Las Tunas.- Para muchas mujeres, la mayor inquietud tras el parto es, sin dudas, la alimentación del bebé. A esa hora asoman varias interrogantes, sobre todo, si la preparación previa fue escasa o nula. ¿Podré amamantar a mi pequeño?, ¿tendré suficiente leche?, ¿rechazará el pecho? Y aunque cada cual vive su propia experiencia, siempre es más factible llegar a ese momento con los aprendizajes básicos.
No solo la futura madre debe preocuparse por adquirir los conocimientos, sino además, el padre y la familia más cercana. Suelen ser ellos los mejores aliados, pero el desconocimiento puede convertirlos en enemigos de la continuidad de este vital proceso. La mujer, vulnerable después de dar a luz (mucho más si es primeriza), con frecuencia escucha opiniones que no pocas veces la llevan al abandono de la lactancia.
Al respecto, la neonatóloga Maricelis Bas Ávalo refiere que justamente la insuficiente información sobre el tema incide en la introducción temprana de comestibles inadecuados y riesgosos para la edad del infante. “Necesitamos que los médicos, enfermeros, especialistas, trabajadores sociales… contribuyan a fomentar más la lactancia desde la Atención Primaria de Salud”.
Hablamos de un hecho natural que requiere tiempo, práctica y constancia, pero es también una de las vivencias más gratificantes. Hay que tener muy claro que nada resulta más beneficioso para el pequeño que ese producto.
“Generalmente, las progenitoras dicen que el niño llora mucho porque no se llena, sin advertir que otras disímiles causas pueden provocar ese llanto; recordemos que es la única vía que tiene de comunicarse. Lo más fácil resulta ofrecerle el biberón y justo en ese instante, lo estamos privando del mejor de los alimentos”, afirma.
De acuerdo con los estudios, es el más digerible y nutritivo; previene infecciones, episodios de diarreas, alergias, anemias y afecciones respiratorias. Ofrece protección contra la aparición de enfermedades de la niñez, como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, la obesidad y se asocia con puntuaciones mayores de desarrollo cognitivo.
Sus fortalezas se extienden a las progenitoras, pues favorece la pérdida de peso de forma natural, reduce el riesgo de padecer cáncer de mama, y de manera prolongada, el cáncer de ovario.
“Impartimos charlas a las madres sobre las ventajas de la lactancia para la calidad de vida y el progreso del bebé. Les explicamos que lo ideal es la exclusiva hasta los seis meses y luego complementaria hasta los 2 años y más”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda iniciar en la primera hora de vida; lo cual aumenta las posibilidades de sobrevivir. El lactante solo debe recibir leche materna, sin ningún otro alimento ni bebida, ni siquiera agua.
ALGO MÁS QUE UN GESTO
En Las Tunas funciona el banco de leche humana (BLH) que ofrece el servicio a ingresados en la sala de Neonatología del hospital Ernesto Guevara de la Serna y en el pediátrico Mártires de Las Tunas. La madre sana hace la donación y el producto pasa por un proceso de recolección, selección, clasificación, procesamiento, control de la calidad y almacenaje para su posterior distribución, siempre bajo prescripción médica.
Bas Ávalo, también jefa del BLH, comenta que hay féminas que por diferentes razones no pueden lactar. Algunas, por ejemplo, padecen infecciones de transmisión sexual, o han sido sometidas a operaciones. “Allí les ofrecemos el alimento para que no acudan a otras alternativas”.
Hasta la fecha, más de 660 mujeres fueron asistidas en ese sitio, de ellas 169 se convirtieron en donadoras y han sido beneficiadas más de 270 con este respaldo. “Es un hermoso y admirable gesto que favorece a muchos infantes”.
LACTANCIA MATERNA Y LA COVID-19
La Covid-19 trastocó la vida de la mayoría de los seres humanos del planeta. Y podría ser particularmente estresante para las mamás que están amamantando. Sin embargo, la OMS y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia sugieren mantener la lactancia durante la pandemia, aunque se tengan la sospecha o la confirmación de estar infectadas por el coronavirus.
Los datos actuales señalan que es poco probable que esta enfermedad pueda transmitirse a través de esa vía. Se recomienda que las madres con síntomas de Covid-19 utilicen una mascarilla. Deberán además, practicar las medidas de prevención de infecciones, como lavarse las manos, limpiar las superficies que toquen y cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar o toser.
En caso de estar demasiado enfermas, pueden usarse otras variantes como la extracción de la leche propia o la de una donadora. Los numerosos aportes superan con creces los posibles riesgos asociados al SARS-CoV-2. De manera que no hay motivo para la interrupción.
Mucho queda por hacer y aprender de esta maravillosa práctica que merece el respaldo de toda la sociedad. El esfuerzo por protegerla se compensa con la sonrisa y la salud de nuestros niños.