Las Tunas.- La presencia en la provincia de Guantánamo del insecto Brachyplatys subaeneus (Westwood), conocido como chinche del frijol negro, obliga a los productores estatales y privados de Las Tunas a estar alerta para evitar su propagación en el territorio.
Reinier García Valverde, jefe del Departamento de Sanidad Vegetal de la delegación local del Ministerio de la Agricultura (Minag), insistió en que esa plaga dañina no se ha detectado en ninguno de los municipios y acotó que ya se dispone de un amplio plan de medidas para su prevención y control.
Dijo que, entre las acciones incluidas en el protocolo de actuación para la vigilancia y manejo integrado de esa especie, se han impartido charlas de capacitación a varios productores y especialistas y se incrementa la vigilancia de las plantaciones para su rápida detección.
Para hacer frente a la chinche del frijol negro -en caso de que llegue a la provincia- los fitosanitarios tuneros contemplan otras tareas como la eliminación de las malezas y hospederos colindantes, la ubicación de trampas de colores para capturar una cantidad significativa de ejemplares y el uso de productos naturales elaborados en los Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos.
Una nota de la dirección de Sanidad Vegetal del Minag informó que ese insecto, originario de los países asiáticos, constituye una nueva detección para la entomofauna de Cuba y se considera una plaga invasora porque puede adaptarse a diferentes entornos naturales.
La comunicación precisa que hasta el momento no se considera una plaga de importancia económica. No obstante, se deben extremar los cuidados porque el animal afecta a varios cultivos como frijoles (común, gandul, caupí, mungo y caballero), la soya y el boniato, entre otros.
El insecto tiene alta movilidad, es capaz de adaptarse a diferentes condiciones y cuenta con pocos enemigos naturales. Ataca principalmente a la familia Fabaceae, pero puede afectar a 29 especies de plantas, cultivadas con fines agrícolas, forestales y ornamentales.
Según expertos, el daño lo ocasionan las ninfas y los adultos al alimentarse de hojas y tallos, lo que provoca marchitamiento, clorosis y crecimiento retardado. Además, por esas aberturas pueden entrar microorganismos como hongos y bacterias lo que complica el estado fitosanitario de las plantas.
Desde el Departamento de Sanidad Vegetal se indica que, en caso de detectar la presencia de la plaga, los productores deben informar a los técnicos de la base productiva y colectar la planta completa, guardarla herméticamente en un nailon y entregarla en el Laboratorio Provincial de Sanidad Vegetal o en las Estaciones Territoriales de Protección de Plantas.
