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Las Tunas.- Llegó al servicio un día demasiado común como para olvidar su estatura, el rostro despojado de vergüenza o el cuerpo maltrecho entre el aparataje de síntomas extraños, pidiendo ayuda a gritos… Se dejó caer en el asiento y echó fuera, de porrazo, su costra de verdad. Estaba amarrado al consumo de drogas y no podía parar.

Lo suyo era únicamente el "químico", la droga del momento que se ha asentado con alevosía en las calles tuneras. La semana anterior había gastado más de 40 mil pesos y su mamá, hecha un manojo de nervios, lo llevó casi a rastras a buscar tratamiento porque en su casa ya no daban más.

Dentro del servicio de Adicciones del hospital psiquiátrico Clodomira Acosta, confesó que comenzó el consumo cuando era prácticamente un niño, en el barrio. Al principio se conformaba con una línea de químico, pero los efectos solo le duraban alrededor de 5 minutos y después tenía una frustración tan inmensa que no podía pensar en otra cosa.

Le cogió el gusto a darle candela a las "picaduras" e inhalar… La semana del sobregiro en los gastos consumió en cada ocasión más de 10 líneas. Le decía a su mamá que sentía que se iba a volver loco y ella le daba el dinero por miedo a que saliera a la calle e hiciera una locura. Se hizo adicto a la taquicardia.

Era un muchacho demasiado peculiar como para olvidar su estadía en la institución hospitalaria. Pero la vuelta al hogar fue un hervidero de tentaciones…

Los nuevos precios: el químico a 300.00 pesos y el cigarro de marihuana a 500.00 arrasaron con el dinero a mano, y cuando ya no hubo de dónde sacar salió desenfrenado, a eso de las 10:30 de la mañana, y le arrebató el teléfono a una señora, a la vista de todos. Cumplió 19 años recluido en el centro penitenciario provincial.

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LOS "QUIMIQUEROS"

Jorge Rueda Gómez, psicólogo del mencionado servicio de Adicciones, rememora para 26 pasajes complejos como el del paciente que empezó a consumir a los 8 años, entre las raíces de una familia disfuncional y todavía no se despoja del acecho. O el adolescente que salió del problema, pero como secuela ahora vuelve a la institución con serios cuadros de esquizofrenia, o el otro que "se quedó en blanco y no pudo reiniciarse, empezando a vivir…".

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Y ratifica un dato ya publicado por 26: "A partir del segundo semestre del año pasado hemos percibido un alza en el consumo de drogas en Las Tunas. Lo que nos reconforta es que la familia está llegando a buscar ayuda porque sabe que el sistema de Salud garantiza el tratamiento integral, al margen de las implicaciones legales.

"La tendencia persiste: se inclina hacia al consumo del 'químico', la marihuana y algunos medicamentos controlados como el tramadol y la carbamazepina. Lamentablemente, el grupo más afectado es el de los adolescentes y esto es una alarma, porque sus secuelas tienen graves implicaciones para la salud mental.

"Es muy difícil dejar a un lado las adicciones, de ahí la importancia de no iniciarse en este hábito tan peligroso. A partir de la cuarta hora de suspender el consumo aparecen síntomas importantes como ansiedad, desespero, insomnio, agresividad. Ahí es donde están los efectos más nefastos. Empiezan a sentir alteraciones en la piel, alucinaciones, pesadillas y llegan a funcionar a nivel psicótico, rayando la locura".

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Rueda Gómez explica que el servicio se ha preparado para hacerle frente a este fenómeno que cobra cada vez más rostros jóvenes, aunque solo cuenta con 17 camas. Allí se le brinda asistencia médica integral tanto a los pacientes alcohólicos como a los consumidores de drogas. Estos últimos se reconocen entre ellos como los "quimiqueros". La estancia hospitalaria es poco más de tres semanas y luego toca la difícil recuperación social.

"La rehabilitación efectiva es lo que más nos golpea. Existen protocolos de actuación para el momento de las recaídas, pero tenemos que lograr que se conozcan y apliquen desde las áreas de Salud o no vamos a lograr vencer esta batalla".

NUEVOS ESCENARIOS

Cuando supo que estaba embarazada su primer deseo fue ponerle fin a la cosita que le crecía dentro. Tiene apenas 16 años y el ritmo de su vida la lleva de vuelos muy altos a flotar, pero casi nunca tiene los pies en la tierra. Su esposo es policonsumidor de drogas. A veces toca tramadol, químico o cannabis sintético, marihuana…

No pudo gestionar una interrupción y en la desesperación encontró la solución más tremenda, quitarse la vida…, pero solo quedó en el intento. Ahora tiene poco más de 20 semanas de gestación, la pancita empieza a notarse y sus días no han sido más fáciles.
Ya embarazada, los médicos comprobaron su consumo de benzodiacepina y tramadol, aunque ella lo sigue negando. No deja de decirlo. No quiere ser madre.

El doctor Alejandro Mestre Barroso, principal especialista en Toxicología de la provincia y asesor de otros territorios del país en el tema, alerta sobre los nuevos escenarios que va dejando el consumo de drogas en el Balcón del Oriente Cubano y los desafíos que presupone para el sector de la Salud.

"Ya sabemos que las drogas se están moviendo entre adolescentes y jóvenes y por ende, marcan sus interacciones. Hago un llamado de atención, estas sustancias tienen un alto componente de geno-embriotoxicidad, que es la capacidad de ir al gen, modificarlo y transmitirlo genéticamente. O sea, este fenómeno no solo se queda en el consumo, también se transmite a la descendencia.

"Hay estudios muy recientes que versan sobre la capacidad geno-embriotóxica de la marihuana. Es decir, es capaz de inducir patrones de esquizofrenia y están en juego las generaciones futuras.

"Ante este primer caso de una gestante consumidora, el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) extrema los cuidados, pero saltan muchas interrogantes, ¿cómo será el neurodesarrollo del bebé, sus capacidades motoras, cognitivas? Constituye un reto para la Neonatología, y tenemos que estar preparados para socorrerla a ella y, además, para recibir a su hijo que puede, incluso, sufrir un síndrome de abstinencia. Esta es ya la realidad de la provincia".

Taller sobre drogas foto Dayana

ALERTAS…

Según un informe presentado por la rama médica, de más de 500 consultas realizadas en la especialidad de Toxicología, durante el 2024 en Las Tunas, el 80 por ciento estuvo relacionado con consumo de drogas con fines de abuso y el grupo etario más representativo fue el de 13 a 17 años de edad. Despunta con las cifras más altas el químico, la marihuana y el resto entre tramadol, carbamazepina y otras.

Estas sustancias repercutieron al menos -detalla el sondeo- en el fallecimiento de dos personas de manera directa e indirecta. En el primer caso, un paciente policonsumidor, el aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial le provocaron un accidente cerebrovascular. Y en el segundo, la riña entre el traficante y el adicto culminó con la vida de este último.

Se reportan incidencias en los ocho municipios, con predominio del cabecera. Aquí, preocupan las áreas de salud Gustavo Aldereguía, Guillermo Tejas y Manuel (Piti) Fajardo.

Días antes de emprender esta investigación se reportó en Las Tunas, por primera vez, un paciente positivo a las metanfetaminas. El consumidor lo compró como si fuera químico.

DESAFÍOS DESDE EL SISTEMA DE SALUD

A la altura de estos tonos grises, la doctora Norkis Sánchez Alonso, jefa de Asistencia Médica de la Dirección General de Salud, alega que es una prioridad para el año en curso la capacitación del personal sanitario al respecto. Con estas miras ya sucedió el primer Taller Provincial de Adicciones.

"La pretensión es que cada uno de nuestros profesionales actualice los procedimientos ante el manejo de las drogas, con énfasis en las edades más tempranas. No solo nos vamos a quedar en lo teórico, desarrollaremos iniciativas más prácticas que marquen la ruta por seguir, con las peculiaridades de los territorios.

"Existe la intención de divulgar la información necesaria sobre el consumo porque nuestra meta primera es lograr la prevención adecuada. Frenar el fenómeno no es solamente responsabilidad de Salud Pública, pero sí estamos inmersos en este enfrentamiento; dentro del cual, los consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia juegan un rol vital, ellos son el puente hacia la familia. Al respecto, nos seguimos preparando".

Los nuevos matices del acontecer local sobreponen desafíos tangibles al sistema de Salud. Por ejemplo, ante el preocupante ascenso del consumo en adolescentes, el servicio de Adicciones del hospital pediátrico Mártires de Las Tunas no cuenta con las condiciones materiales para hacerles frente a los pacientes que ya marcan sus rutinas.

Al decir del personal médico, se impone también separar, en los servicios de esta índole de todas las instituciones, a los consumidores de drogas del resto de las adicciones, para lograr un impacto más certero en su recuperación. Las escasas camas existentes tampoco son garantía ante un flagelo que toca a la puerta.

En este entramado de retos resulta medular la superación constante en los modos de actuación ante las novedosas sustancias que, poco a poco, se van colando en tal subrealidad. El enfrentamiento no puede quedarse en exclusivo en planificaciones y talleres. Se requiere una respuesta más rápida y la actualización constante del manejo al paciente intoxicado.

Al cierre de esta información, Las Tunas se adentra en un proyecto multicéntrico integrado por profesionales de los servicios de Salud Mental, los hospitales Provincial y Psiquiátrico, los centros de Higiene y Epidemiología y las unidades de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades (Prosalud), con intervención directa en la comunidad para alertar y actuar ante secuelas del consumo de drogas, como los trastornos esquizofrénicos, los efectos geno-embriotóxicos y los padecimientos neurodegenerativos.

Matiza el quehacer tunero el enfoque multisectorial. Pero sigue siendo la familia el eslabón primero para garantizar que no se dé tan mal paso. La prevención tiene su mejor cuna en el hogar. Proteger a los hijos hoy, no es igual que hace 20 años. Conviene tener los ojos más abiertos y el bolsillo más cerrado. Lo que está en juego es la integridad física y emocional de la generación que puja ya hacia arriba, con las "corazas" que nosotros podamos darle.

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