Claribel Pascual Andino y Romilio López Álvarez 1
Calixto, Majibacoa, Las Tunas.- A Claribel Pascual Andino y Romilio López Álvarez no se les puede separar ni siquiera en una entrevista, pues desde hace un cuarto de siglo desandan juntos los caminos de la vida, empeñados en formar su hogar y familia y en ser útiles.

Hasta hace poco eran trabajadores de la Empresa de Acopio, Beneficio y Torcido de Tabaco, y se acogieron a la merecida jubilación. Entonces, enamorados siempre de la tierra, decidieron solicitar 2,67 hectáreas en usufructo y fundaron su finca Las Palmeras de Santa Camila.

Ambos son ingenieros agrónomos -graduados, ella en 1994, y él, en 1978- y, aunque siempre terminan poniéndose de acuerdo, cuentan entre risas que "sacan chispas" cuando incursionan en un nuevo renglón o si algún cultivo requiere atenciones especiales.

Cada uno tiene sus métodos, experiencias, esperanzas y aplica sus conocimientos según considere. Pero el amor los articula. Uno cede y los dos ejecutan; aunque se pusieron de acuerdo y repartieron los espacios y las responsabilidades.

limonesJuntos han formado un paraíso y da paz estar en sus tierras, en la comunidad de El Rincón, en el municipio de Majibacoa. Viven en un entorno verde, el color preferido de ella, y cuando abren las puertas y ventanas de su casa, los saludan las flores, el sonido de las gallinas, los perros, los gatos y el canto de las aves silvestres que se han mudado al lugar.

Para Romilio esta es otra oportunidad de ser útil y lamenta que, por ley de vida, no tenga tanto tiempo como desea para concretar sus aspiraciones. Asegura que un espacio como el suyo puede dar una cantidad considerable de alimentos, con un mínimo de recursos.

Eso sí, con mucho esfuerzo, porque atender crianzas y sembrados no tiene horarios ni días de la semana; al contrario, implica las 24 horas del día, aunque llueva, haga sol o el frío cale los huesos en los amaneceres de la temporada invernal.

"Son áreas recuperadas de antiguas lagunas de oxidación del porcino que existió aquí hace años. La parte cultivable está cubierta de unas 200 plantas de limón persa, y como es poca superficie, practicamos el policultivo, buscando más producciones.

"Sembramos plátanos vianda y fruta, yuca y calabaza. En el resto de las áreas, incluyendo los patios, tenemos 22 especies de frutales, condimentos, plantas medicinales y todo sirve para la alimentación de la casa, de la comunidad y de la sociedad. También criamos ovejos, cerdos y diversos tipos de aves.

"Estamos incursionando en esta experiencia de trabajar la tierra, usando los conocimientos que tenemos; y aplicamos las técnicas agronómicas como la utilización de las heces de los animales para la fertilización de los cultivos, además de la lombricultura".

Claribel se desvive por multiplicar las bellezas de su casa y los alrededores porque "soy campesina desde que nací y siempre he amado el verde, la naturaleza y la agroecología. Me hace feliz este pedacito para poner en práctica lo que aprendí en tantos años.

"Quisiera ser quinceañera para disponer de más tiempo. Estoy acostada y me despiertan las ideas. Las plantas ornamentales son mi pasión, igual que los animales. Aquí tenemos un ecosistema ideal, entre la fauna y la flora. Hemos visto cartacubas, tomeguines, colibríes…aves

"Tener todo esto me da mucha seguridad y sostenibilidad para la alimentación nuestra y de los familiares. Producimos carne, huevos, viandas y frutas. Soy amiga de las conservas y las hago. Siento que aportamos mucho a la soberanía alimentaria que impulsa el país. Quien no siembre una planta está perdido.

"Aquí vivimos días agitados, de trabajo duro, pero eso me hace feliz. Nos ayudamos y complementamos. Me pongo mis botas de goma, un suéter y un sombrero y me voy a ver las plantaciones. Discutimos cosas técnicas, debatimos y actuamos".

Desde hace unos días, la hermosa finca de Claribel y Romilio es de referencia provincial en el Movimiento Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar; y eso es un compromiso añadido para quienes consideran que cada lugar se parece a su gente.

"Ya tenemos casi todos los subprogramas -dice ella- y estamos a un paso de incorporar la apicultura para obtener miel de abejas. Para nosotros no hay tareas difíciles ni imposibles. Más que trabajo, es un placer estar acá, aportar y ayudar a todos los que podamos".

"En la tierra, todo lo que siembres se da si lo atiendes -afirma él- y la seguridad alimentaria la resolvemos si cada cual pone su granito y hace lo que le toca. Si tuviera garantía de riego, estas dos hectáreas pudieran dar lo que nadie es capaz de imaginarse. Y así ayudaría a acabar con los precios actuales, tan abusivos".

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