Las Tunas.- Con el ajetreo habitual de sus rutinas, en medio de las actividades por el Día del Trabajador de la Industria Alimentaria, los representantes del sector en la provincia, desde sus frentes de acción, defendieron el compromiso de redoblar los esfuerzos, de la mano de estrategias que garanticen la sostenibilidad de las producciones, en medio del actual panorama económico, matizado por la escasez de recursos.
La jornada fue de reconocimiento para aquellos que han sido llamados a promover y elevar los niveles de producción con vistas a satisfacer las necesidades del pueblo. Espacio de homenaje devino también el recordatorio de las dificultades sorteadas durante el 2022, en el que a pesar de la inestabilidad eléctrica, la falta de materias primas, la presencia, incluso, de fenómenos atmosféricos complejos se mantuvo vital cada línea de alimentos.
En las festividades, Yaneici Ávila, presidenta de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) en la provincia, entregó el Sello 8 de Octubre, máximo galardón de los innovadores a Vladimir Góngora, por sus servicios sobresalientes en el momento histórico que afronta el sector y el país ante el recrudecimiento del bloqueo económico de los Estados Unidos contra la Isla.
De igual manera, en la jornada se distinguió a Jorge Luis Vicente con el premio de mayor impacto en el territorio, por su labor sobresaliente a favor del buen desempeño de la industria. Fueron reconocidos, además, los mejores trabajadores y unidades más destacadas en el panorama productivo. El encuentro también fue propicio para repensar estrategias y alianzas durante un calendario que requerirá de esfuerzo, entrega y más innovación para asegurar la calidad de las producciones, el ahorro de recursos y la efectividad en el perfeccionamiento de la empresa estatal socialista.
Arael Martínez Teruel, coordinador del Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal) en la provincia, informó a la Radio local que para el 2023, la implementación de las 43 medidas orientadas por el Gobierno dotará de más autonomía a las empresas en la búsqueda de alternativas para mantener las producciones, sobre todo, las destinadas a la canasta familiar normada.
Especificó que trabajar en este sector implica una alta responsabilidad, más en tiempos tan convulsos como los actuales, marcados por una crisis mundial. Expuso también como una prioridad el encadenamiento productivo con los nuevos actores económicos y la adquisición de insumos para incrementar las producciones en surtidos no derivados de la harina.
Ante un nuevo aniversario, el Minal acrecienta su compromiso y se plantea nuevos caminos para el progreso. El vínculo de muchas de sus entidades con la Universidad es desde ya una alianza de éxito que busca potenciar la creatividad y capacidad productiva a fin de enfrentar los nuevos desafíos económicos.