Las Tunas.- Los disímiles secretos que le sabe Rubén Rodríguez Velázquez al mundo de la carburación, rodamientos y tuercas delatan la veteranía del holguinero en los circuitos de motocross de la Isla. Sin embargo, la convocatoria en Las Tunas, mediante la copa 28 de Septiembre y quinta parada del campeonato nacional, le generó una primera vez de especial cariño, al pasar por encima de la línea de llegada junto a su hijo Rubén Rodríguez Aguilera.
A la herencia de "dominar" motores, en específico los CZ 250 cc, el sucesor de los Rodríguez le ha añadido el hábito del triunfo, así como lo hiciera en el trayecto del Cornito durante este fin de semana. La adrenalina de la propia disciplina nunca emulará la emoción de un padre al ver a su "pequeño" campear por la gloria. Solo un rostro enorgullecido encuentra la forma de expresar aquello que las palabras callan.
"Correr con él es un honor mayúsculo. Saber que lo forjé y verlo ganar resulta un éxito inimaginable. Es bueno, le pone dedicación al entrenamiento y luego lo deja todo encima de la moto", declaró Rodríguez Velázquez, en complot con un nudo en la garganta y el brillo en los ojos.
Para el Rubén menor, los instantes previos a la señal de arrancada se restringen a la búsqueda de la "concentración para poner en práctica mi plan de carrera, pero sin dudas, constituye un privilegio correr junto a mi ídolo, mi papá".
En medio de una rivalidad sana que queda en lecciones del presente y anécdotas para el futuro, los motociclistas apenas se piden tregua en la pista, por ello al joven le contenta "saber que rebasé a mi padre, quien es un piloto muy bueno y con mucha experiencia, por tanto significa un premio doble".
La valentía del progenitor por el peligro lo ha resguardado en saltos y curvas; en cambio, percibirlo cerca de su retoño aflora el más sublime de los miedos.
"En Sancti Spíritus sufrió una caída fuerte. Por lo general manejo bastante bien los nervios, pero al ver que cuando intentó levantarse se desmayó, salí corriendo en temblores. ¡Ahí sí me asusté! No sabía ni cómo caminar. Lo normal es transmitirle seguridad para que pueda recuperarse".
Los trazados serán testigos de la historia que escribirán a razón de pasión por el deporte y amor paternal, mientras, en las afueras de la urbe tunera quedará el recuerdo del sitio donde comenzó.
FAMILIA, EL MOTOR DE MAYOR POTENCIA
Los desafíos forman parte del quehacer diario de Andy Maikel Sigler Alfonzo; lo han sido desde edades tempranas cuando, junto a un grupo de amigos, emprendió el proyecto de reformar motonetas y echarlas a rodar por las calles de Güines. Entre sueños y realidades, las gratas experiencias con la velocidad acercaron al mayabequense al barro en un vínculo sin retorno.
"Empecé como aficionado cuando tenía 24 años de edad, con mis recursos que en aquel entonces eran insuficientes. Aunque ya tenga 40, las sensaciones al cruzar la meta siguen siendo las mismas, como si fuera la primera, cual emoción de un niño. La adrenalina hace lo suyo, sube hasta lo máximo y eso me gusta".
De una región a otra del Archipiélago, Andy se hace acompañar de un equipo que desborda entusiasmo por verlo sortear rivales y obstáculos durante el recorrido. En casa, Sigler descubre en su familia el motor de mayor energía para emprender el viaje de vida.
"Mis hijas menores están 'locas' por montar, así que por ellas también toca seguir para adelante. En todo momento escucho a mis niñas y esposa que siempre permanecen al borde de la pista; son una motivación más".
Con el paso del tiempo los conocimientos se han acumulado al mismo ritmo que las exigencias deportivas. Por ello el piloto occidental busca enfrentarse al rugido de "bestias" de más altas revoluciones, en una especie de prueba personal. La idea de promover la tierra constituye bastante seria para Sigler Alfonzo, quien exprime hasta el final la fuerza de sus gomas.
"Hay que entrenar mucho, sobre todo porque hace poco tiempo que adquirí esta moto y cuenta con potencia, por ello supone estar a la altura. Uno busca la diversión, además de superarse para estar en la batalla hasta el cierre, siempre con la mentalidad de ganar y cuidarse".
