Las Tunas.- El Día del Apicultor Cubano, este 10 de Julio, es otra jornada de labores especializadas para 148 tuneros, quienes atienden poco más de 11 mil 420 colmenas, distribuidas en los ochos municipios.
Quizás algunos no tengan contacto con sus abejas porque con frecuencia las trasladan hasta lugares con mayor población de plantas melíferas; pero es domingo y muchos aprovecharán para dar unas vueltas a sus animales, evaluar sus condiciones y encontrar alivio por aquello de que “el ojo del amo engorda al caballo”.
Esas son rutinas habituales entre los apicultores del territorio, afanados en cumplir sus metas individuales y colectivas, pues de esos resultados depende la economía familiar, de la unidad empresarial de base (UEB) Apícola y también del país, ya que este es uno de los principales renglones exportables.
Para el actual año, esos hombres y mujeres se proponen acopiar 521,6 toneladas de miel y al cierre del primer semestre apenas acumulan 140,4 toneladas, con alrededor de 49 de atraso, según informó Luis Manuel Peralta Agüero, director de la UEB.
La causa fundamental del incumplimiento es la intensa sequía en toda la provincia, especialmente en los meses de enero a abril, lo que redujo de manera considerable las floraciones de los árboles y arbustos que garantizan la nutrición de los insectos.
“Hay posibilidades de recuperar la producción de miel y cumplir el plan al finalizar el año, pues los meses de noviembre y diciembre son los de mayor potencial en la actividad. Se ha crecido en la cantidad de colmenas y la cifra seguirá en ascenso, además de que tenemos los insumos materiales para la crianza de las abejas.
“En la unidad diseñamos una estrategia para honrar las metas tanto en cantidad como en calidad. Lo más importante es definir las causas de los atrasos y trabajar por solucionar las dificultades y para ello priorizamos la capacitación directa a los productores.
“En los primeros seis meses se recogió la cera y el propóleos planificados y aunque es insignificante todavía, se recolectan pequeños volúmenes de polen y jalea real. También se avanza en la producción de abejas reinas, elementos claves en el desarrollo apícola”.
En la provincia se cumple el plan de inspecciones sanitarias para garantizar la salud de las abejas, especialmente frente a la varroasis, una enfermedad provocada por un ácaro que debilita el sistema inmunológico de obreras, reinas y zánganos.
Acotó Peralta Agüero que se trabaja en la validación del Programa de Mejoramiento Genético, para lo que falta la certificación del Instituto Nacional Apícola sobre los seis centros existentes en el territorio, con genotipos muy buenos.