Puerto Padre, Las Tunas.- Cerca de la muy conocida Aguada de Vázquez, en el norteño municipio de Puerto Padre, se ubica el vivero tecnificado Camilo Torres. Quienes allí laboran, no descansan por estos días, saben que sus empeños, devenidos árboles del mañana, posibilitará incrementar los volúmenes de madera y el índice boscoso, con fuerte impacto en el medio ambiente de la oriental provincia de Las Tunas.
Desde la puesta en marcha de esta tecnología, con una capacidad para más de 720 mil posturas, los silvicultores ponen en práctica las atenciones culturales de los cultivos con el fin de lograr la sostenibilidad de los ecosistemas y la protección del medio ambiente, prioridad de los trabajadores forestales.
En el “Camilo Torres” trabajan 37 personas, de las cuales 10 son mujeres dedicadas fundamentalmente a la producción de posturas. Al decir de Mercedes Sorí Cruz, jefa del vivero, las acciones que aquí se realizan les permiten duplicar las plantaciones y asegurar la adecuada supervivencia de los árboles sembrados, aunque también realizan el mantenimiento de los caminos forestales, promueven fajas verdes en áreas deforestadas y ejecutan la reposición de ejemplares.
En ese sentido, Sorí Cruz manifiesta que a pesar de que los meses de esplendor en estos sembrados son marzo y abril, las campañas de algunas de estas especies abarcan en ocasiones hasta seis meses, “como las más de 700 mil posturas que se tienen ya listas en estos momentos para plantar en diferentes municipios y en el patrimonio de la Unidad Empresarial de Base de Puerto Padre.
Este vivero tecnificado destaca por una correcta ejecución del Programa de Silvicultura, dirigido a la conservación de bosques naturales y al fomento de especies endémicas o amenazadas, tanto de árboles frutales como maderables; entre las cuales cuentan en este año con la casuarina, la acacia, el cedro, el roble, el algarrobo indio, la majagua y la yarúa, entre otras de importancia por ser de maderas preciosas.
Totalmente tecnificada, la instalación tiene la particularidad de utilizar tubetes plásticos, los cuales, ubicados en un sistema de bandejas, se llenan con una mezcla de materia de orgánica, la cual acelera el desarrollo de las posturas, beneficia su enraizamiento y garantiza mayor supervivencia una vez plantadas.
La alta tecnología permite además, la humanización del trabajo y sus condiciones posibilitan “que la actividad que realizan, en su mayoría mujeres, se haga bajo techo, sin tener que estar todo el tiempo agachadas, ni sentadas en la tierra para llenar bolsas, pues ahora la materia orgánica se deposita en las bandejas plásticas y se llenan los espacios”, reiteró Sorí.
Son muchas las ventajas de estas técnicas de avanzada. “Podemos sembrar más posturas con mayor calidad, se sustituyen las bolsas de polietileno y destaca su ventaja técnica en la formación del sistema radicular de la plántula, que asegura supervivencia y logro total en la plantación. Tiene, sin dudas, mayor rendimiento para sembrar y llevarlo al plantel”, agregó la jefa.
ECOVALOR LLEGA HASTA EL VIVERO
El proyecto Ecovalor, que promueve la generación de beneficios ambientales múltiples basados en la valoración económica de los bienes y servicios ecosistémicos, llega hasta este vivero. Auspiciado por ese respaldo y con el objetivo de disminuir el estado de degradación de los bosques en la provincia, la Empresa Agroforestal (EAF) desarrolla acciones de manejo silviculturales.
A tenor de ello, en el vivero tecnificado se evidencia el aseguramiento en la producción de posturas comprometidas para el proyecto, pues se prevé que en los tres polígonos de 500 hectáreas cada uno, ubicados en la localidad de Charco Largo, municipio de Puerto Padre, se alcancen plantaciones forestales y áreas de manejo de bosques naturales y artificiales, en las que trabajarán con la finalidad de comprobar la respuesta de los macizos referente a la medición del volumen de remoción de carbono, que durante cinco años se van a producir, explicó Jorge Luis Padilla Carralero, director de Desarrollo y Negocios de la EAF.
Ya suman más de 120 mil posturas las que se tienen aseguradas en el “Camilo Torres” para la Villa Azul, mientras que alrededor de 280 están listas para Manatí y "Jesús Menéndez".
“Todo ello responde a la intención de valorar los bienes y servicios ambientales que se producen en los bosques cuando existen manejos silviculturales correctos, para obtener una valoración económica integrada y minimizar impactos ocasionados por perjuicios ambientales y conductas humanas inadecuadas”, explicó Padilla, quien es también el representante de la Forestal en Ecovalor.
Ahora, como parte de la implementación de la Tarea Vida, no solo los objetivos recaen en el aseguramiento del Programa Agroforestal, sino también en el alistamiento de miles de hectáreas dedicadas al fomento de fincas forestales integrales, que contribuyen a reducir la erosión de los suelos, conservar la biodiversidad y preservar el patrimonio boscoso en las llanuras tuneras, para lograr agroecosistemas eficientes.