Las Tunas.- El 23 de enero del 2023, cuando Las Tunas acogía el triunfo de Agricultores en la I Liga Élite del Béisbol Cubano, Abeysi Pantoja entraba a la ciudad con un reto mayúsculo: tomar las riendas de unos Leñadores con la convicción de permanecer en la aristocracia, pero inmersos en una renovación generacional. Por aquel entonces, sus primeras palabras a la prensa fueron sobre "tomar esta designación con mucha humildad". Par de temporadas después la modestia prevalece, en cambio, los logros lo despojaron de la parquedad de antaño, luego de convertirse en el director más laureado en la provincia.
Con la consecución de la corona de la 63 Serie Nacional, en el estadio Julio Antonio Mella, ante miles de fanáticos verdirrojos el mentor alcanzó el octavo triunfo en finales, lo cual también lo sitúa como el máximo exponente en el territorio. Sin embargo, poca atención demandan esas estadísticas para alguien que hace del trabajo una religión y prioriza el bien común por encima del resto.
"Es cierto que la aspiración de cada mánager y deportista es tener resultados, pero lo asimilo como el fruto al esfuerzo de muchos años y de múltiples entrenadores. Me tocó estar al frente de ellos, por eso, les doy las gracias a todos por lo que han hecho para que este equipo sea campeón durante dos temporadas consecutivas".
Sin caer en excesos de confianza, Pantoja esparció entre los suyos el afán de resguardar el sitio privilegiado, a sabiendas de comandar un grupo con la ambición de competir, además de poseer a la unidad como virtud, de la cual carecían otros planteles con similar potencial.
"La diferencia es que estos se lo creen, se lo proponen y lo logran, eso es lo principal. Lo imaginaron desde un primer momento y ese fue el objetivo cuando se comenzó a entrenar. También, ese liderazgo imperante dentro de la plantilla se va contagiando y pasa de uno en uno. Nosotros siempre dijimos que un día podría resaltar cualquiera, y al otro, uno diferente. Cuando se tiene atletas de esa calidad, siempre hay uno que da la cara.
"Nosotros siempre pensamos que el play off iba a ser difícil y más con Pinar del Río, que vienen de tener un buen año, con un plantel joven, pero talentoso. Los brazos jóvenes nos hicieron una buena tarea. Una vez que lográramos que el abridor nos caminara, teníamos un bullpen acostumbrado a estos momentos y sabíamos que podíamos contar con ellos. Lo demás dependía de la ofensiva, nuestra arma fundamental. Cuando vimos que conseguimos la ventaja del dos a cero, pensamos en no volver a 'Pinar', sino que se decidiera aquí, por primera vez con nuestro público. Debimos esperar hasta el último juego en el 'Mella', aunque lo importante es que conservamos el título".
Justo ese respaldo anímico de los parciales tuneros sirvió de empuje cuando las flaquezas asomaron, de ahí brotaron la magia y los encantos del "bosque". En el Balcón de Oriente los locales vencieron en 36 ocasiones de los 45 desafíos disputados, en tanto, cimentaron el camino hacia lo más alto con las sonrisas ante Ciego de Ávila en el séptimo choque, la barrida a los Alazanes de Granma en semifinales y ese último asalto a la gloria frente a los Vegueros.
"Estamos agradecidos con la afición. Se volcó el pueblo en pleno a apoyarnos y creo que se hizo una 'fiebre leñadora' de la cual todos disfrutamos. Gracias al Partido Comunista de Cuba y al Gobierno Provincial que nos apoyaron también, principalmente acompañándonos, porque el primer secretario, Walter Simón Noris, nunca salió del banco y siempre tuvo el convencimiento de que podíamos obtener el éxito".
Si en las primeras andanzas como estratega solicitaba fe en el proyecto, en estos días Abeysi la retribuye con ese derroche de felicidad que inunda las calles de la urbe porque, así cual promesa inicial, "van a seguir estando los Leñadores".