Este sábado, miles de personas salieron a las calles de diversas ciudades de Estados Unidos para protestar contra la Administración del presidente Donald Trump. Las manifestaciones denunciaron lo que muchos consideran amenazas a la democracia, violaciones de derechos civiles y constitucionales, así como las políticas gubernamentales que afectan a comunidades vulnerables.
Los organizadores de la jornada también manifestaron su oposición a los planes de deportar a miles de inmigrantes y al proyecto de reducir el tamaño del gobierno federal mediante despidos masivos y el cierre de agencias públicas.
Las protestas se extendieron a lo largo del país, desde una marcha por el centro de Manhattan hasta concentraciones frente a la Casa Blanca. En Massachusetts, los manifestantes conmemoraron los 250 años del inicio de la Guerra de Independencia, inspirándose en ese espíritu de resistencia. En San Francisco, una pizarra humana formó la frase “Destituir y Destituir” en la arena de Ocean Beach, mientras en Miami miles exigieron “alto al fascismo ahora” con pancartas en mano.
El descontento ciudadano también se expresó frente a concesionarios de Tesla, donde algunos señalaron a Elon Musk como aliado de Trump en su intención de debilitar al gobierno federal. A la par, hubo iniciativas de servicio comunitario como colectas de alimentos y talleres en albergues, lo que añadió una dimensión solidaria a la jornada de protesta. En Manhattan, los manifestantes corearon: “Sin miedo, sin odio, sin ICE en nuestro estado”, mientras marchaban al ritmo de tambores, desde la Biblioteca Pública hasta Central Park, pasando por la torre Trump.
Testimonios recogidos por la prensa reflejaron el malestar de muchos ciudadanos. Thomas Bassford, un albañil jubilado de 80 años de Maine, consideró que “este es un momento muy peligroso para la libertad en Estados Unidos”, en declaraciones recogidas por el diario Politico. Para muchos manifestantes, las políticas actuales representan un ataque directo a los principios democráticos y a la diversidad del país, señalando retrocesos en salud pública, seguridad social y derechos de las personas transgénero.
Estas protestas se suman a las realizadas el pasado 5 de abril, que también reunieron a miles de personas en todo el país. Varios participantes aseguraron que se inspiran en el legado de lucha por la libertad y rechazan lo que ven como un resurgimiento de la tiranía. La oposición a Trump continúa articulándose no solo como una crítica política, sino también como una defensa activa de los derechos fundamentales y de los valores democráticos, reseñan varios medios de comunicación.