Las Tunas.- A los 9 años, Yailis Castro Vega, estuvo por vez primera frente a un volante. Desde entonces hasta hoy ha llovido mucho, pero el gusto por manejar se mantiene con la misma pasión de su infancia; al timón encuentra su signo natural. Hoy, esta tunera se desempeña como conductora taxista en la agencia CubaTaxi Las Tunas, una labor en la que se siente útil y que disfruta al máximo.
"Las personas cuando me ven se asombran un tanto, porque es poco común ver a una fémina manejando y más taxista. Pero al final siempre me dicen: '¡Ay, es bueno, porque las mujeres son más precavidas!'. Hasta los niños se asombran: '¡Mira, mamá, es una mujer!'. Todo el mundo me apoya y se sienten seguros al realizar la transportación".
Aunque sabe que en la conducción de un vehículo intervienen muchos elementos, piensa que tal vez las féminas le añaden una dosis extra de precaución al arte de manejar.
"Sí, pues las mujeres tienen ese instinto de ser más precavidas y previsoras y, bueno, pues cuando nos sentamos al volante desarrollamos ese sexto sentido", expresa quien cuando se inició oficialmente en el oficio, hace ya un lustro, disfrutó, como ahora, del respaldo de la familia y sus compañeros de trabajo.
¿Es también esta labor, pasión de otras mujeres? ¿Conoces compañeras en CubaTaxi que desarrollen este oficio?
"En efecto, otras dos mujeres en la empresa ejercen como choferes taxistas. Ellas, como antes yo, ocupaban plazas administrativas y al ver el desempeño de los choferes, pues decidieron formar parte de este ejército de trabajadores de CubaTaxi.
"Además, en la parte administrativa hay varias que tienen asignado un medio de transporte y lo manejan ellas mismas. Somos privilegiadas de contar con un colectivo como el nuestro, en el cual no hay distinciones o prejuicios y cada compañero siempre está presto a colaborar ante cualquier dificultad".
Entre sus actividades, Yailis tiene la responsabilidad del traslado de los pacientes del servicio de Hemodiálisis. "Es una prestación que requiere de sensibilidad y de mucha humanidad, pues cuando salen del tratamiento lo hacen con malestares y algo de debilidad, de manera que debemos estar prestos a ayudarlos en lo que necesiten. Que lleguen bien hasta su casa y se sientan satisfechos es nuestro objetivo.
“Como persona y como chofer profesional primero debemos ser muy humanos, amables, corteses, puntuales, porque los clientes siempre esperan recibir lo mejor", subraya.
Con esta máxima, comenta, trasladan también a quienes reciben quimioterapia o les dan el alta médica de cualquier servicio; así como a quienes se les ha practicado una cirugía o necesitan de la atención de un ortopédico.
Como manejar fue un regalo recibido y agradecido a la largo de su vida, como sabe de su utilidad y de cuánto aporta para el desenvolvimiento diario, es una herencia que piensa legar a sus hijas, asegura. Esto de andar con los sentidos activados, confiesa, "es un desafío desde que nos sentamos frente al volante"; también una habilidad.
"Hay que estar todo el tiempo con los sentidos en función de la vía, pues puede ocurrir algún imprevisto y tenemos que adoptar la medida necesaria en cada momento. Además, debemos siempre pensar en lo que hace una como chofer, en los peatones y los demás conductores. Debemos evitar accidentes por encima de todo".