Operativos de agentes de Inmigración en varios negocios de la ciudad estadounidense de Los Ángeles provocaron este viernes enfrentamientos afuera de al menos un lugar, mientras las autoridades lanzaban granadas aturdidoras para dispersar a una multitud que se había reunido en protesta.
Al menos 45 personas fueron arrestadas sin órdenes judiciales en siete lugares, incluidos dos establecimientos de Home Depot, una tienda en el distrito de la moda y una tienda de donas, dijo Angelica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (Chirla, Coalition for Humane Immigrant Rights).
Durante una conferencia de prensa en la tarde, Salas denunció las acciones de las autoridades.
Las autoridades federales de Inmigración han intensificado los arrestos en todo el país para cumplir con la promesa del presidente Donald Trump de lograr deportaciones masivas.
Todd Lyons, director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), defendió sus tácticas a principios de esta semana contra las críticas de que las autoridades están siendo demasiado severas.
Según Lyons, el ICE está promediando alrededor de mil 600 arrestos por día. Dijo, además, que la agencia ha arrestado a "criminales peligrosos".
Recientemente, estallaron protestas después de una acción de inmigración en un restaurante en San Diego y en Minneapolis, cuando funcionarios federales con equipo táctico aparecieron en un vecindario latino para una operación que dijeron estaba relacionada con un caso criminal, no de inmigración.
En Los Ángeles, la alcaldesa Karen Bass dijo que la actividad tenía como objetivo sembrar terror.
"Como alcaldesa de una orgullosa ciudad de inmigrantes, que contribuyen a nuestra ciudad de muchas maneras, estoy profundamente indignada por lo ocurrido. Estas tácticas siembran terror en nuestras comunidades y alteran los principios básicos de seguridad en nuestra ciudad", declaró Bass.
Salas, la directora ejecutiva de Chirla, rodeada de manifestantes con carteles contra el ICE, dijo que "nuestra comunidad está bajo ataque y siendo aterrorizada. Son trabajadores, padres, madres. Esto tiene que parar. La aplicación de la ley de inmigración que está aterrorizando a nuestras familias en todo este país y recogiendo a nuestra gente que amamos debe detenerse ahora".
El ICE se negó a discutir los detalles de sus operaciones. En un comunicado vía correo electrónico, la agencia sostuvo que hace arrestos de "no ciudadanos" que "cometen delitos" y de "otras personas que han violado las leyes de inmigración de nuestra nación".
En Los Ángeles, videos de transeúntes y equipos de noticias de Televisión capturaron a personas siendo escoltadas en un estacionamiento de un Home Depot por agentes federales. También mostraron enfrentamientos que estallaron en otros sitios de detención.
La televisora KTLA mostró imágenes aéreas de agentes fuera de una tienda de ropa en el distrito de la moda llevando a los detenidos fuera de un edificio y hacia dos grandes furgonetas blancas que esperaban justo afuera en un estacionamiento.
Las manos de los individuos detenidos estaban atadas detrás de sus espaldas. Los agentes los cachearon antes de cargarlos en las furgonetas. Los agentes llevaban chalecos con las siglas del FBI, del ICE y del HSI, siglas en inglés de Investigaciones de Seguridad Nacional.
Agentes armados usaron cinta policial amarilla para mantener a las multitudes en la calle y la acera alejadas de las operaciones.
Imágenes aéreas del mismo lugar transmitidas por la cadena KABC captaron a los agentes lanzando bombas de humo o granadas aturdidoras en la calle para dispersar a las personas y luego alejándose en camionetas SUV, furgonetas y vehículos de estilo militar.
Defensores de los derechos de los inmigrantes usaron megáfonos para hablar con los trabajadores, recordándoles sus derechos constitucionales e instruyéndoles que no firmaran nada ni dijeran nada a los agentes federales, informó Los Ángeles Times.
Katia García, de 18 años, dejó la escuela cuando se enteró de que su padre, Marco García, de 37 años, podría haber sido objetivo.
García, ciudadana estadounidense, dijo que su padre carece de papeles para residir legalmente en el país y ha estado en Estados Unidos durante 20 años.
"Nunca pensamos que esto nos sucedería a nosotros", comentó al diario Los Angeles Times.
Once de los 15 miembros del Ayuntamiento de Los Ángeles emitieron un comunicado acusando a las agencias federales de inmigración de "una escalada atroz".
"Este acoso indiscriminado de niños y familias no solo perjudica a las personas que son directamente afectadas, sino que destruye el sentido de confianza y seguridad de nuestras comunidades en sus propios hogares", denunciaron en comunicado.
El Departamento de Policía de Los Ángeles y el Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles emitieron comunicados indicando que estaban al tanto de las medidas migratorias locales del viernes. Ambas agencias afirmaron que no participarán en la aplicación de las leyes civiles de inmigración ni intentarán determinar el estatus migratorio de ninguna persona.
"Queremos que nuestros residentes sepan que cuando piden ayuda, el Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles responderá, investigará y protegerá a todos, independientemente del estatus legal de la persona", dijo la entidad en un comunicado.
La escalada de acciones migratorias del viernes en Los Ángeles ocurre mientras el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, presiona al ICE para que comience a realizar al menos tres mil arrestos al día y cumpla con el mandato del presidente Trump de llevar a cabo el mayor esfuerzo de deportación de la historia.
Esta semana, CBS informó que ICE había registrado dos mil arrestos cada día, un aumento dramático respecto al promedio diario de 660 arrestos reportados por la agencia durante los primeros 100 días tras el regreso de Trump a la Casa Blanca.