Matanzas.- Un batazo a la hora cero de Ariel Sánchez hundió en el pantano el invicto de los Leñadores en postemporada, luego del triunfo de Matanzas este lunes 3x2 en el tercer duelo de semifinales de la 62 Serie Nacional de Béisbol.
En el mayor tributo al apellido Sánchez, Ariel ajustó el swing en el instante preciso para adjudicarse el cañonazo decisivo con el pique de la pelota sobre el césped del right field.
Desde el montículo, Denis Quesada hechizó los bates tuneros durante 8.2 entradas, donde apenas le conectaron seis imparables, cuatro de ellos en la primera mitad del choque, y una anotación. El yumurino llevó a los orientales a revivir pesadillas del pasado, cuando el camagüeyano Dariel Góngora figuraba de látigo bajo los colores rojo y amarillo.
En una decisión rodeada de interrogantes, Abeysi Pantoja acudió a su zona de confort con nombre propio: Rodolfo Díaz. A falta de un out para dejar atrás el quinto episodio, el alto mando extrajo al abridor Ángel Sánchez, quien se mantuvo a flote pese a los diversos escollos a lo largo de su estadía en el box.
Si bien la suerte, o tal vez las raíces religiosas, abandonaron a los matanceros en par de ocasiones con las bases llenas, el agua volvió a tentar lo divino hasta encontrar una respuesta en el hit impulsor de Andrys Pérez. La conexión de poca fuerza esquivó los guantes para caer en territorio seguro y abrir las puertas del home al empate (1x1).
Una línea al jardín central de Roberto Súliban Baldoquín cimentó la ventaja visitante en el noveno acto. Antes, con dos outs en la pizarra, Dánel Castro sacó el extra, luego de una postemporada por debajo de las expectativas, para significar el primer haz de luz verdirroja.
El dramatismo acumulado aún era insuficiente. La novena local, ayudada por la debacle de la defensa tunera, hizo vibrar el coloso beisbolero. La intención de matar o morir quedó en una milimétrica ventaja. Al más alto costo se pagaron las imprecisiones, en un abismo de incomunicación entre jardineros y fallos en el funcionamiento táctico, justo al cierre de la pugna. Después la catástrofe se concretó en el madero de Sánchez.
El éxito arropó a Armando Dueñas, mientras el desempeño de Rodolfo Díaz estuvo mancillado por un revés inmerecido.