Puerto Padre, Las Tunas.- Lo rutinario de oír y comunicarse menosprecia la importancia de ambas acciones. En tanto, los problemas relacionados con la audición destacan entre las dolencias comunes en la sociedad actual. La Organización Mundial de la Salud (OMS), a propósito de la conmemoración del 3 de marzo como el día global de este proceso físico, convoca a la reflexión sobre el ¡Cuidado del oído y la audición para todos!
De acuerdo con palabras de Nodiel Sobrecuevas López, especialista de Primer Grado en Otorrinolaringología del Hospital Docente Guillermo Domínguez López, en la ciudad de Puerto Padre, el desarrollo cognitivo, emocional y social de todo ser humano está marcado por el correcto desempeño del sentido, incluso diversas investigaciones demuestran que “desde el vientre materno es posible escuchar, de ahí que se fomente en las embarazadas que le hablen al niño con un lenguaje amoroso, así como que le pongan música instrumental”.
“La pérdida auditiva es algo bastante frecuente en los humanos y puede aparecer tanto en niños como en adultos. De manera general, alrededor de un 20 por ciento de la población mundial padece de algún déficit, sin embargo, discapacidad como tal, solo un 5 por ciento, según la OMS, cifras que cada año van en aumento. Por lo tanto, no se trata de un fenómeno aislado y nosotros no escapamos de ello. Estudios recientes arrojaron que en Cuba los índices de minusvalía auditiva alcanzan dígitos importantes. De aquí se deriva la necesidad de lograr la detección temprana de dichas pérdidas para rehabilitarla y reeducar a ese paciente”, comenta el galeno a las páginas de 26.
Hábitos nocivos, desde artilugios con alto volumen hasta la equivocada higienización, aparecen en el imaginario con tan solo un bosquejo del actuar diario. Pequeños zumbidos, en muchos casos por desconocimiento, de un posterior estruendo.
“Hay desgastes sensoriales reversibles y otros que no lo son. Consejos útiles para las personas serían: evitar exponerse a sonidos muy fuertes durante tiempo prolongado, los que superen los 80 decibeles causan daños en las células que están dentro de los oídos y por ende, esto causa deterioro en la función, provocando una hipoacusia que no se recupera. Si usted está expuesto a sonidos intensos, debe tomarse recesos en un lugar más tranquilo para que el oído descanse y así no aparezca el quebranto a pesar de haber estado expuesto al ruido. Las personas acostumbran a introducirse cuerpos extraños en el oído, ya sea para limpiarlos o como remedio para alguna dolencia, lo cual no debe hacerse bajo ningún concepto porque puede lastimar las estructuras. Si se hacen autolimpiezas con instrumentos que no son los ideales, la afectación es adicional, incluso los cotonetes no deben utilizarse. El uso indiscriminado de los audífonos también resulta nocivo para la audición, sobre todo los que se colocan en el canal auditivo son más agresivos, a diferencia de los “cascos” que tienen una menor incidencia. Si presenta el antecedente de algún familiar con enfermedad de este tipo, o nota que tiene cierta dificultad para entender la comunicación verbal, lo más recomendable es suspender el uso de estos dispositivos”.
Visto como un mal menor, la inspección médica queda postergada, mientras, con pasos silenciosos, la sordera ataca sin escatimar grupos etarios. Pese al llamado institucional a favor de una consulta periódica, Sobrecuevas López alerta que “la mayoría de los pacientes no acuden a consulta porque sientan que no escuchan bien, sino porque comienzan a tener ruidos en los oídos y este es uno de los síntomas aparejados a la pérdida de audición. Quienes padecen alguna afectación pueden sufrir de estrés, apatía, depresión, ansiedad, aislamiento social; en el caso de los niños, retardo en el desarrollo del lenguaje. Resulta curioso que el 65 por ciento de los casos con insuficiencia se encuentran en edades laboral y escolar, relegando la creencia de asociarla a la vejez”.
La precaución constituye el medicamento de mayor eficacia. No obstante, la prudencia sobrepasa el marco individual, por tanto, luce inevitable el mensaje hacia el respeto por los espacios públicos, pues son incontables los escenarios donde la contaminación sonora se apodera del lugar. Para evitar el diálogo a gritos en un futuro, tal vez cercano, ocupa a todos escuchar sobre buenas maneras en aras de conservar la percepción acústica.