Las Tunas.- Los municipios de Colombia, Jobabo y Amancio están entre los terruños del país que forman parte del Proyecto Resiliencia climática en ecosistemas agrícolas de Cuba (IRES).
La iniciativa, que comenzó a gestarse en el 2017, se consolidó desde mediados del año anterior con el concurso del Ministerio de la Agricultura y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y financiamiento del Fondo Verde para el Clima. No fueron estos lugares elegidos al azar, basta llegar al municipio de Colombia, por ejemplo, y conversar con José Gabriel Acosta Castro, director de la Unidad Empresarial de Base Integral de Servicios Técnicos, para entender las ventajas concretas del proyecto a los suelos y la agricultura del sur tunero.
"El año pasado erradicamos alrededor de mil 700 hectáreas (ha) de marabú y, en lo que va de este, ya hemos desbrozado más de 900; además se han alistado tres mil 700 ha de tierras de diferentes módulos y formas productivas para fomentar la producción de alimentos".
El panorama en el polo de "Colombia" ya comienza a ser distinto. Esas tierras, que ahora empiezan a ser más productivas, han sido víctimas evidentes del cambio climático; por eso, a una constante sequía, se sumaban el incremento de la salinidad de los suelos por la penetración del mar, los calores intensos y los daños a la ganadería, entre otros elementos, por los pocos árboles de la región.
Yoel Rodríguez Rosabal, viceintendente que atiende la agricultura y la zafra en "Colombia", explicó que el Proyecto incluye seis módulos que se diseñaron para abarcar distintos frentes y lograr resultados integrales. Funcionan, en varias fincas, en los tres municipios involucrados.
"Los módulos son para filtrar agua, crear reservorios para los ganaderos, concebir bosques polifuncionales con variedad de especies; regeneración y manejo de especies endógenas, como la algarroba, y los policultivos de frutales y ceplat (cedro y plátano)".
En estos últimos, Rodríguez Rosabal abunda más, quizás porque nos muestra de primera mano los beneficios que luce, mientras recorremos los cultivos que ya empiezan a nacer.
"Sembramos frutos con productos intercalados como maíz, yuca, boniato; y, en otro módulo, combinamos plátano y cedro, utilizando a estos árboles que son estupendos como cortinas". Los resultados de esos esfuerzos ya van teniendo un impacto. Así lo explicó Héctor Ramón Pérez, intendente de "Colombia".
"Para nadie es secreto el trabajo constante por la producción de alimentos; y, por tanto, los recursos que han llegado de la mano del Proyecto hasta acá, y también las experiencias y el conocimiento, nos han fortalecido mucho en ese sentido.
"Con las lluvias la cosa debe mejorar un poco y pensamos sembrar maíz, laboramos en un canal que traiga el agua de la presa y también plantar yuca en otras zonas para hacer harina; además, sembraremos para obtener semillas, que es tan importante".
Nos hablaron de las ventajas de contar con los 12 tractores, un motocompresor, una máquina para desbrozar marabú y otros recursos; y de los que se alistan para seguir llegando a la tierra y favoreciendo las producciones y la vida de la gente.
Sin dudas, un camino necesario, que aporta al medio ambiente y los entornos campesinos, al tiempo que alienta el esfuerzo por la soberanía alimentaria de los tuneros.