Caracas.- ¿En Tribuna de La Habana o periódico 26?, le pregunté en tono jocoso, y respondió rápido, sin titubeos: “En el '26'" y es que a la doctora Deisy Mesa Peña la unen a Las Tunas sentimientos que no oculta, a pesar de que La Habana le abrió un mundo más amplio de oportunidades profesionales y nuevas amistades.
Vivió hasta su graduación en el poblado de Las Parras, municipio de Majibacoa, donde todavía residen su mamá, el papá y el hermano, pues el resto de la familia es de Holguín, “pero nunca voy a olvidar a Las Tunas, porque ha sido todo para mí. Allí me hice doctora, tengo muy buenos amigos de la infancia. Las raíces no se niegan y voy de visita con frecuencia, siempre que el trabajo lo permite”.
VOCACIÓN INTERNACIONALISTA
Después de concluir los estudios universitarios (2009), en la entonces facultad de ciencias médicas Zoilo Mariello, comenzó su vida laboral en el policlínico Gustavo Aldereguía, pero su vocación de servicios la llevó a otras latitudes.
Con 35 años de edad y 11 de graduada anda ya por su tercera misión internacionalista, una en Bolivia y dos en Venezuela, como expresión de que las jóvenes generaciones de cubanos dan continuidad a los principios solidarios cultivados por sus padres fundadores y la Revolución.
-¿Qué han significado estás experiencias?
Me han permitido crecer como profesional, admirar y amar todavía más la obra de nuestra Revolución, me han convertido en mejor ser humano, mucho más sensible ante las necesidades de otras personas.
-¿Y Venezuela?
En Venezuela me he crecido también como cuadro, pues he realizando varias funciones, desde la base como jefa de Centro de Diagnóstico Integral, en las dos misiones, y actualmente como asesora nacional de Barrio Adentro I, un programa que lleva adelante la Atención Primaria de Salud como exponente de la Red de Atención Comunal y que acerca estas prestaciones a los lugares más insospechados y a las personas más vulnerables.
-Jefa de la segunda brigada del Contingente Ernesto Che Guevara…
Esta nueva tarea asignada me llena de regocijo, dirigir a una brigada en la que prácticamente todos son hombres es un reto, y un orgullo para mí estar al frente de este grupo para luchar contra la pandemia. Viajar a Guasdualito, en el estado Apure, que está justo en la frontera con Colombia, un lugar de difícil acceso, hace justicia a mis sueños.
-¿Cómo fueron esos días en Guasdualito?
Durante un mes, todas las jornadas fueron de intenso trabajo, formamos grupos y se realizaron más de seis mil pesquisas casa a casa y más de dos mil 500 test rápidos para la detección oportuna del SARS-CoV-2; y atendimos alrededor de dos mil connacionales procedentes de Colombia en el puente internacional José Antonio Páez y los puestos de Atención Social Integral, donde cumplen cuarentena los migrantes.
-¿Y ahora?
Preparados y dispuestos a cumplir la tarea que se nos encomiende. Esta es la decisión de los 20 integrantes de la brigada, quienes dejaron una profunda huella de amor entre esas personas que retornan a su Patria buscando las atenciones negadas en los países donde residían.
Deisy mantiene su apego a las raíces, ama a la familia, a Las Tunas, a la Patria grande y sigue apegada a los principios humanistas y solidarios, que la impulsan a repartir amor y velar por la vida de personas vulnerables necesitadas de estas atenciones. Con su actitud honra a su pueblo.