Las Tunas.- Lograr una correcta distribución de productos agrícolas para que lleguen directamente a la población y al consumo social es el reto mayor de los comités de contratación y concertación de precios en los ocho municipios de la provincia, que son los que deciden el destino de esos alimentos.
Es cierto que por las deficiencias del Sistema de la Agricultura en el territorio existe un atraso de cinco meses en la contratación del 2024 con los más de 22 mil 125 productores, los cuales deben aportar 122 mil toneladas de alimentos y solo están bajo convenio 118 mil, pero de nada vale que se llegue a esa cifra en los próximos días si no se le da el destino que requiere y los surtidos terminen desviados hacia intermediarios y revendedores que imponen sus altos precios.
El delegado de la Agricultura en la provincia, Alberto Diéguez López, aseguró a Radio Victoria que la Empresa de Acopio solo tiene contratado el seis por ciento de lo que se ha producido, lo cual se debe en primer lugar a las deudas de más de 13 millones de pesos a los campesinos y a los pocos volúmenes de alimentos que recibe, por las debilidades a la hora de determinar hacia dónde van las cosechas. Esa entidad, con apenas siete mil 134 toneladas contratadas, tiene así muy pocas posibilidades de abastecer a la red de mercados estatales y los puntos de venta asignados, además del consumo social.
Uno de los objetivos del Sistema de la Agricultura aquí es rescatar el papel de Acopio para que, además de asumir el abastecimiento de la red de mercados, sirva como entidad mayorista para puntos de venta y carretilleros y así eliminar la cantidad de intermediarios que participan en el proceso, causantes en buena medida de las elevadas tarifas que prevalecen.
En lo que va de año se han dejado de producir más de dos mil 800 toneladas de viandas; con la leche se cumple al 85 por ciento, con más de 22 millones de litros contratados; respecto a la carne se entregan cuatro mil 80 toneladas y tampoco se llega al plan.
La situación se agrava por la cantidad de usufructuarios que recibieron cientos de hectáreas y un alto número permanecen vacías, lo que atenta contra el potencial a la hora de la contratación.
De acuerdo con el delegado Alberto Diéguez López, en la agricultura urbana hay un grupo de unidades que no honran sus compromisos, y se impulsa el rescate de esas producciones a partir perfeccionar sus formas de gestión y lograr mayor sentido de pertenencia. El propósito es llegar a los 20 metros cuadrados sembrados por habitante de la provincia, con lo cual se garantizarían alimentos frescos, fáciles de adquirir en las propias ciudades y pueblos, y aumentar la calidad de vida. También se avanza en la creación de nuevos organopónicos.
Con el fortalecimiento de las estructuras de la Agricultura y la reorganización de las 160 cooperativas de producción agropecuaria y de créditos y servicios, a partir del perfeccionamiento de sus juntas directivas y el traspaso de las empresas agropecuarias hacia los consejos de la administración de los municipios, el 2024 será un año mejor para Las Tunas en la producción de alimentos, destacó Diéguez López.