Las Tunas.- Herrero de oficio y titular de varias propiedades generadas por negocios, Ramón Ortuño dejó toda su prosperidad para incorporarse a las huestes mambisas de Las Tunas, comandadas por el mayor general Vicente García González.
Nativo de la ciudad de Holguín, llegó hasta la entonces Victoria de las Tunas atraído por la joven Adelaida Salazar, en la que encontró el amor que le hizo aplatanarse en esta villa, que ya había sido incendiada en 1869 por el mayor general Manuel de Quesada.
Pero se aclimató tanto a Las Tunas que, además de abrir un taller de herrería y otros negocios, se sumó al primer cuerpo de bomberos de la localidad, el que estaba integrado por hombres negros en su totalidad.
Ortuño llegó a construir en su finca Guisasero un modesto ingenio para fabricar raspadura de caña, lugar al que aún varias personas le llaman la loma de Mongo, en alusión al dueño del trapiche.
El mambí también era conocido como Mongo Metralleta, epíteto que obedece a que empleaba barrotes de ventanas y líneas telegráficas para convertirlos en perdigones, con los cuales se rellenaban los cartuchos de los fusiles.
Durante un choque contra los españoles, escenificado entre Las Tunas y Maniabón (aún sin definir el sitio exacto y la fecha del combate ), perdió la vida el hijo adoptivo de este territorio oriental.
Como sus compañeros mambises no pudieron rescatarlo, los enemigos lo hicieron pedazos con sus sables y luego lo incineraron.
Caería así Ramón Ortuño, primer negro general de los mambises tuneros y uno de los hombres que dieron el paso al frente para acompañar al mayor general Vicente García en el alzamiento del 13 de octubre de 1868, tres días posteriores al grito de independencia encabezado por Carlos Manuel de Céspedes.