Las Tunas.- Del 28 de febrero al primero de marzo, en nuestra provincia se desarrolló la primera Jornada de Música Contemporánea, dedicada al maestro Leo Brouwer en su cumpleaños 86. Con presentaciones y momentos teóricos, la cita devino un bonito acercamiento a quien se considera uno de los creadores más brillantes del pentagrama cubano.
El espacio Sábado crítico, bajo la conducción de Abel Guelmes Roblejo, fue una de las acciones especiales. Allí confluyeron los panelistas Elvira Skourtis, Ramón Carlos Leyva, Aleyvis Araúz, Maritza López y Argibaldo Acebo, todos conocedores de la manifestación desde la práctica y la docencia. Así, los saberes aderezaron el encuentro, unidos a anécdotas vividas por ellos y de la propia vida de Brouwer.
La maestra concertista Skourtis, por ejemplo, comentó pasajes de sus primeros años: "Leo es uno de los hombres más talentosos del universo artístico del siglo, un educador infatigable. Este guitarrista, compositor y director de orquesta nació en un ámbito familiar artístico; es sobrino nieto de Ernesto Lecuona y su abuela era Ernestina Lecuona. A su casa iban personalidades a hacer tertulias y a tocar. Él, siendo pequeñito, pegaba el oído al piano, a la caja de sonido, para escuchar la resonancia. O sea, ya tenía inquietudes. A los 11 años de edad quedó huérfano de madre y le dieron una guitarra para que se entretuviera y aliviara su pena. También estudió con Isaac Nicola a los 14. Y comenzó a componer de forma autodidáctica".
Skourtis también ofreció pinceladas de su vasta carrera musical. "A los 16 años debutó como intérprete en La Habana. Luego tocaría en los festivales más importantes del mundo. Estuvo al frente del Departamento de Música del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) y fundó el Grupo de Experimentación Sonora, con creadores cubanos, entre los que se encontraban Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Sara González y otros. De ahí salió la música de muchas películas valiosas.
"También fue nombrado profesor de Armonía y Contrapunto (asignaturas bien complejas) en el Conservatorio Nacional de La Habana, lo que es hoy el 'Amadeo Roldán'. Luego fue profesor de Composición. Y asesor de Televisión y de la Cadena Nacional de Radio. Además, ha impartido clases y cursos; ha dirigido orquestas sinfónicas y de cámara, incluso, muchos años fue director general de la Orquesta Sinfónica de La Habana, así como de la de Córdoba. En el año 1967 recibió la Distinción de Miembro de Honor de la Unesco. Integra el Consejo Internacional de la Música, la Academia de las Artes de Berlín y la Sociedad Internacional de Autores de Música. Se desempeña como presidente de la Federación de Festivales Internacionales de Guitarra. O sea, en el mundo no hay nada importante con relación a ese instrumento que no cuente con su presencia".
Como ella, durante el panel, los otros participantes nos acercaron a la obra de Leo, aportes, curiosidades, etapas fundamentales de su carrera y otros asuntos. Uno de los tópicos más abordados fue cómo este autor ha bebido de la cultura universal y la ha llevado a su obra, con reminiscencias a la plástica, el cine, la literatura... El lirismo, el minimalismo, la hipérbole y otros elementos se concadenan así para crear piezas admirables. También, algunas de sus obras, poseen guiños a otras de sus composiciones.
Además, más allá de la transformación de estructuras compositivas, incorporó elementos en el proceso de ejecución como cristales, metales y hasta un arco, tocando la guitarra -por ejemplo- como si fuera un cello. "Para él la guitarra es una orquesta. Por eso, el que toca la música de Leo puede definir timbres, planos sonoros… Y ni hablar de la hecha para cine; películas emblemáticas cuentan con su música. Es el caso de Memorias del subdesarrollo, La muerte de un burócrata, Lucía...", agregó Elvira.
"Estamos ante un hombre universal y de una colosal cultura. Un compositor que no solo trabaja con sus sentimientos, sino con conocimientos. Por ejemplo, Canticum se basa en los cánticos de la antigua Grecia, donde está presente la teatralidad. Su obra Preludio epigramático se inspira en textos de Miguel Hernández. El Decamerón Negro también está basada en un libro. Y así sucede con otras. Esa es la diferencia entre el especialista, que hace las cosas bien, pero mecánicamente, y el intelectual, que transmite algo más", añadió Argibaldo Acebo.
Así, todos los panelistas abordaron nociones valiosas de la majestuosidad del autor, incluso algunos desde una visión más cercana (han compartido en ocasiones con el maestro) como Ramón Carlos Leyva, director de la orquesta de guitarras Isaac Nicola. El Patio del Bonsái, ese día, brilló más con este panel. Aunque la primera edición del evento solo aconteció durante dos días, tuvo varias actividades, que acogieron sitios como la escuela profesional de arte El Cucalambé, el museo provincial Mayor General Vicente García, la Casa del Joven Creador y el Comité Provincial de la Uneac.
Además de los maestros, se sumaron estudiantes de la Enseñanza Artística a algunas presentaciones y el concierto Leo característico, en el Museo Provincial, resultó un cierre magnífico con interpretación de obras propias del agasajado como Danza del antiplano, Rito de los orishas, Elogio de la danza, Paisaje cubano con fiesta, Un día de noviembre, entre otras. Esta es una iniciativa hermosa que merece perdurar en el tiempo. La ciudad lo agradece, lo necesita.