Las Tunas.- Acercar los alevines a los embalses tuneros es una obsesión para el ingeniero mecánico Alberto Marrero Velázquez, quien, como especialista de Mantenimiento en el Departamento de Desarrollo y Tecnología de la Empresa Pesquera de Las Tunas (Pescatun), lidera un equipo que ha trabajado -y trabaja- con denuedo en un interesante proyecto que satisfará este anhelo.
Marrero Velázquez fundamenta las motivaciones que lo inspiran: "En la misma medida en la que vas conociendo el proceso biológico tan hermoso por el que transitan estas especies -los ciprínidos-, te sumerges en ese mundo y ya no puedes apartarte más", afirma.
Lo dice y reseña en síntesis la evolución: "Desovan las hembras, se le saca el esperma al macho y se mezclan y, entonces, el sistema de recirculación del agua en la incubadora propicia la eclosión del huevo, es decir, la fecundación. En el transcurso de unas 24 horas ya ves la larvita formada. Es una cosa muy bonita e interesante".
Con entusiasmo que devela sensibilidad, acuna esa razón como una de las motivaciones que lo animan en el proyecto de generalización que dotará a Pescatun de una incubadora propia, ahora en período de prueba y cuya puesta en marcha impactará sobremanera.
A LA VERA DE LOS ESTANQUES
Todos los esfuerzos procuran la modificación y fabricación de una incubadora para ciprínidos, que acerque las larvas a las tuberías de los embalses tuneros. Su materialización posibilitará aumentar las producciones y llevar más pescado a la mesa familiar.
Recuerda que en la presa Gramal existían dos de esos equipos, pero en los años 90, en pleno Período Especial, se deterioraron y no han funcionado más. "La dirección de la empresa me dio la tarea de generalizar los resultados que existen hoy en Camagüey, donde funciona una incubadora de este mismo tipo, y ya casi es un hecho -enfatiza.
"Fuimos y tomamos la experiencia, y a una de las que teníamos en desuso le modificamos el sistema de recirculación de agua, que debe hacerlo a favor de las manecillas del reloj y ese era un problema por resolver, y lo hicimos.
"No tenía filtro y lo fabricamos, que es imprescindible para que las larvas no salgan por el drenaje, ayuda a disminuir la presión del agua sobre los huevos contra las paredes de la incubadora y asegura mayor reproducción.
"El pozo del que disponíamos tiene en su agua alto contenido de calcio y contaminación con algas que perjudican la supervivencia de los alevines. Perforamos uno nuevo y se montó un sistema de filtros", y así, paso a paso, se acercan a la materialización del propósito.
LA ECONOMÍA MOTIVA…
En los trabajos realizados han invertido más de un millón de pesos, pero "se revertirán en múltiples beneficios", asegura el entusiasta ingeniero y expresa su confianza en que pueden recuperarlos en el primer año de producción.
"La mitad de lo invertido, casi 550 mil pesos, lo ahorraríamos al dejar de adquirir las larvas en Camagüey -su principal fuente proveedora- y cuyo traslado hasta nuestras unidades tiene implícito los riesgos de estrés y de muerte de estas", remarca.
Confirma que en esa tierra vecina se adquieren alrededor de 44 millones de larvas y "el millar ronda los 12 mil pesos, por lo que gastamos más de medio millón de pesos en cada temporada de siembra.
"Este es solo uno de los aportes de tal generalización, argumenta, pues en el territorio consumimos 80 millones de larvas al año cuando sumamos las demandadas por la Agricultura, el Ministerio del Interior y Azcuba.
"Cuando tengamos en funcionamiento la incubadora obtendremos las que necesitan nuestras unidades empresariales de base; y estaremos en condiciones de comercializar los excedentes con esas otras entidades y organismos, lo que diversificará los ingresos", fundamenta.
"Desde mi responsabilidad veo un universo abierto al empleo de la ciencia y la técnica, la innovación que hace posible enfrentar los desafíos actuales y mirar al futuro con más entusiasmo y optimismo; una tarea que cuenta con todo el apoyo de la dirección".
Que haya menos kilómetros entre los alevines y los embalses locales se ha convertido en prioridad en Pescatun, conscientes de que su concreción ayudará a cuidar la salud económica de la empresa y redundará en más ofertas a la población, una misión a la que sus directivos y trabajadores no renuncian por duros que sean los tiempos.
