Las Tunas.- Que Waldina Almaguer Medina obtuviera por estos días la Distinción Artista de Mérito de la Televisión Cubana no nos sorprende en absoluto. Ella ha hecho de la creatividad y la determinación sus derroteros. Y así anda, llenando de color la realización audiovisual, marcando esas singulares maneras de hacer que tanto distinguen al telecentro TunasVisión.
Aunque el lauro se entregará el 24 de octubre -como parte de la celebración por el aniversario 74 de la Televisión Cubana-, Waldina ya lo tenía sin saberlo, pues desde hace mucho lo merece. Ella, maestra de profesión, se sintió fascinada por este medio, desde que lo descubrió. Desde entonces, aunque solemos verla "detrás del telón", está ahí, "moviendo hilos" que nos trasladan a inolvidables historias de vida, al documental impactante, a la poesía.
En nuestro diálogo, recuerda especialmente la década del 2000 en la que, "desenfrenados", buscaban hacer una obra. "El desafío nos llevó a crear con desatino. Hablamos de programas, documentales, videoclips, promocionales..., y en todo ello contamos nuestra cultura", remarca.
Confiesa a 26 que le apasiona mostrar en pantalla al tunero y ese sentimiento de amor por su tierra. En el proceso, "hemos aprendido de amor por la matria, de cómo somos, de la otredad, nuestra fe y modo de vivir. Los tuneros se han convertido en protagonistas de nuestros audiovisuales. Hemos desentrañado formas de vida, valores y rasgos simbólicos que lo definen, así como misterios, ternuras, virtudes... Y, algo muy lindo, en lo que descubrimos y eternizamos en nuestros audiovisuales, también nos encontramos y aprendemos".
Con el sentir a flor de piel, no es difícil comprender que haya abrazado el audiovisual como ruta idónea para expresarse. "Por esa vía, hemos podido mostrar historias de vida de gente común. Además, los documentales aportan al patrimonio audiovisual, traducen realidades, salvaguardan la memoria histórica".
Rememora especialmente aquel realizado a Dioscóride Borges, ese que desde el Balcón de Oriente figuró entre los mejores luthiers del país. "Era admirable cómo, en condiciones de extrema humildad, sacaba de un trozo de madera una guitarra. Así, a través de un audiovisual, guardamos el testimonio de este creador, quien tuvo un estilo propio y hacía hasta las cuerdas de la guitarra en tiempo de crisis.
"También recuerdo la serie documental Oficio de hombres, que recoge el modo de hacer de trabajadores tuneros. Incluimos, por ejemplo, al primer alfarero de estos lares, quien heredó su tradición de ancestros españoles, sentando escuela en esa materia. Asimismo, reflejamos una tradición de más de 100 años, la de hacer carbón a las orillas del mar. En ese caso, los protagonistas eran hombres de Manatí y mostramos desde el instante en el que iban a zonas cenagosas tras leña para hacer los hornos.
"Además, aparece el hombre que trabaja en la forja y hierra caballos, hace clavos, arados, cercas, alambrados..., un herrero que muestra el modo de convertir un trozo de hierro en instrumento de trabajo. Todo eso sin entrevistas ni comentarios, solo imágenes y música, en excelente binomio".
Con el rostro iluminado por la pasión de un oficio que la enamora cada día, tampoco deja de mencionar a Divinas Obsesiones, serie con la que reflejó a mujeres artistas con estilo único como la tejedora con fibras del campo Petronila, la escritora María Liliana Celorrio y la escultora Gitzy López. Se refiere también a su acercamiento a Aleida, la del Parnaso, una mujer de fe, conocida por su don de curar enfermos, "una mujer nacida del polvo, que vive en el Parnaso, cual musa escondida".
En su intento por vislumbrar las expresiones de este pueblo, ha llegado igualmente al poblado de San Joaquín, donde la familia González Fuentes ha mantenido la tradición de celebrar la Cruz por más de 100 años. "Se dice que fueron monjes pasionistas los encargados de enseñar esta rica tradición de adorar la cruz en el mes de mayo para atraer el agua. Tan necesaria en esta zona arrocera de nuestro territorio. Así, el 3 de mayo era día de fiesta y de vestir la cruz, preparar un altar con las más hermosas flores y velas para decorarla, además de entonar hermosos cantos y ofrecer el agualoha, un brebaje hecho con aguardiente de caña limón y agua de coco", nos ilustra.
Y, por esos caminos, comparte con el grupo portador de tradiciones Petit Dancé, protagonizado por "una familia con raíces haitianas que ha realizado sus ceremonias por más de 100 años. Mostramos su cultura, modos de danzar y cantar, cómo tocan el batá. Por supuesto, no puedo dejar de mencionar a Espírita sesión, con el que obtuve -junto a Gianny López Brito- el Gran Premio Caracol 2022. Esta obra, en particular, versa sobre el espiritismo de cordón y narra la manera de expresar la fe de Gilberto Santiesteban, desde un lugarcito escondido que se llama Feijóo, en el municipio de Jobabo".
Waldina no solo ha realizado audiovisuales, pues su estampa está unida inevitablemente a programas infantiles (¿Te lo cuento otra vez? y Limonada), culturales (Algo crece y Claroscuro) y de otra índole (Quiéreme entera y Esta mujer es una isla, dedicados a las féminas; La viga en el ojo, dedicado a la Asociación Hermanos Saíz), así como videoclips (a Félix Ramos, a Norge Batista, Daniel Velázquez, Contrapunto, Gaspar Esquivel...), y otros materiales.
"El haber vivido tantos momentos de Las Tunas, ha hecho de mi obra, un medio para salvaguardar la identidad cultural", puntualiza. Y no deja de agradecer a todos esos colegas que han acompañado sus sueños, nombres como Yovier Serrano, Miguel Almaguer, Julio Rodríguez, Gianny López Brito y otros, pero -sobre todo- Raúl Verdecie, su inseparable compañero de trabajo, "quien es tan dueño de ese reconocimiento como yo".
Waldina ha obtenido múltiples premios y reconocimientos a lo largo de su carrera. También ha participado en prestigiosos eventos como el Festival Internacional de Cine de Gibara, el "Caracol" de la Uneac, el "Santiago Álvarez in memoriam", la Convención Internacional de Radio y Televisión, el Almacén de la Imagen, el concurso Imagen de Cristal y los Premios Lucas.
Sin embargo, confiesa, "lo mejor de estos años ha sido el trabajo en grupo, con otros directores, a dúos... Ese deseo de hacerle un audiovisual a todo lo que ves, por donde quiera que pases. Y debo asegurarte que todavía siento ese miedito hermoso cuando voy a grabar, ese frío en la panza que te hace pensar que no sabrás cómo hacer", confiesa la directora y guionista de Televisión, en cuya obra late la sociedad, nuestra cultura, la vida misma, ese mujer-isla que no pierde la sencillez a pesar de su amplio currículo.