Las Tunas.- Sostenidamente siguieron mejorando los números de la pandemia de la Covid-19 en esta provincia del oriente cubano, a tal grado que, tras el cierre del mes de noviembre, regresamos a las cifras de mayo. Ha sido un respiro importante para todos, pero no debemos pensar que el SARS-CoV-2 ya es historia.
El mes pasado, Las Tunas notificó 770 positivos al nuevo coronavirus, totalmente inferior al registrado aquí en junio, julio, agosto, septiembre; incluso, en octubre, cuando hubo un descenso evidente de la transmisión. A pesar de que después del 15 de noviembre se amplió la cantidad de vuelos internacionales, así como el turismo foráneo, esto no pareció afectar demasiado, porque durante noviembre se notificaron solo dos contagiados importados. La última vez que Las Tunas registró 10 o menos importados en un período similar fue hace un año.
Celebremos el hecho de que, por primera vez desde enero pasado, transcurriera todo un mes sin que en la tierra de Vicente García González se informara de un fallecido certificado por Covid-19. De hecho, el 24 de octubre comenzó esta feliz cadena de días sin tener que enviarle desde estas páginas las condolencias a familia alguna por dicha razón.
Todos los municipios son consistentes con la tendencia territorial a la mejoría de la situación epidemiológica. De lo contrario no hubiera sido posible la reactivación de los servicios públicos y, en general, de la economía en cada uno. Sin embargo, ese progreso ha tenido sus matices. Mientras Jobabo, "Colombia" y "Amancio" colocaron sus guarismos en el punto del primer trimestre del actual 2021, y Las Tunas acercó su tasa de incidencia a la que tenía en febrero pasado; no puede decirse lo mismo de Majibacoa, Manatí, Puerto Padre y "Jesús Menéndez", cuyas tasas continuaron teniendo tres dígitos.
Para los chaparreros, noviembre se fue con la nada agradable supremacía entre los índices de incidencia con respecto a sus similares de la provincia, algo que nunca había pasado desde el inicio de la pandemia. Su indicador es, incluso, dos veces superior al de sus vecinos puertopadrenses; y todavía más distante de la cifra de los manatienses o majibacoenses, que vale acotar, también estuvieron por encima de los 100 puntos.
VIENEN LOS REFUERZOS, SIGUE EL CUIDADO
Traspasar la barrera del 85 por ciento de la población prevista con esquema completo de vacunación anti-Covid-19 es, quizás, la mejor manera de que las tuneras y los tuneros afrontemos el futuro con optimismo. Esto ha sido posible por la conclusión exitosa de la tercera etapa de protección de la población pediátrica y los avances en otras no menos importantes, como la vacunación de los convalecientes.
Mas esta es una historia sin concluir aún, pues se van acercando cada vez más las dosis de refuerzo, aconsejada por los expertos para mantener altos los niveles de anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Dicho paso, completado con al menos 13 mil trabajadores de Salud, se torna ahora particularmente relevante tras la aparición de la variante Ómicron.
Al mismo tiempo, los contagios ocurridos en los centros educacionales de Manatí y "Jesús Menéndez", junto a otros eventos y focos activos, son la señal inequívoca de que no ha desaparecido el riesgo de eventualmente enfermar. Por ende, no será sensato, en lo absoluto, dejar empolvarse los engranajes antipandémicos creados, con los que debemos enfrentar un contexto de movilidad interna y externa de la población que continuará creciendo al menos hasta inicios del 2022.
Convendrá, entonces, no descuidar los números de positividad respecto a las pruebas hechas; seguir vigilando el comportamiento de la letalidad, la cantidad de pacientes en salas de Cuidados Intensivos, y la aparición de casos sin nexo epidemiológico en el momento del diagnóstico. Enfáticamente será necesario en este escenario de nuevas variantes velar por que los viajeros llegados desde el exterior cumplan con lo indicado en el protocolo sanitario internacional, incluso, aquellos que hayan pasado por algún tipo de aislamiento.
Sí hay razones para el optimismo, porque lo que venga lo enfrentaremos con altísimos porcentajes de vacunación, que nos han permitido esta bocanada de aire de noviembre. Eso nadie lo duda, una ventaja decisiva frente al momento análogo de finales del 2020, cuando descendió la transmisión. Empero no será inteligente, ni sano, creer que todo volverá a ser como antes.