Las Tunas.- Afianzado en su objetivo de asegurar políticamente procesos que son estratégicos para el desarrollo del país, como es el caso de la Educación Superior, el Observatorio Social de la Universidad de Las Tunas realiza un seguimiento constante a la Covid-19 en Cuba y las lecciones que deja su enfrentamiento.
Así lo confirmó a la Agencia Cubana de Noticias el doctor en Ciencias Filosóficas Carlos Alberto Suárez Arcos, quien desde la casa de altos estudios coordina el equipo multidisciplinario que analiza y estudia las enseñanzas en el orden epidemiológico, económico, comunicológico y social que supone la Covid-19 para el territorio nacional.
Entre los aspectos positivos, Suárez Arcos significó la capacidad de previsión, el uso rápido y efectivo de las potencialidades de la Industria Biofarmacéutica y lo que esto representa ante una situación epidemiológica, respuesta que el Observatorio Social (OSULT) identifica como consecuencia del pensamiento estratégico legado por el Comandante Fidel Castro Ruz.
De igual forma, la decisión de aislar los diferentes grupos de personas en consonancia con su nivel de relación con la enfermedad (contactos de casos confirmados, sospechosos y contactos de los casos sospechosos) dio la garantía de una contención en condiciones epidemiológicas favorables, tal como el OSULT ha venido mostrando en gráficos a través de las redes sociales.
Suárez Arcos explicó que en contraste con las fortalezas sanitarias, la Covid-19 demostró las asignaturas pendientes que como sociedad Cuba tiene en el plano de la disciplina social, y hasta qué punto esto pasa factura ante un fenómeno que necesita obligatoriamente de una educación de salud.
Otras lecturas hablan de la manera en que se organizan y distribuyen los productos de primera necesidad, ante lo cual el Observatorio Social concluyó que el racionamiento es un principio metodológico de la dirección en un país que está adaptado a vivir en situaciones de contingencia y a adaptarse a las más disímiles etapas y regulaciones.
Agotar todas las capacidades de planeación, evitar aglomeraciones, descentralizar los productos, así como lograr mantener la vitalidad en el sector agroalimentario, figuran entre las cuestiones que trascienden más allá del enfrentamiento al nuevo coronavirus, agregó el investigador.
Además, el OSULT trabaja en la realización de un artículo de estudio que bajo el título "Covid-19: del enfrentamiento epidemiológico al enfrentamiento político comunicológico", busca abordar cómo desde la presencia de los primeros casos positivos al SARS-CoV-2 y en medio de todos los esfuerzos por mantener preparada e informada a la población, persiste la desinformación.
En la medida en que tengamos una sociedad mucho más informatizada debe estar también informada, precisó Suárez Arcos.
Identificado por sus protagonistas como un ente de nueva creación, el Observatorio en sus cuatro años de labor, desde la dirección de Marxismo Leninismo de esta institución, se ha encargado de realizar una mirada hacia los procesos sustantivos que ocurren en su interior y hacia las implicaciones políticas e ideológicas que estos tienen en la Educación Superior.
Con tres áreas fundamentales de trabajo, el OSULT respalda de forma teórica las investigaciones de la Universidad tunera, realiza encuestas y lecturas prácticas para implementar o perfeccionar estrategias y procesos de la formación de valores o la propia actividad extensionista.
Tiene una dimensión antisubversiva directa que se encarga de monitorear todos los ataques que desde diferentes plataformas se realizan contra la Educación Superior en Cuba, pero en esencia, contra lo más valioso que tiene, sus jóvenes.