Las actuales transformaciones sociales también condicionan los intereses de los jóvenes con respecto a la Educación Superior. Sobre el tema profundiza 26, mientras transcurre agosto y la familia tunera se alista a un nuevo curso escolar
Las Tunas.- "Lo que sucede en un aula es reflejo de la sociedad, no viceversa", me dijo hace un tiempo, de manera categórica, un enconado académico tunero. Y yo, que respeto en demasía cada una de sus aseveraciones, he tenido a esa sentencia como compañera de viaje en el camino intenso de este reportaje.
Porque se están transformando, de la mano de los cambios económicos, resortes vitales de la sociedad cubana; y eso repercute en las dinámicas de las familias, los intereses objetivos de docentes y alumnos, y el entramado que, generado desde ahí, condiciona el futuro del país.
Parece un trabalenguas, pero no lo es del todo, porque estas líneas intentan abordar el complejo panorama del ingreso a la Educación Superior. Un lienzo que en Las Tunas, como en toda Cuba, merece reflexión y empeño.
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El doctor en Ciencias, Guillermo Machado Martínez, es el subdirector que atiende Actividad Científica y Formación Laboral en el instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge; y esbozó una sonrisa cuando le pregunté por las motivaciones de sus muchachos ante el ingreso a la Universidad.
No lo escogió 26 como entrevistado al azar. Para nadie es secreto que la Enseñanza Preuniversitaria aporta la mayor cantidad de matrícula a la Educación Superior cubana y que, dentro de esa nómina, los estudiantes del Ipvce son una carga valiosa.
"Los intereses de los bachilleres hoy son mucho más diversos. Antes, todo el que llegaba aquí tenía las aulas universitarias como meta y ahora contamos con alumnos muy buenos que no aspiran a eso; es una realidad que afrontamos desde hace varios años.
"Le damos mucha importancia a la formación vocacional. En período lectivo, los segundos jueves de cada mes los dedicamos a hacer actividades de ese tipo e intentamos que lleguen hasta acá representantes de diferentes organismos.
"Hemos tenido resultados con las Sociedades Científicas que, si bien son perfectibles, nos ayudan a encauzar las aspiraciones. Especialistas del Citma, la Delegación de la Agricultura, Labiofam… se han vinculado con nosotros.
"También insistimos con el estudiantado en el hecho de que el Nivel Superior los prepara para la vida, no para algo especifico; y se sale igualmente avalado para el sector estatal como para el privado".
Por su parte, Amaury del Río, subdirector de la Enseñanza Preuniversitaria en la provincia, destaca que "si valoramos las realidades de este universo, hasta logra tener cierto sentido que carreras tradicionalmente de gran demanda como las pedagógicas, de Ciencias Técnicas y Agropecuarias y algunas del campo de la Salud, dejaran plazas para una segunda vuelta de opciones en los exámenes de ingreso.
"Porque todavía muchos limitan el proceso de llegar a la Universidad a tres pruebas, cuando en realidad es mayor y cuenta con múltiples variantes".
Para algunos, ante las posibilidades que brindan los vigentes planes de carreras y el hecho de que las opciones cubran la demanda de la totalidad de los presentados -aunque no siempre sea con una primera o segunda opción- hace inoperantes ya estos exigentes procesos de ingreso.
Sin embargo, especialistas en dichos temas nos hablaron de la necesidad de mantener esta variante activa para "el mejor derecho", porque existen carreras, fundamentalmente las que se estudian en la Universidad de La Habana, como algunas lenguas extranjeras y las Ciencias Nucleares, que otorgan muy pocas plazas en el territorio y la competencia resulta inevitable. Pero basta con decir que este año, 300 jóvenes llegaron a estudios superiores en Las Tunas por otras vías, para entender que los caminos se abren y, todo indica, seguirán en esa ruta.
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Por los expertos conocimos que en el Balcón de Oriente son las especialidades asociadas a las Ciencias Médicas (por su universalidad, o sea, la visión de que pueden ejercerse en cualesquier latitud y circunstancia) y las que se cursan en la provincia (por su territorialidad) las más demandadas actualmente.
Historias nos contaron de medallistas nacionales que, pudiendo obtener Microbiología o Física Nuclear de manera directa, prefieren formarse como médicos en Las Tunas; y también de jóvenes con índices astronómicos que escogen ser licenciados en Informática aquí y dejar a un lado la oportunidad de egresar de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) en La Habana.
Recuerdo entonces a Mirtha, la madre de una joven que recién concluyó segundo año en la Universidad de Camagüey y sus esfuerzos mayúsculos por alcanzar los pasajes de la guagua, "porque cuestan 39.00 pesos. Cuando no lo logro, son 700.00 los que me toca dar.
"A eso adiciona los alrededor de mil que se lleva la niña, porque muchas de las clases son en el centro de la ciudad, y cuando eso pasa tienen que comer algo por allá; además de trasladarse desde la sede central, ubicada en las afueras.
"Asimismo, compro harina, pan y salchichas para que tenga qué picar en la beca. Cuando sumas, el salario del mes se me va en ella; eso sin hablar de lo que valen la ropa, los zapatos, las recargas de datos para que estudie... Si me huelo esto, la desembullo de la carrera; total, al final los cuatro mil pesos y pico que ganará no le alcanzarán para vivir".
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Como "discretos" fueron valorados los más recientes resultados del ingreso a la Educación Superior en Las Tunas (ver infografía); aunque los índices nacionales tampoco exhibieron mejor cariz.
Para obtener carreras en el primer otorgamiento es necesario aprobar los tres exámenes (Matemática, Historia y Español). Este requisito solo lo cumplieron 462 educandos de entre los poco más de 700 que asistieron a cada prueba; así, 266 jóvenes desaprobaron al menos una de ellas, (64,35 por ciento de aprobados).
Además, fue relativamente menor la cantidad de estudiantes presentados este año, lo que ratifica la tendencia de las más recientes etapas lectivas.
Para Manuel Guerrero Batista, secretario de la Comisión Provincial de Ingreso, llegar a la Universidad sigue siendo el gran sueño de la mayoría, "lo que sucede es que las opciones de superación son diversas hoy y se ajustan a los intereses y realidades de cada familia de una manera que antes no se podía".
Por él supimos que la variante de técnicos superiores de ciclo corto resulta, para muchos, una opción nada despreciable. "Se incorporan este año siete nuevas disciplinas de dicha modalidad a las 25 que ya existen. Algunas están regionalizadas, pero, la mayoría, se forman en Las Tunas. Son una opción bastante tentativa porque pueden trabajar antes, a los dos años y medio aproximadamente, y continuar estudios mientras generan sus propios ingresos.
"Dentro de esta vertiente las más demandadas también son las relacionadas con las Ciencias Médicas y las que se estudian aquí", acota el experto.
ULT, ¿DE BRAZOS CRUZADOS?
"En tiempos duros se antepone la croqueta al cerebro", me dijo, con voz triste, un entrañable coterráneo. Y algo de razón tiene. Ante la premura y la desmedida alza económica del presente, es mucho más rentable vender en Revolico que "quemarse las pestañas".
Eso lo saben muy bien los profesores de la ULT y empeñados están en enamorar a sus pupilos de las carreras que escogieron, implementar elementos de la ciencia en función de la educación y atender las particularidades de cada muchacho que les llega. No es una pelea fácil, la verdad.
Así lo ratifica el doctor en Ciencias, Joel Borrero Alarcón, vicerrector de la casa de altos estudios. "Iniciamos la previsión de matrícula para el venidero curso con siete mil estudiantes y va por seis mil 320. La situación demográfica pesa mucho, porque se reunifican con sus familias meses antes de graduarse, o porque crean sus propios negocios en medio del período docente y piden la baja. Todo eso nos hace más complejo el trabajo.
"El curso pasado, por ejemplo, tuvimos un alto porciento de deserciones escolares; y no solo en el primer o segundo años de la carrera, porque incluso en el cuarto, a punto de egresar, se dan casos ya.
"Y hay alumnos que, después de conquistados los títulos, no se incorporan a sus puestos laborales, pero esos son los menos; lo que más abunda es que las nuevas formas de gestión, al ofrecer mejores salarios, se quedan con los graduados más valiosos en muchas especialidades". Claro que esa es una opción válida, solo que con frecuencia se van para asumir puestos alejados de lo que estudiaron y caen en el olvido las urgencias territoriales.
La ULT intenta hoy impactar en este panorama. Por eso, potencia las "Puertas Abiertas" y acciones similares de formación vocacional, está inmersa en un costoso proceso inversionista para mejorar las condiciones de la residencia estudiantil y pretende extender las Sociedades Científicas, que nacieron en el Ipvce, a otros centros afines. Busca atemperar las propuestas a los territorios y favorecer, mediante concursos de oposición, que más jóvenes accedan a estudios superiores de manera directa.
El vicerrector insiste en que hay mucho más. La realidad es muy compleja y las necesidades económicas de las familias llegan a determinar las proyecciones de los estudiantes.
"Por ejemplo, en la carrera de Economía tenemos numerosos alumnos que ya tienen sus propias actividades comerciales. Recuerdo ahora a uno de ellos, de 'Jesús Menéndez', que lleva, con sus padres, un negocio de colchones. Hace un tiempo le pidió a su decana dejar la escuela, porque necesita trabajar allá, de ahí vienen los ingresos de su casa y es algo rentable.
"Conversamos con él y se le propuso, desde la facultad, un sistema de conjunto con el Centro Universitario de su municipio y la ULT, para que pudiera continuar estudios, hacer las prácticas desde su misma experiencia de negocio. Y salvamos una carrera.
"Tenemos alrededor de 15 educandos contratados en la Universidad, mientras estudian generan ingresos laborando en tareas afines; por ejemplo, como docentes, en el área de Comunicación. Eso les permite no abandonar el centro.
"Sabemos que nos falta mucho por lograr, pero estamos buscando todas las variantes posibles para que la provincia no pierda a sus profesionales".
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Los especialistas con los que conversó 26 insisten en que el camino seguirá siendo el de asumir las transformaciones y retos actuales y revertirlos en opciones para que la motivación se enrumbe siempre a las aulas. Ante ello, saber que la Educación Superior tunera busca fórmulas resulta aliento divino.
Claro, saben que el éxito solo será plenamente posible en la medida en la que los jóvenes sientan que es importante para su bienestar futuro; y eso, más que políticas y novedosos proyectos, requiere cambios tangibles en las dinámicas sociales que escapan al sector educacional. Sí, volvemos al inicio de este reportaje: "Lo que sucede en un aula es reflejo de la sociedad, no viceversa".
A esta reportera, que ahora tiene la agenda repleta de historias, le han nacido nuevas preguntas tras la indagatoria. Porque nuestro equipo conversó con muchachos diáfanos que revelaron -grabadora apagada mediante y exigiendo discreción- que eligen cualquier carrera para pasar apenas un año de Servicio Militar y no piensan llegar a estudiarla; con otros que entran a la Universidad seguros de que no terminarán, porque sus proyectos de vida están en otras latitudes, y hasta los que, en pleno siglo XXI, se sienten presionados por sus padres para definir vocación y camino.
Estas líneas son apenas el reflejo de la punta de un iceberg que condiciona lo que seremos a mediano y corto plazos. Atenderlo a fondo es la única manera posible de mantener profesionales valiosos en el entorno tunero, egresados competentes y lúcidos, que nos ayuden a crecer.