Esta imagen nos deja saber de las deudas con el medio ambiente.
● Las Tunas mereció la sede del Acto Nacional por el 5 de Junio, Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebrará la semana venidera. A propósito, 26 reflexiona sobre un tema que hoy media la agenda pública e impacta en la calidad de vida
Las Tunas.- Dicen que para cuidar de verdad al medio ambiente y sus recursos los seres humanos debemos comenzar por atender los pedacitos que están cerca; algo así como limpiar primero el cuarto, luego la casa, la escuela, la comunidad... Y Manuel, que repite eso con frecuencia entre los suyos, tal vez cavile entonces en lo poco ocupados que parecemos en proteger el universo que nos rodea y la pulcritud de sus espacios, mientras se enrumba, achacoso, a botar la basura.
Es martes, hace apenas un par de días que se realizó la tan popular ofensiva de fin de semana para recoger desechos sólidos en la ciudad capital, “que de verdad resuelve mucho el problema en esta zona del Aserrío; pero la cosa, si bien no está tan mal como antes, sí luce muy parecida”.
Ya los contenedores exhiben disímiles bultos a su alrededor, la indolencia comienza a campear y le cuenta su hermana, que vive en las inmediaciones del área deportiva del seminternado Jesús Argüelles, que por allá, luego de una gran limpieza, el retroceso es evidente.
No son los únicos. El asunto augura ser infinito. Por más alertas que se hagan, la poca sistematicidad en la recogida y las indisciplinas de los vecinos parecen resultar el talón de Aquiles de cualquier variante por implementar.
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Nuestro Periódico conversó al respecto con Eiser Prieto Pons, subdirector de Higiene y Necrología en la provincia. Abundó en la estrategia de higiene comunal que se ha organizado por áreas de Salud en esta comarca. Dijo que el municipio de Las Tunas cuenta con nueve vertederos, de los cuales dos (Lácteo y Palancón) están colapsados, pero los otros cuentan con capacidad suficiente de almacenamiento.
“Tenemos muy bien identificados los microvertederos que se mantienen en cada una de las zonas y priorizamos la recogida allí, cuando disponemos del combustible. Ahora, con la ayuda de los organismos, llegan tres y hasta cuatro carros los sábados alternos a esos lugares y hemos logrado, incluso, eliminar algunos de ellos”.
Sin embargo, poco a poco, mientras la semana avanza, la gente vuelve a depositar suciedad en esos sitios. Resulta una práctica triste que se ha entronizado y tiene que ver, además, con el hecho de que los depósitos para estos fines no siempre están cerca de sus viviendas y las malas costumbres de quienes llegan a virar su bolsita con desechos en la esquina y ven volar su contenido, según la dirección del viento.
La poca reserva de combustible en la provincia, y el país, hace que los carretoneros sean piezas angulares en todo este entramado. Por eso, se recibió con sumo agrado la resolución, hecha pública en noviembre del año pasado, que autoriza a los consejos de administración municipales (CAM) a bajarles el impuesto que pagan a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), hasta un 35 por ciento.
“Gracias a esa flexibilización hay logros y, aunque cada municipio funciona de manera distinta y algunos como ‘Jesús Menéndez’ están rezagados, no pocos carretoneros han regresado a brindar servicios y estamos conversando con otros.
“Así, ya tiene 25 carretones más la localidad de Las Tunas, en Manatí hay otros tres y siete se encuentran allí en el papeleo para retornar. A la vez, existen buenas experiencias en lugares como Jobabo, donde acordaron pagarles 40.00 pesos por metro cúbico recogido y les bajaron el impuesto. Eso ha posibilitado la estabilidad de la labor”, ilustra Prieto Pons.
Por él supimos que se recogen diariamente entre dos mil y tres mil metros cúbicos de basura en la provincia y continúan los focos de atención en Las Tunas y Puerto Padre, por el volumen que generan.
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Este es un tema que se entrelaza con muchos otros y redunda en beneficio o no para el medio ambiente y la calidad de vida humana; algo que no es exclusivo de Cuba. En el orbe se percibe un alza del consumo per cápita de la población y, por ende, crece la suciedad alrededor. No en todos casos se logra dar un tratamiento adecuado a estos procesos; además de que sigue siendo ínfima la cantidad que se recicla por diversos motivos.
La proliferación de microvertederos y desechos en los entornos urbanos genera contaminación en el aire, el agua, la tierra y daños evidentes a la salud por la propagación de roedores, con el riesgo del incremento de dolencias infecciosas y de distinta índole, como leptospirosis y dengue.
Las Tunas, una provincia que acaba de alzarse con la sede por el Día del Medio Ambiente, encauza su gestión en tal sentido. A estas alturas no creo que exista un solo tunero capaz de pasar por alto el esfuerzo mayúsculo de las autoridades del territorio para aglutinar, liderar y comprometer a entidades y ciudadanos con la compleja y vital tarea de mantener la higiene de los espacios; pero este método, efectivo a corto y mediano plazos, ¿podrá sostenerse?
Le comento, estimado lector, que en cada sábado de higiene citadina se emplean entre dos mil y tres mil litros de combustible. Deténgase en esa cifra un momento, multiplique por los dos fines de semana de cada mes dedicados a esa labor y notará que los números son altos, sobre todo, en medio de las carencias enormes de este recurso.
Por supuesto que en la idea de estas líneas no habita el desánimo; sin embargo, urge mover desde dentro, porque solo así, “todos a una” vamos a devolverles a nuestros lugares el sello de sencillez y limpieza con el que crecimos y que tanta falta les hacen a la salud y el ambiente.
Es vital que se comprometan a fondo las autoridades en la base, o sea, la gente buena de los consejos populares y sus estructuras; es necesario que en cada Comité de Defensa de la Revolución (CDR) esto se asuma como misión cotidiana y que la indolencia, la indisciplina y el desinterés no nos ganen esta partida.
También que acaben de despegar buenas iniciativas que ya van engrosando papeles desde las entidades y la Academia, y ayudarían a incentivar la disciplina, encadenar el reciclaje y mantener prácticas sostenidas más amigables con el medio ambiente y sus dinámicas.
Seríamos muy torpes si no utilizáramos para mejores tiempos este momento de celo con el que se atiende la limpieza de la ciudad y la recogida de desechos sólidos. Pensemos juntos, ¿qué más podemos hacer? Ese es nuestro “planeta” más cercano.