Las Tunas.- En las áreas del central Antonio Guiteras, el jovencito Brayan Pérez Polo se siente como pez en el agua. Nació y ha crecido en Delicias, un poblado del municipio de Puerto Padre de arraigada vocación azucarera que rinde pleitesías a un coloso que durante mucho tiempo ha sido orgullo de la comunidad, la provincia y el país.
Brayan aspira a convertirse en técnico en Fabricación de Azúcar y ya cursa el tercer año de la especialidad en el instituto politécnico industrial (IPI) Oscar Alberto Ortega Lora, pero "desde el primero he combinado la teoría con la práctica aquí en el ingenio, algo de gran utilidad porque aprendemos mucho para la vida laboral futura".
Reconoce la importancia de la carrera que eligió, y le complace ejercerla en su pueblo natal para contribuir a aportar un "granito de azúcar" a la recuperación de la industria y la producción de un rubro imprescindible para la economía de la nación.
CON EL PROFE IDELMERIS
En el rostro de Idelmeris Ávila Zaldívar, un azucarero de pura cepa, es visible la satisfacción cuando conduce en el aprendizaje a esos muchachos, quienes son garantes de sostenibilidad y relevo de los hombres y mujeres que se mantienen firmes en sus puestos frente a los desafíos de los tiempos que corren.
"Soy profesor del Departamento Agroindustrial e imparto las asignaturas de Operaciones Unitarias y Análisis Azucarero", remarca y detalla que "ahora mismo estamos realizando prácticas cooperadas. Los alumnos actúan como si ya fueran obreros, pero eso sí, bajo la guía de trabajadores experimentados para que ellos se vayan adiestrando".
Cuenta que en este período en el central hay dos grupos más que transitan por esta experiencia, cada uno con más de 20 estudiantes. "Aquí nos atienden bien, tenemos las puertas abiertas con la exigencia de que cumplamos al pie de la letra las medidas de seguridad y salud del trabajo, y con disciplina para garantizar la integridad física por la complejidad del trabajo".
Los pupilos así se van formando en correspondencia con las exigencias de oficios vitales para el buen funcionamiento de la tecnología y del proceso fabril.
DETRÁS DE LA FACHADA
Traspasamos el umbral de la puerta del IPI y encontramos al máster en Ciencias José Lorenzo Hernández, su director, un hombre con los pies plantados en la escuela con la misma firmeza de las estructuras del vetusto inmueble que, a pesar del tiempo, conserva sus atractivos exteriores.
Nos recibe y conversamos con Lorenzo Hernández como si nos conociéramos de toda la vida. Así tienen que ser los maestros, diáfanos, transparentes, solícitos…; y él es un educador consagrado que llegó al centro el 24 de octubre del 2024 lleno de energías positivas para darle continuidad al proceso docente-educativo y mantener en alto la formación de las nuevas generaciones.
"Tenemos completa la plantilla del colectivo docente y todos los programas cubiertos", afirma y exalta que en la parte agroindustrial -el plato fuerte de la institución académica por las particularidades del territorio- cuentan con profesores especializados y categorizados; "es una fortaleza porque tributan a la sostenibilidad de la fuerza laboral en esos frentes del desarrollo económico local", comenta.
EL PROGRAMA DE FORMACIÓN
Los 86 educadores y los 23 trabajadores de servicios mancomunan esfuerzos con el propósito declarado de garantizar calidad y eficiencia en la formación de los 396 estudiantes matriculados en las ocho especialidades de técnicos de Nivel Medio y de obreros calificados que imparten en el plantel.
En la escuela dan prioridad al desarrollo de habilidades y valores en el ejercicio de sus futuras profesiones en programas estratégicos de la nación vinculados con actividades agroindustriales, fundamentalmente de la azucarera. "En Tecnología de la Fabricación de Azúcar preparamos a 64 alumnos y tienen aulas en los tres años que comprende la carrera; y formamos en Maquinaria Azucarera y Mecánico Industrial, pero hay otras que benefician igualmente al sector", dice y habla de técnicos de Nivel Medio en Contabilidad, Gestión de Capital Humano y Logística.
También conducen el aprendizaje en esferas esenciales como las de Trabajador Social, Construcción Civil y Electricidad, esta última pone la atención en el impulso que reciben las obras destinadas al aprovechamiento de las fuentes renovables de energía.
LA PREPARACIÓN EXTRAMUROS Y LAS PROYECCIONES
Para la Enseñanza Técnica y Profesional es tan importante los conocimientos impartidos en los planteles como los que se aprehenden en contacto directo con los potenciales puestos de trabajo. "Son esenciales en el objetivo de coronar la preparación", remarca Lorenzo Hernández y destaca que "disponemos de aulas anexas mediante convenios firmados con Azcuba, Mincons, Salud Pública, Transporte, Educación y Comunales, y las relaciones son muy buenas".
Para el venidero curso prevén una matrícula de 536 educandos e incorporar las especialidades de Termoenergética y Explotación del Transporte, atendiendo a las necesidades de profesionales en estas materias en la localidad.
"Pensamos que es posible", enfatiza el director del IPI, como vocero de un personal que él mismo caracteriza. "El colectivo es muy comprometido, muy responsable. Ellos dejan a un lado los problemas cotidianos que agobian como el difícil acceso al efectivo de sus salarios ya en tarjeta, los apagones, el transporte, los altos precios… y siguen aquí, a pie de pizarra siempre, con el deseo de perfeccionar el proceso docente-educativo y elevar la calidad de nuestros egresados, procurando su mejor contribución al desarrollo económico y social del territorio", sentencia.