El registro del FBI en la mansión de Trump se basó en una investigación de tres posibles delitos.Washington.- El cuadragésimo quinto Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es investigado por posibles violaciones de la Ley de Espionaje y la chispa aviva hoy las guerras partidistas en un país cada vez más polarizado.

Sus críticos se alegraron de lo que podría ser una inminente acusación, si no su encarcelamiento, algo que acabaría con cualquier intención de postularse en 2024; y sus partidarios más acérrimos se mantuvieron firmes en que el exmandatario es víctima de un nefasto complot.

El potente dato revelado la víspera dejó a un lado todas las demás noticias del mundo político esta semana tras un pistoletazo de salida que dio el propio Trump cuando confirmó el lunes las primeras informaciones sobre un registro en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.

Mientras los agentes del Buró Federal de Investigaciones ejecutaban el operativo, el exocupante del Despacho Oval recurrió a su plataforma Truth Social para anunciar que su «hermosa casa, Mar-A-Lago en Palm Beach, Florida, se encuentra actualmente sitiada, allanada (…) por un gran grupo de agentes del FBI».

“Nada como esto le había sucedido antes a un presidente de los Estados Unidos”, escribió Trump y dijo que «la anarquía, la persecución política y la caza de brujas deben ser expuestas y detenidas».

El mensaje que tuvo una reacción inmediata entre sus simpatizantes, como ocurrió el 6 de enero de 2021 antes del ataque al Capitolio federal, y ese aumento en la retórica extremista en línea genera aquí preocupaciones sobre una nueva ola de violencia política.

«Bloquear y cargar», expresó un usuario llamado HughJasske en patriots.win, un popular foro pro-Trump.

Sobre el fiscal general Merrick Garland, un internauta apuntó: «Solo voy a decirlo. Garland necesita ser asesinado. Así de simple».

También fue amenazado el juez federal que firmó la orden de allanamiento. «Veo una cuerda alrededor de su cuello», escribieron en sitios afines a Trump, señalan medios locales.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, responsabilizó a Trump de «instigar los ataques contra las fuerzas del orden».

«Una vez más, está instigando ataques a las fuerzas del orden», advirtió Pelosi en una rueda de prensa este viernes al responder a una pregunta de si sucesos como el intento de atentado a una sede del FBI en Ohio podrían tener conexión con los comentarios de Trump.

Según los reportes, un hombre trató de entrar por la fuerza en la sede local del FBI en Cincinnati, por motivaciones aún desconocidas, y murió luego a manos de la policía.

El individuo fue identificado como Ricky Shiffer. Una cuenta en las redes sociales con ese nombre había alentado las acciones contra el FBI.

Mientras otro post el día de la redada en Mar-a-Lago aludía a que los ciudadanos deberían levantarse. «No debemos tolerar esto, esta vez debemos responder con fuerza», decía.

Una cuenta con el nombre de Shiffer también parecía indicar que su autor había estado en el Capitolio de Estados Unidos o en sus alrededores el 6 de enero de 2021.

De acuerdo con lo que se conoce hasta el momento, el registro del FBI en la mansión de Trump se basó en una investigación de tres posibles delitos.

La ocultación o eliminación de documentos oficiales; la destrucción, alteración u ocultación de registros «con la intención de impedir, obstruir o influir» en una investigación, y el mal uso de información de seguridad nacional, esto último se invocó bajo la sección 793 del Título 18 del Código Penal de Estados Unidos.

El estatuto alude a que es un delito penal que alguien haga un mal uso, maneje mal o no guarde la información de seguridad nacional que cree que «podría ser para el perjuicio de los Estados Unidos o para la ventaja de cualquier nación extranjera».

Aunque se ignora con exactitud el alcance de la eventual acusación, el diario The Washington Post reveló el jueves que los investigadores estaban buscando información sobre armas nucleares.

Lo cierto es que la especulación febril se apoderó de Washington y aunque ahora mismo es incierto lo que se avecina, el magnate tiene experiencia en salir de trances difíciles.

Pese al actual revuelo su base electoral se mantiene firme, sus candidatos avanzan en las primarias de cara a las elecciones intermedias del 8 de noviembre, y sigue siendo favorito entre los republicanos para 2024.

Lamentablemente para los demócratas la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación, largamente buscada por el presidente Joe Biden y su partido, se convirtió en un espectáculo secundario del evento principal centrado en Trump. (PL)

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