Las Tunas.- Dentro del taller el ritmo es casi imparable. Unas manos muy hábiles recortan la tela, reparten los zíperes y el sonido de las máquinas eléctricas de coser es el remate final en el reto de confeccionar loncheras, producto que se comercializa en las tiendas recaudadoras de divisas y lleva el sello de Bartle.
La interrupción prolongada de la electricidad ha sido un reto grande para los trabajadores del taller 112 de Talabartería. Aprovechan el tiempo al máximo, pero cuando se detienen las máquinas no hay más que hacer. Y se van a casa interruptos, con el 60 por ciento del salario, y conscientes del inconveniente que les dejará en los bolsillos.
Juan Ortiz Batista, jefe del taller, comenta a 26 que la falta de fluido eléctrico solo les permitió en el mes de febrero trabajar 18 horas en las máquinas, un obstáculo que se acrecentó y causó retrasos en la planificación de su encargo estatal.
“El plan que tenemos para el año 2025 es de 7,6 millones de pesos -precisó el jefe del taller. Contamos, además, con la materia prima para darles cobertura a las producciones hasta el mes de abril y parte de mayo. El colectivo es muy trabajador y sacrificado, pero sin la corriente no podemos adelantar.
“Hemos ideado la estrategia de recuperar las jornadas de trabajo los fines de semana, porque tampoco podemos laborar en los horarios picos. La gente viene, coopera, adelantan... Otra cuestión que nos está golpeando es que ahora mismo tenemos déficit de personal, justamente por los bajos salarios”.
Los 40 trabajadores que siguen fieles a la rutina de las máquinas de coser se preparan también para confeccionar mochilas, lingas para remolcar carros y otras producciones dirigidas a los jóvenes.
Dentro de los planes, aclara Ortiz Batista, sobresale que harán billeteras de varios colores, un producto que es muy popular y tiene el sello de calidad de Bartle, porque el personal conoce el procedimiento de memoria y lo realiza con probada calidad. “Aquí, antes, se hacían tres mil o cuatro mil billeteras diarias, los trabajadores ya tienen experiencia en eso” -recuerda.
Para proteger el salario e incentivar al colectivo, actualmente está previsto comprar materia prima a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), reaprovechar y confeccionar una serie de producciones que generen más ingresos y se traduzcan en beneficios. Este es uno de los retos que ahora mismo más los ocupan.
“Con el personal del taller 112 hay que contar. Aquí hay una historia de compromiso y sentido de pertenencia. Lo único que necesitamos es poder trabajar; con eso tenemos”.