
Con las tensiones en el aire, un cuadrangular de dos carreras de Erisbel Arruebarrena sentó la calma en territorio boricua. Un golpe de autoridad en el ocaso del duelo que sirvió para maquillar la baja productividad de los bates cubanos.
Después de tolerar una anotación en el episodio de apertura, Yoanni Yera acudió a su versión habitual en circuitos aztecas para encarrilar seis innings con una decena de ponches. El zurdo, ganador del duelo, preparó la escena para otro matancero, Renner Rivero, quien apuntaló la victoria con un salvamento.
Si bien la estancia en el montículo de Cerilio Soleana resultó breve, el serpentinero constituyó el antagonista de la jornada al sufrir de la fuerza de un jugador como Arruebarruena, con pasado en la máxima expresión de béisbol en el orbe (MLB). A manera de cruz, la derrota acompañó a Soleana.
El equipo anfitrión encontró en el metal bronceado la recompensa al esfuerzo, para ello, debieron imponerse 5x3 a la selección de Islas Vírgenes U.S., la cual asumió el tránsito del evento en una espiral de crecimiento colectivo.
