegas o de otros como él, con una marcada inclinación por estos menesteres.

Sin embargo, en la provincia, desde hace mucho, no se pueden hacer reconocimientos físicos de exploración y arqueología. Así lo declaró a 26 Digital la máster en Desarrollo Cultural, Tania Fernández Cervantes, directora del Grupo Técnico de Monumentos en Las Tunas. Explicó que el nuestro es de los pocos territorios cubanos que no cuenta con expertos acreditados para estos fines.

“Estamos tratando, hace ya tiempo, de conseguir revertir esta situación. Los esfuerzos se han hecho mayores desde que en el municipio de Jesús Menéndez se encontró una vasija que, se piensa, tenga un valor arqueológico sumamente importante.

“La manera en que encuentran los elementos en ella nos dicen –al menos así lo han declarado los expertos del centro y occidente del país que la han valorado- que está dedicada a un Dios de la fertilidad.

“La vasija sube volumen, altura. Y eso es algo que no se ha encontrado en ninguna otra similar de las halladas en el país hasta ahora, casi todas planas u ovaladas.

“Eso hace suponer a los expertos consultados que está directamente asociada al momento en que ya los españoles llegan a Cuba y comienzan a relacionarse con los indios, porque es la etapa en que les dieron los instrumentos de trabajo, que son imprescindibles para poder hacer algo como eso.

“Sabemos que todavía quedan objetos así de apasionantes en nuestra demarcación; pero sin profesionales aquí es todo muy complejo”.

 Otra realidad triste es que tampoco hemos podido explorar y verificar en nuestras costas la existencia de arte rupestre. Aunque estemos tan cerca de Holguín y de Camagüey (ambos territorios tienen).

“Nos estamos trazando tareas para revertir este panorama, pero son muy lentas. Porque todo eso requiere de un presupuesto y, además, el adiestramiento del recurso humano. Desde el año pasado estamos enfrascados en agilizar los procesos. Nos hemos insertado más con la Universidad de Las Tunas y también con otras instituciones afines en estos temas. Queremos que sus investigadores y también los estudiantes, se vinculen más con estas temáticas.

“Tratar de trabajar juntos para aportar un conocimiento a la provincia que se vuelva la recuperación del patrimonio arqueológico y la conservación.

“El país tiene muy buenas intenciones en todo lo que se refiere a apoyarnos. Nos dieron cuatro plazas en un curso de adiestramiento que debe durar un año en Holguín, para poder comenzar los trabajos aquí cuando ese personal tenga le conocimiento necesario y los avales requeridos; pero, llegó la Covid-19 y eso se detuvo.

“Se reanudará al pasar esta pandemia y esas cuatro personas irán también al centro y al occidente del país para tener una formación más completa. Eso parece siempre, pero es vital.

“No solo por lo importante de la buena capacitación en estos temas, sino porque existe una lista de quienes forman parte de la Comisión Nacional de Arqueología. Y esas son las únicas personas autorizadas en el país para hacer trabajos en tal sentido. En Las Tunas nadie ostenta esa categoría.

“La idea es ir aprendiendo, ver lo que nos falta y encauzarnos. Inicialmente comenzaríamos con muy pocas personas. Pero es necesario arrancar ya. Porque el cambio climático y la mano del hombre siguen causando transformaciones al medio ambiente. Y esos cambios se concretan, en no pocas ocasiones, en sitios de gran valía arqueológica.”

 UN PUNTO DE PARTIDA

arqueologia tunas22039El pasado 17 de septiembre se celebró el Día del Arqueólogo cubano, y en Las Tunas un grupo de 15 personas se dieron cita en el Museo Provincial para, además de reconocer lo importante de la fecha, dar pasos sólidos en aras de comenzar los estudios sobre estos temas.

Juntos "rumiaron" algunas nostalgias. Destacaron sitios como Manatí, con una zona considerada arqueológica de la etapa colonial (antiguo embarcadero) y dejaron inaugurada una pequeña exposición con parte de las colecciones de la casa natal del Mayor General  Vicente García González.

En ese sitio, declarado Monumento Nacional en el año 1982, se han encontrado desde cucharas, tenedores y clavos hasta un pomo de perfume de la época, en muy buen estado de conservación. Y todo, en medio de las distintas reparaciones a que ha sido sometida la casona.

Destacaron en el encuentro las intervenciones de los doctores en Ciencias Roberto Fernández y Guillermo Montero. El uno, voz del Centro de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Las Tunas (Cpult) sobre la Arqueología como ciencia auxiliar en la enseñanza de la historia y en la labor educativa. El otro, presidente de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (Unhic) sobre la importancia de estos estudios del contexto aborigen y arqueológico cubano.

Mientras el licenciado Ricardo Ávalos, responsable del Registro Provincial de Bienes Patrimoniales, con la sapiencia que da el trabajo de una vida entera, intervino sobre cómo la arqueología puede formar parte de los procesos socioculturales en las comunidades y desde ellos, protegerlos.

Fue, a todas luces, una jornada fructífera. Sobre todo porque se escucharon enconadas voces jóvenes y sólidos criterios de investigación. Y, además, porque la estrategia de los expertos en la provincia parece ser la de sumar saberes, indagaciones y energías.

Anunciaron que el año próximo, para estas mismas fechas, tendrán un evento similar y esperan mantenerlo como punto de encuentro por mucho tiempo más. Hace falta un empuje entre todos.

Falta difusión de lo que ya se ha conquistado y nadie puede cansarse de enamorar a los más bisoños de esta ciencia; es la que mejor nos ayuda a interpretar las civilizaciones antiguas a través de los monumentos, las obras de arte, los utensilios y los documentos que de ellas se han conservado hasta la actualidad.

Debajo de nuestros espacios, en el subsuelo mismo o bajo el agua, muy cerca de nosotros, están las huellas de quienes, años antes, nos han permitido llegar hasta aquí. Este es tema para atender con tino y constancia. Las miradas, en Las Tunas, parecen enrumbarse en tal sentido. Ojalá se concrete tanto sueño.