Caracas.- Licenciada en Enfermería, especialista de Primer Grado en Enfermería Comunitaria, diplomada en Emergencia y capacitada en Pie Diabético, la tunera Maribel Ondina Pérez Peña, cumple su segunda misión internacionalista en Venezuela, “en la primera estuve en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) del municipio de Camatagua, estado de Aragua”, afirma.
Desde hace ya dos años, de su altruismo y entrega conocen bien sus colegas del Área de Salud Integral Comunitaria (ASIC) 509 Guaracarumbo, estado venezolano de La Guaira, y los pacientes que atiende.
La Covid-19 ha cambiado sus rutinas profesionales, y “ahora estoy trabajando en el Cuerpo de Guardia, porque mi CDI es centinela y cuando salgo de la guardia voy a pesquisar en las comunidades, eso también cumpliendo los protocolos de bioseguridad”, confirma con naturalidad.
LA MAYOR SATISFACCIÓN
Detrás, o mejor dicho delante, de todas las opiniones que les revelo están las manos, el altruismo y la profesionalidad de Maribel, quien desde su llegada a esta tierra ha puesto su corazón en los pies del diabético.
“Manuel Dosantos, Jesús Salazar y Yosleydi de González ya están sanos gracias a su disciplina y cumplimiento de las orientaciones”, dice Maribel con sencillez y extrema modestia como si nada tuviera que ver con la buena noticia y hay que estar cerca de ella para aquilatar su satisfacción.
Y destaca cómo Daniel Hollalbez, de 45 años de edad y diabético tipo ll, acudió a los auxilios médicos con lesiones muy profundas en una de sus extremidades inferiores y en solo tres meses se reincorporó a la sociedad en plenitud de facultades.
Ellos son pacientes diabéticos venezolanos que concurrieron a consulta aquejados de úlceras del pie diabético; y, ella asumió, junto a otros especialistas, el tratamiento y estuvo todo el tiempo pendiente de la evolución.
LOS DIABÉTICOS Y LA PANDEMIA
En la madrugada del domingo 3 de mayo, el estado venezolano donde Maribel presta sus servicios solidarios, fue el lugar del frustrado intento de desembarco terrorista procedente de Colombia.
Sobre los hechos y su proximidad, Maribel dice: “No, no me asusté, solo me indigné”, porque los considera criminales “con el problema epidemiológico que vive el mundo y todavía existen indolentes que tratan de destruir a un pueblo (…). Nosotros seguiremos en la primera línea de combate contra el nuevo coronavirus”, enfatiza resuelta.
Aunque en la agenda actual es prioridad la batalla por cortar la cadena de propagación de la pandemia y atender a los casos positivos, los enfermos de otras patologías no están olvidados y el Programa Buen Vivir del Diabético continúa sus prestaciones.
Maribel acuña que en el CDI de Macuto mantienen consulta y han trasladado hacia allá a quienes lo requieren; y ella ha convertido la aplicación WhatsApp Messenger en aliada para darles seguimiento a sus pacientes que por los problemas con el combustible y el transporte, su residencia lejana o situaciones de bajo recursos no pueden trasladarse hasta la institución sanitaria.
WHATSAPP EN TIEMPO DE CONFINAMIENTO SOCIAL
“Así estoy en contacto directo con los enfermos y la familia, cuyos integrantes recibieron adiestramiento sobre el control de la dieta, la glucemia y las adicciones que entre otras medidas ayudan a mantenerlos compensados y cuando se logra ese control la cicatrización es más rápida”, explica.
Y estos mensajes son pruebas de la efectividad de esta iniciativa y del agradecimiento eterno de familiares y pacientes: lván Sánchez, hijo de José, de 79 años de edad, escribió: “Hola, cómo estás Maribel (…), mi papá ha ido mejorando bastante bien (…). Gracias por tu valiosa colaboración. Siempre estaré agradecido de tu ayuda. Eres una maravillosa persona y gran profesional. Se les aprecia mucho y valora todo el trabajo que ustedes hacen”.
Mientras, Mayrovis Camacho, hija de Agustina de Camacho, exalta: “Yo quiero agradecer a todo el personal cubano, en especial al que labora en el CDI de Guaracarumbo, por el trato tan lindo que les dan a todos los pacientes, en especial, el trato maravilloso que le dieron a mi mamá el tiempo que estuvo allá en la sala del pie diabético (...). Fueron muy cariñosos, todo se hizo sentir como si fuésemos una familia o que nos conociéramos de mucho tiempo atrás (…)”.
EPÍLOGO
Contra esa obra de amor que edifican los colaboradores cubanos de la Salud en el mundo no podrán las campañas del imperio; y Maribel es otra guerrera por la vida que con sencillez, humildad, modestia y mucho amor contribuye a esa matriz de opinión favorable multiplicada entre los más humildes.
Y trabaja tranquiliza con el estímulo que significa saberse hija de una Revolución que abriga y protege a su familia, cuya realización profesional y humana está garantizada.