Las Tunas.- Si fuéramos a verlo como un organismo vivo, diríamos que el municipio de Amancio requiere de la atención típica de quien está ingresado en una sala de Cuidados Intensivos, la aspiración gubernamental de que las operaciones comerciales discurran más a través de los canales digitales y con una participación incrementada de los bancos.
SÍNTOMAS INVARIABLES
La señal de que eso que genéricamente resumimos con el término “bancarización” en “Amancio” no empeora, pero tampoco mejora lo suficiente, es la aglomeración diaria de personas a las puertas de las dos sucursales bancarias y de la casa de cambio existentes en la sureña localidad. Más de uno de los que allí espera llega de madrugada y ve salir el sol y elevarse sobre el firmamento antes de poder echarse a sus bolsillos los billetes. Esas escenas son apenas un síntoma, una “fiebre” que nos dice que algo no anda bien.
En eso parece estar de acuerdo Leodanis de la Cruz Castillo, titular de la sucursal local del Banco de Crédito y Comercio (Bandec), pues, comenta, subieron las cantidades entrantes en efectivo con respecto a calendarios anteriores. “El 2023, cuenta, fue un año de enseñanza, de ir aprendiendo. La bancarización se pensó de una manera y afloraron dificultades”.
En el 2024, asegura, el panorama mejoró, notándose más celeridad en el uso de las cuentas fiscales por parte de los cuentapropistas; desde que se estableció que fuera a través de estas que hicieran el pago de la contribución mensual por el ejercicio de su actividad, eso que comúnmente llaman “patente”.
“Nuestra prioridad, sostiene, son los jubilados, a menudo sin las habilidades para operar un teléfono móvil ni mucho menos una APK”. Por eso, describe, siguen viéndose precisados a pagarles sus pensiones o jubilaciones enteramente en efectivo. Para el resto de las personas naturales, el límite se mantiene en una extracción máxima de mil pesos per cápita diaria.
Yosvany Arias Carmenate, director de la Empresa Municipal de Comercio, sostiene que hay mejoras en el propósito de la bancarización. Para demostrarlo pondera que, salvo en las ubicadas en zonas de silencio, en el resto de sus unidades están accesibles las pasarelas digitales. “De alrededor de 80 millones de pesos que vendimos en el 2024, unos 17 fueron a través del pago en línea; eso representa aproximadamente el 15 por ciento de todas nuestras ventas”, ejemplifica. Admite que es poco; sin embargo, con respecto a lo hecho en el 2023 es una cifra tres veces superior, subraya.
“Estamos enfocándonos en incrementar eso, a partir de las propias acciones de venta en cada una de nuestras instituciones, motivando a las personas a que realicen el pago en línea. La meta que tenemos trazada es llegar al 50 por ciento de las operaciones por esa vía”, añade.
“Es complejo dentro el territorio”, opina por su parte Miladis Frómeta Varona, directora de Comercio con funciones estatales. Ella cree que dejaron atrás el estado “febril” al borde de las convulsiones de los primeros meses, si bien no hay razones para el descanso. “La Resolución 93 (del Ministerio de Comercio Interior, Mincin) es cortica, pero bien clara: todo el que sea objeto de inscripción en el Registro Comercial que comercialice un bien o servicio a una persona natural o jurídica tiene que proveer el acceso al pago virtual.
“Funcionamos de acuerdo con las resoluciones aprobadas al efecto y, comenta, supervisamos el cumplimiento de esas políticas”. El objetivo es que “el cliente, el consumidor, obtenga los productos y acceda a los servicios de la manera más expedita”.
Frómeta Varona recalca la labor conjunta con el resto de las instituciones estatales de Gobierno a cargo de controlar esta tarea; y cita como uno de los “fármacos” más efectivos, entre los empleados para tratar a este particular paciente, la mejoría del trabajo de la Dirección Municipal de los Joven Club de Computación y Electrónica. Su desempeño no estaba a la altura del momento, a pesar de tener un rol clave, por ser quien debe asegurar la rapidez de los trámites hacia la obtención del QR requerido por los actores económicos, a fin de ofrecerles a sus clientes este canal de pago.
Capacitación del personal y búsqueda de soluciones con aliados claves, como la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa), son las razones de la recuperación, explica Dania Ibáñez Ortega, al frente de los Joven Club en “Amancio”. Lapsos que llegaron a extenderse por meses, entre la solicitud y tener el QR, ahora, incluso, se redujeron a menos de 24 horas, sostiene. Sin embargo, quedan más de 100 solicitudes que por errores de los operadores o los propios actores económicos no se han completado, expresa.
“La entrada de efectivo a los bancos está por debajo de lo que necesitamos. Mientras veamos esas colas no podemos decir que el proceso de bancarización es efectivo”, enfatiza Marlenis Rivero García, directora de Finanzas y Precios en el municipio. Ciertamente, los cuentapropistas están acudiendo a depositar efectivo a los bancos, cumpliendo lo acordado con las autoridades de Gobierno; pero las cuantías, alerta, están por debajo de la intensidad de sus actividades, tal cual lo demuestran los estudios que han hecho.
Durante los días más críticos de esta “enfermedad” que padece la bancarización en suelo amanciero, llegaron a ser casi 600 las cuentas fiscales con cero operaciones. Dicha cifra es mucho menor hoy, destaca Humberto Alonso Romagoza, titular de la sede local de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT). “Solo nos quedan ocho contribuyentes sin tenerlas”, añade.
Además, describe, concilian datos con los colegas de Trabajo y los bancos para depurar la información al respecto; porque más de una cuenta fiscal, técnicamente activa, figura a nombre de emprendedores que emigraron al extranjero o dejaron de ejercer la actividad para la cual la abrieron en su momento.
TRATAMIENTO… ¿PALIATIVO?
La estrategia en el más occidental de los municipios tuneros de impulso a la bancarización y la economía digital parece claramente intentar, en medio de las limitaciones económicas y de prerrogativas decisorias, dejar sin razón plausible a las justificaciones argüidas por quienes no cumplen con la obligación de proveer a usuarios o compradores el acceso a los canales digitales de pago.
Ese propósito choca con la realidad de una infraestructura de conectividad por debajo de lo que se necesitaría. Lo anterior es tristemente notable en lugares como Las Pulgas, las zonas bajas de Ana Luisa 2, la carretera entre Guayabal y el poblado cabecera de este territorio; también en El Indio, Las Maboas o Sitio Viejo.
Los problemas energéticos añaden otras “comorbilidades” como la lentitud en las telecomunicaciones por la congestión en el tráfico de datos, cuando son pocas las radiobases de la telefonía celular que quedan en funcionamiento, incluso en la capital municipal.
Maykel González Aguilar, jefe del Centro de Telecomunicaciones de Etecsa en “Amancio”, aclara que son rigurosos en los mantenimientos programados, algo que distingue a la División tunera de la empresa. Ese cronograma, insiste, se cumple mensualmente, tanto en lo referente a la infraestructura física como de los softwares que las operan. Pero escapa de sus capacidades, y las del país, decir cuándo terminarán las limitaciones con las baterías y otras situaciones acaecidas como la carencia de combustibles, que afectan a las radiobases emplazadas en entidades con grupos electrógenos.
Otros asuntos suscitan la preocupación de este grupo de “galenos” y es qué pasará con los agentes de comunicaciones residentes en zonas rurales con poco o nulo enlace con la red celular convencional. Para ellos las resoluciones vigentes los eximen de proveer del acceso a las pasarelas de pago; no los exonera de mantener activas, y en uso, sus respectivas cuentas bancarias fiscales, algo que les resulta muy difícil cumplir porque facturan pocos servicios al mes, precisamente por estar ubicados en lugares poco poblados.
TE PUEDE INTERESAR
Foto de familia a la bancarización en Manatí
A juzgar por su situación actual, se pensaría que únicamente las carencias tecnológicas y las asimetrías económicas son las responsables de que el municipio de Manatí marche a la zaga con respecto a sus homólogos del territorio, en el empeño compartido por avanzar en la bancarización y digitalización de sus operaciones comerciales. La realidad parece ser un tanto más compleja. Esa sería la idea resumida que obtenemos tras hacerles una especie de "foto de familia" a quienes, en la tierra de Barbarito Diez, se preocupan, y ocupan, de un asunto de alta prioridad para la nación.
¿CURA DE CABALLOS?
El padecimiento es severo, por ende, lo abordan en equipo desde el Grupo de Bancarización amanciero que cada jueves hace su “junta médica” y revisa los “signos vitales” del paciente. En uno de sus encuentros, por ejemplo, convinieron en la necesidad de dar pasos inmediatos como la transición a los canales digitales del pago mensual salarial de los trabajadores de Servicios Comunales; y sacar del bando de los rezagados en el uso de la vía digital en sus operaciones a los establecimientos pertenecientes a las empresas de Farmacias y Ópticas o de Industrias Locales (Vascal), así como a los representativos del sector campesino.
En declaraciones previas, los agricultores de estos lares advertían que la escasez de cajeros automáticos y de mercados formales los obliga a depender del dinero físico. Aunque la bancarización ofrece ventajas, como seguridad y agilidad en pagos, dijeron, su implementación es desigual debido a la infraestructura limitada y la desconexión digital en las zonas rurales. Desde su punto de vista, es un proceso que requiere ajustes prácticos para no excluir a quienes sostienen la producción agrícola.
Mirando a lo que sería un parte médico diario, leeríamos que el “paciente” si bien no pasa a peores, tampoco se repone a la velocidad deseada; al punto de sentir que ya pasó lo peor, pero sabiendo que el diagnóstico es aún reservado, pues las condiciones objetivas que frenan la bancarización no dan signos de cambios inmediatos.
El equipo a cargo de velar por este asunto en “Amancio” ha aprendido de sus errores y algunas de las medidas aplicadas parecen funcionar. Sin embargo, lo tienen muy claro, se precisarán gestiones más duras y que cambien las razones de fondo que originan la “enfermedad”. Por eso anticipan que, más allá de los escollos que escapan de su voluntad, ya es la hora de pasar del apercibimiento y la conversación a “terapias” más punitivas con los infractores de lo legislado en esta materia.