"Jesús Menéndez", Las Tunas.- Muchas generaciones han vivido en “Jesús Menéndez” escuchando la leyenda del origen de Chaparra. Las historias populares enriquecen el mito sobre la bella india oriunda del municipio, que engalanaba su cuerpo con flores silvestres. Natural y sencilla la describen los pobladores. Esas cualidades se multiplican hoy entre su gente, cuyos rostros muestran calidez humana y de sus labios salen palabras de aliento en los momentos más convulsos, justo como la situación pandémica que nos reta.
Con pasos firmes y el compromiso perenne con la Revolución, los chaparreros afrontan los desafíos de la nueva normalidad con la mirada puesta en el desarrollo local. De norte a sur los paisajes se diversifican y, a su vez, comparten el tesón de hombres y mujeres en aras de cosechar con la mayor calidad posible, sin importar los obstáculos.
“La producción de alimentos no ha sido la deseada, aunque se han obtenido discretos avances. En algunos renglones como las hortalizas y los granos todavía no es suficiente, las viandas y las frutas muestran mejores índices. Quedan limitaciones con la proteína animal, pues a pesar del impulso de los módulos agropecuarios, solamente logramos resultados en 28 de las 48 bases productivas existentes. En eso estamos inmersos”, reconoció a 26 Alexander Pérez García, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en “Jesús Menéndez”.
EL APORTE COLECTIVO, ESA FUERZA
“Hemos enfrentado la pandemia de la Covid-19 con entrega, dedicación y organización del personal de Salud y de todos los sectores. No podemos descuidarnos, estamos obligados a mantener las medidas higiénico sanitarias para preservar la estabilidad ante esta enfermedad”, enfatizó Pérez García.
La pulcritud y la elegancia en el uniforme de Sandra Batista Céspedes, enfermera del hospital Manuel (Piti) Fajardo, transmite fuerzas a sus pacientes y ha sido un aliento más que necesario en el combate contra el coronavirus y otras afecciones.
“Pusimos nuestro empeño desde los centros de aislamiento, luego en la campaña de vacunación, inmunizamos alrededor del 85 por ciento de la población; y también en programas como el Materno Infantil -relató-. No tenemos muertes maternas ni infantiles, y el indicador de bajo peso, uno de los que antes nos marcaba negativamente, se encuentra por debajo de cinco. Además, en cuanto a las arbovirosis, hemos mantenido un control puntual de los focos”.
Como Sandra, muchas hijas de esta tierra le plantaron cara al virus, tras dejar la seguridad de sus casas, para ayudar a las personas más necesitadas. De eso nos habla Balbina Pérez Pérez, secretaria del bloque Antonio Barrera de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Los espejuelos son incapaces de esconder la emoción en sus ojos, cómplices de la voz exaltada, al confesar sus vivencias.
“Nos hemos crecido, al atender un sinnúmero de actividades, desde la producción de alimentos hasta la confección de nasobucos. Otras apoyaron las pesquisas junto al personal sanitario, atendieron a ancianos y habitantes vulnerables. En mi bloque, de 418 federadas, la mayoría estuvo inmersa en garantizar que no faltara nada en el lugar y el momento precisos”.
Aunque la disminución de casos positivos indique el retorno a la vorágine cotidiana, Salud Pública mantiene el control sanitario. Y luego de ocho años de ausencia de una sala especializada para el tratamiento pediátrico, este mes de diciembre, el anhelo de tantos se verá realizado con la inauguración de un local que acogerá a 10 capacidades de ingreso, con sede en el hospital.
“LOS ZALDÍVAR” SE TRANSFORMA
Apenas tiene 1,75 hectáreas; pero la finca Los Zaldívar, perteneciente a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Reytel Jorge, de Vedado 3, es capaz de multiplicarse y aprovechar al máximo cada rincón de suelo fértil con la siembra de diversos renglones y la crianza de animales.
“Aquí están integradas las familias y usted ve a los hijos y nietos del propietario, varones y hembras, trabajando en las parcelas o atendiendo los rebaños”, explicó Feliciano Zaldívar Meneses, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en el norteño territorio.
“La leche la entregan a la bodega y cumplen los planes; incluso, crecen en más de 70 litros con relación al año 2020. Están plantando ají, tomate, arroz, maíz y plátano burro, entre otras variedades de cultivos. Pretenden diversificar las producciones en pos de conseguir el autoabastecimiento”.
Lo que ocurre en este sitio es fruto de la vinculación con el Proyecto de Apoyo a la Intercooperación Agropecuaria (Apocoop), que se desarrolla en los ocho municipios de la provincia, con el fin de transformar las zonas rurales y elevar el nivel de vida de los labriegos, mediante el aporte familiar a las actividades cotidianas de las fincas y el intercambio de conocimientos, recursos, servicios y productos entre las diferentes unidades.
“Apocoop ha llegado para transformar estos lares, para organizar, enseñar y apoyar, como bien dice su nombre y eso ya comienza a hacerse realidad. En nuestra localidad, 29 fincas de tres CCS (Melton Almaguer, Oscar Lucero y Reytel Jorge) recibirán sistemas de riego, los primeros beneficios materiales”, comentó el directivo.
“Se suma la cooperativa de producción agropecuaria Lizardo Proenza. De conjunto trabajarán las cuatro líneas fundamentales de la iniciativa. Sobresalen la prestación de servicios como la preparación de tierras y la comercialización -incluye una minindustria-, además de la gestión y el conocimiento de las cooperativas, lo que ha permitido capacitar a las juntas directivas y los campesinos.
“Ya visitamos las cuatro entidades, buscando las experiencias individuales y colectivas, determinando cómo vamos a lograr que produzcan varios renglones con la intención de alcanzar la soberanía alimentaria, que es comida para todos y comer con calidad”.
EL BARRIO A LA VANGUARDIA
Los valores patrios resultan evidentes en la cercanía del barrio. Ratifica tal sentencia el haber obtenido el municipio, por décima vez, la Distinción de Vanguardia Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), demarcación tunera con más reconocimientos de esta índole.
“En las donaciones voluntarias de sangre hemos sobrecumplido; con un plan de 800, al cierre de septiembre habíamos aportado 820”, aseveró Alejandro Turró Pupo, coordinador de los CDR en “Jesús Menéndez”.
La laboriosidad marca el camino por seguir en busca de la contribución de todos. Programas como Siembra tu Pedacito y El Barrio Produce inspiran a los cederistas a combatir la escasez de alimentos. “Como iniciativa, identificamos los patios productivos con una pegatina y ya contamos con más de 800, lo que contribuye a que ese movimiento avance”, indicó Turró Pupo.
FUTURO AHORA
El Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) selló el tránsito generacional en el proceso revolucionario. El compromiso de las máximas autoridades radica en el quehacer responsable, siempre con el bienestar del pueblo como máximo objetivo.
“Tenemos renovadas prioridades de trabajo en la siguiente etapa. Como primer paso debemos materializar las ideas, los conceptos y las directrices aprobadas en el Octavo Congreso del PCC, bajo el propósito de continuar con el desarrollo del territorio y el nivel de vida de la población. El impulso al campo económico, con la autonomía que se ha aprobado, más el logro del objeto social de cada entidad, nos permitirá garantizar los principales bienes y servicios”, indicó el primer secretario del Partido.
“Asimismo, debemos sumarnos y aportar a la seguridad y soberanía alimentaria, con las nuevas medidas, las cuales incentivan ese incremento productivo. El trabajo ha de concretar también la transformación de la empresa estatal socialista, y mantener el vínculo sistemático y permanente con el pueblo en función de escuchar opiniones, sugerencias, criterios. Al mismo tiempo, sostener las conquistas de la Revolución en cuanto a salud, educación, cultura y deporte”, afirmó.
En palabras de Pérez García, “un elemento esencial que no se puede dejar de mencionar es la tranquilidad ciudadana. El Partido, en su condición de fuerza política dirigente, constituye una guía moral ideológica y cultural para prevenir, discernir y conducir democráticamente el proyecto revolucionario”.