mujeres jovenes

Las Tunas.- Las heroínas crecen, se multiplican. Son tiempos convulsos para la ternura. No renuncian. Las ves con el brillo en los ojos y poco rímel. Ahora la elegancia huele a coraje y valentía, a ojos somnolientos, pero vivos, alertas. Una pandemia llamada Covid-19 trastroca todo, quiere imponerse a los besos y los abrazos, a la alegría y la mesura. Ellas son más guerreras, más desveladas, más competentes, más mujeres. Y marzo, su mes de flores, le sonríe en victorias.

Ahora mismo andan apretadas por los laboratorios, las salas de urgencia, las llamadas zonas rojas de los hospitales, los centros de aislamiento, consultorios, cuerpos de guardia. Allí, en miles, defienden la vida y estrenan rostros de todas las edades y profesiones de Salud Pública. En las escuelas y círculos infantiles no es menos la pasión. Agitadas andan detrás de sus “muchachos” para que lleven el nasobuco de manera correcta, se laven las manos y la disciplina colectiva gane el batallar del día.
educadorasTrabajar por el bien común, lograrlo, no importa dónde. Fábricas, surco, oficinas, agencias de servicio, bodegas, centros comerciales, comunicaciones, unidades militares, medios de prensa, puestos de dirección… por doquier, una mujer. Esa Mariana que este 8 de Marzo quizás ni recuerde la última vez que se tiñó el cabello o estrenó un creyón de labios, pero no olvida su perenne empeño, sigue pegada a las jornadas dobles, sonríe, refuerza el optimismo, llena su agenda de tareas y reparte la hermosa virtud de amar y apuntalar la familia.
Guapas de cualquier manera. Dignas. Soberanas en armar los caminos de piedra y recorrerlos para sí y los demás. Tuneras, porque llenan de perfumes propios esta geografía que las vio nacer o las trajo para nobles propósitos. Amigas, hermanas, compañeras, madres, colegas, vecinas… en fin, heroínas.
Mujeres entre rosas y espinas que vuelven a llenar de luz la primavera, sin mirar el reloj, los retos y las complejas coordenadas de un año convulso para la ternura, pero ellas, cual Venus de hierro, empinan sus tacones, dimensionan las fuerzas y abren sus manos… las dadoras de amor, vida, ejemplo y constancia no desmayan. Este 8 de Marzo son dobles los abrazos y el FELIZ DÍA tiene una dimensión profunda, infinita, como esa decisión irrevocable de poner en mayúscula esa palabra mágica: MUJER.

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