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Las Tunas.- Para el profesor universitario Recaredo Rodríguez Bosch, los aportes teóricos de Fidel Castro Ruz a la Filosofía Marxista Leninista y a la práctica revolucionaria han sido soportes de la Revolución Cubana y deben estudiarse con el afán de construir un socialismo cada vez más soberano y con auténtico sello nacional.

Varios de sus conceptos -explica- mantienen vigencia en la actualidad. "Uno de ellos es el de pueblo expresado en La historia me absolverá, cuando describe todos los sectores que luchaban (obreros, campesinos…) y luego dice: 'Es el pueblo el que sufre toda la desdicha, ese pueblo cuyos caminos de angustia están empedrados de falsas mentiras y de promesas…'.

"Tras el triunfo revolucionario en su praxis cotidiana como estadista profundiza constantemente esa concepción para demostrar que la fuerza del Partido Comunista de Cuba radica en su vinculación estrecha con las masas populares, término que también define muy bien en su obra".

Asimismo, el reconocido pedagogo tunero destaca que Fidel desarrolla el concepto de capital humano, esbozado también, en un primer momento, en su alegato de autodefensa. Desde el punto de vista filosófico lo detalla como el hombre preparado, y dueño de la cultura y de la ciencia y la técnica. "Esas ideas, incluso, después de su muerte, evidencian las grandes realizaciones de hoy en el propio enfrentamiento a la pandemia, con las vacunas anti-Covid-19”.

Recaredo Bosch refiere, además, que el concepto de Revolución, uno de los más conocidos, aunque poco estudiado con profundidad, representa una guía para todo revolucionario. Al elaborarlo, dijo, Fidel lo eleva al rango de categoría filosófica, y eso hay que demostrarlo al mundo. "Cuando se analiza cada una de sus partes se halla el humanismo, la solidaridad, la ética y otros valores que en una síntesis tan hermosa logra resumir para dar a conocerlo el Primero de Mayo del año 2000.

"Todo el andamiaje teórico le sirve para una práctica superadora y enriquecedora en su empeño de mejorar la sociedad cubana, el proyecto socialista desde nuestra autenticidad, cultura y raíces".

A su vez, señala que en la actualidad es trascendental la función de Fidel ante la adversidad y su capacidad de sobreponerse a esta. "Los éxitos y reveses, los revolucionarios cubanos los hemos empleado en nuestra historia para levantarnos y la sucesión de ellos nos conducen siempre a la victoria. ¡Desde Yara! Ese es el primer combate de la Revolución y fue un golpe militar, sin embargo, Céspedes lo convierte en una victoria de las ideas cuando dice: '¡Aún quedan 12 hombres. Bastan para hacer la independencia de Cuba!'.

"Es lo que luego hace Fidel en Cinco Palmas, al reencontrarse con Raúl después del desembarco del Granma y de Alegría de Pío. '¿Cuántos fusiles traes?', le pregunta Fidel a Raúl. 'Cinco', responde este y Fidel dice: '¡Y dos que tengo yo, siete! ¡Ahora sí ganamos la guerra!'. Un puñado de hombres ante un ejército entrenado de más de 100 mil efectivos militares".

El reconocido educador y también consagrado martiano ha dedicado gran parte de su vida profesional a estudiar la obra del Comandante en Jefe, interés y admiración que nació en su niñez, cuando a los 8 años de edad escuchó hablar por primera vez de aquel hombre que desde la Sierra Maestra luchaba por liberar a Cuba.

"Mis padres me hablaban mucho de Fidel, del Che, de Almeida y Camilo. Luego también escuché sobre ellos en Radio Rebelde, y ya cuando triunfa la Revolución en 1959, a mis 10 años, recuerdo mi vinculación con la vorágine de los hechos. Desde que supe de él me identifiqué con sus ideas, y aprendí a amarlo y respetarlo desde entonces; fue ese el acicate para participar, por ejemplo, en la Campaña de Alfabetización".

Recaredo Bosch guarda los recuerdos de aquel período como un valioso tesoro y no duda compartirlo con las nuevas generaciones; cree que es necesario y un deber de quienes vivieron la épica fundacional tras 1959.

"Nosotros, los de mi generación, somos testimoniantes de la obra de Fidel. A mis alumnos les digo que soy como un cronista de la Revolución. No fui a Girón, pero puedo contar qué pasó, por ejemplo, en Chaparra. Con 12 años yo andaba con un palo, que simulaba una escopeta, brindándome para combatir en cualquier parte, porque en los primeros momentos de Girón existía la incertidumbre de que el desembarco se produjera por cualquier otro lugar del país y debíamos estar preparados. Recuerdo muy bien a Fidel durante la Crisis de Octubre y toda la trayectoria hasta el momento de su partida física el 25 de noviembre del 2016, que tanto nos estremeció a todos".

"A Fidel lo sentíamos como un padre, parte de la familia, el gran protector en el que había que pensar para actuar y trabajar.

"Tenemos que contar a los más jóvenes sobre él, cómo estuvo siempre a la vanguardia en los procesos decisivos, junto al pueblo. Hay una expresión bellísima suya que decía: 'Al pueblo no le decimos cree, sino lee'. Ese legado y esas experiencias hay que contárselas a los jóvenes. Todos los días, sin desmayo, hablar de él y de su hacer por Cuba. Fidel nos hizo dueños de nuestra historia, para pelear con nuestra historia en defensa de Cuba".

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