Las Tunas.- Este ha sido un año bisiesto especialmente duro, Fidel. Hemos tenido pérdidas notables, pandemias, carencias, un bloqueo con muchas vueltas de tuerca, buscando asfixia, deudas; pero, a pesar de los apóstatas y de tanto mal andando, aquí estamos. Es otra vez agosto y resulta imposible no recordar que el 13 estarías cumpliendo 94 años.
¿Apagarías velitas tú, Fidel? Me gusta pensar que sí. Que dedicabas un rato de esa jornada a abrazar a tus seres más queridos, tomar una siesta plácida o disfrutar en el recodo manso de las pequeñas cosas. Espero que este agosto te regale un día repleto de luz, porque yo lo sé, andas entre nosotros; resulta imposible que te hayas ido tú, que tanto te diste por todos.
Seguimos el camino y es, como alguna vez nos anunciaste, muy difícil. Extrañamos la serenidad que transmitía tu sola presencia física, esa fuerza calma que nos llegaba desde tu palabra atinada; tu visión, capaz de escudriñar épocas por venir y hacernos sentir que vencer es posible.
Hoy eres un hombre de todos los tiempos, esencialmente, porque supiste entender el tuyo; el momento exacto en el que te tocó vivir, defender, construir, alertar y hasta, por qué no, equivocarte. Y eso para enseñarnos el valor enorme de no dejarse vencer, de la vuelta necesaria a las esencias en el sendero de la vida. Gracias.
Estamos decididos a seguir avanzando. No nos cansamos. Y trabajamos por una economía más diversa, por la salud y la educación también en otras tierras del mundo; por la cultura, el deporte, la sonrisa, la esperanza, el amanecer. Es duro sin ti. Pero es agosto, te queremos como el primer día, te sabemos parte. Aquí estamos.