Las Tunas.- Los 97 años de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) han estado celebrándose en Las Tunas de muchas maneras. Actividades en las residencias, encuentros de brigadas, actos en las distintas sedes y hasta un minicarnaval han aderezado las horas previas a este 20 de diciembre. Faltando tres años todavía para el centenario de la organización joven más longeva de Cuba, los rostros que la habitan reconocen la valía de cada amanecer en sus filas, como de seguro lo harán los que la integren por esas fechas.
Y es que cuando se es estudiante uno se siente orgulloso por el mero hecho de serlo. Así transcurren los días, entre lo jactancioso y lo comprometido. La FEU ha estado, desde aquel 1922, entre lo más destacado de la vanguardia de la Patria. Fueron jóvenes universitarios cubanos los que tomaron Radio Reloj para ajusticiar al tirano, en su propia madriguera. Estuvieron igual prestos a no dejar morir al Apóstol en el año de su centenario y los vemos hoy, lo mismo entre libros la víspera de un examen complejo, que soñando con el campismo en brigada o la escalada inigualable a la cima del Pico Real del Turquino.
Tienen el don de saberse capaces de todo lo bueno, entregarse ante lo que se anuncia de otro tiempo y apostar, desde las aulas y el presente, para marcar la diferencia en el futuro de Cuba. Por estas fechas andan de vacaciones. Durante la semana completa estuvieron ocupados en los festejos de este aniversario que los atrapa mezclados con los suyos, en proyectos de fin e inicio de año, repletos de fe.
Regresarán al aula con el brío de enero, de seguro entre abrazos apretados y muchas anécdotas. Ellos son la FEU y con eso alcanza para tomar parques, izar banderas, cantar al viento y bailar sin música, porque la llevan dentro, entre la alegría de vivir y la libertad de los 20 años. Son una organización de más de nueve décadas que se nutre siempre de sangre novel, ardorosa y capaz, para fundar.