Las Tunas.- Transcurrido el segundo mes del 2022 parece haberse encontrado cierta calma con el SARS-CoV-2 en esta provincia del oriente cubano, pues si bien el virus no ha desaparecido por completo se mantiene en cifras establemente bajas; todo lo cual hace a los epidemiólogos pensar en la posibilidad de introducir términos como endemia para referirse a nuestra relación con la Covid-19.
En lo referente a la pandemia aquí, febrero conservó su tendencia a la reducción de la cantidad de nuevos positivos con respecto a meses anteriores. Solo frente al precedente redujo la sumatoria de casos autóctonos en 0,28 puntos porcentuales, colocándose en el sexto lugar entre sus homólogos, únicamente superado, en ese orden, por septiembre, agosto y octubre del 2021; y por enero del 2022 y julio del 2021. Mientras que el acápite de los importados ancla en el escaño 16.
Dicho comportamiento, en suave pero sostenida caída, se apreció a lo largo de sus 28 días, pues en ninguno de estos sobrepasó los 100 confirmados para una sola jornada; de hecho, en la última apenas se notificaron 13. Cifras tan alentadoras no se registraban en suelo tunero desde el 8 de diciembre del año pasado.
Este lapso concluyó, asimismo, con menos de 200 pacientes activos, entre las cantidades más bajas en lo que va del 2022 y en su mayoría en el régimen de ingreso domiciliario. No obstante, vale destacar que uno de cada tres de esos enfermos activos es menor de 18 años de edad; proporción no tan alta comparada con enero, cuando era nueve de cada 10; aunque sí sigue siendo una situación por tener en cuenta.
La pandemia perdió terreno en toda la provincia; no obstante, dicho retroceso fue más marcado en los tres municipios del sur, cuyas tasas de incidencia de enfermos autóctonos se mantuvieron por debajo de los 120 por cada 100 mil habitantes. En contraste, territorios como Majibacoa la tuvieron por encima del municipio de Las Tunas. Es sumamente preocupante que desde agosto del 2021 la Tierra del Indio Bravo tenga una transmisión del SARS-CoV-2 más intensa que zonas con mayores poblaciones, como la propia capital provincial. Si la cabecera territorial hubiese tenido la misma tasa que Majibacoa, en febrero hubiera registrado mil 260 enfermos más.
Antes de despedirlo por completo, recordemos que febrero se va a la historia con cuatro tuneros fallecidos certificados por Covid-19, el doble de los sufridos aquí en enero. Es la confirmación de la alerta hecha por Aldo Cortés González, subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Él insistió en la necesidad de mantener el cuidado de los adultos mayores, cuyas comorbilidades, precisó, agravan los síntomas y motivan el incremento de los pacientes en condición grave o crítica, así como del aumento de la mortalidad. En el último período, aseguró el experto, los fallecidos han sido personas mayores de los 65 años de edad, con padecimientos de base, que no están inmunizadas o han acudido tarde a los centros de Salud.
Si hacía falta algo más para corroborar la robustez de las vacunas cubanas contra el coronavirus, cuya campaña de refuerzo siguió su avance en Las Tunas, ahí está el haber pasado en el llamado mes del amor a estadios beisboleros casi repletos y con poco o ningún distanciamiento, y que, al mismo tiempo, no empeorara la situación epidemiológica. Sin embargo, toda transgresión de las pautas sanitarias, especialmente, lo tendiente al correcto uso del nasobuco y la adecuada ventilación de los espacios interiores, va en contra del esfuerzo común por la salud colectiva, que nunca deberá decaer.