Las Tunas.- Un nuevo código de vida asumen los círculos infantiles de Las Tunas, ante las condiciones epidemiológicas de la provincia por la Covid-19.
A la entrada de cada institución, un filtro sanitario garantiza la prevención de focos puertas adentro. Así ocurre en el círculo infantil Ismaelillo, en la ciudad capital -en tercera fase epidémica-, uno entre los 28 de su tipo en la provincia.
“A la hora de la llegada se hace la pesquisa sanitaria. ¿En qué consiste? Preguntamos sobre el estado de salud del niño, si ha manifestado síntomas febriles o gripales, si los miembros de la casa han sido contactos de alguna persona sospechosa de contraer la Covid-19. Asimismo, tenemos activo el paso podálico, la desinfección de las manos de niños y trabajadores antes de entrar a la instalación con las soluciones indicadas para este fin. Durante todo el día, nos mantenemos pasando por los salones monitoreando el estado de salud de los pequeños”, explica la licenciada en Enfermería, Yanelys Pérez Reyna.
Como parte de las estrategias para preservar la salud de los infantes, con medidas más estrictas se vigila la inocuidad de los alimentos.
“Ya tenemos incorporados los nasobucos en el uniforme de trabajo. Manipulamos con mucho cuidado cada alimento. Siempre se mantienen tapados, incluso, en el momento del traslado hasta los salones de los distintos años de vida. Conservamos muestras testigos en las neveras, previendo cualquier evento por intoxicación”, acota Mercedes Hidalgo Rodríguez, pantrista del centro, encargada junto a otras tres mujeres de la elaboración, conservación y distribución alimentaria.
La dirección del plantel y sus educadoras han creado mecanismos de comunicación, a la entrada y salida de los horarios docentes, para interrelacionarse con las familias sobre los procesos de aprendizaje y las medidas sanitarias por implementar.
“La familia no puede acceder al interior del círculo. Así quedó establecido por nuestro Ministerio de Educación (Mined), según los protocolos establecidos, y así lo cumplimos. Compartimos -en la entrada- con padres, madres, abuelos, o la persona encargada de traer a los pequeños, sobre los avances en el proceso educativo, dónde debe reforzarse el contenido, con mayor énfasis en el caso de los que cursan el preescolar. Les hablamos sobre las normas de control epidemiológico, que no solo son para aplicar en el centro; dependemos mucho de los correctos procederes de la familia en casa, para evitar cualquier foco interno en nuestra instalación”, puntualiza la máster Ana María Zamora Salgado, su directora.
Protección y seguridad son las premisas, ahora con mayores cuidados, para continuar la enseñanza en una provincia que, aunque mantiene el control sanitario sobre el SARS-CoV-2, no se confía.