Fidel Yuri Jorge Zaldívar 1
Las Tunas.- Él se llama Fidel y su nombre lo estimula tanto como el oxígeno que respira o los alimentos que nutren su cuerpo de 47 años de edad, acostumbrado a trabajar desde que sale el sol en su finca de la comunidad de Vedado 3, en el municipio de Jesús Menéndez.

Se trata de Fidel Yuri Jorge Zaldívar, asociado a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Reytel Jorge Velázquez, quien dedica casi todo su tiempo a producir alimentos para el pueblo y es el mejor homenaje que puede hacer al Líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
“Llevo más de 29 años en estas labores agrícolas, sobre todo en el cultivo de los granos. Realmente yo hice un técnico de Nivel Medio en Veterinaria, pero me encantó la rama de la agricultura y eso se lo transmití a mi hijo, pues también le gusta trabajar en el campo.
“Él es profesor de Educación Física y ahora cumple con el Servicio Militar Activo. Cuando le dan pase me ayuda en todas estas faenas, que a veces son fáciles; sin embargo, en ocasiones se hacen complejas por la falta de combustible y otros recursos”.Fidel Yuri Jorge Zaldívar 1
A Fidel le gusta lo que hace y por hacerlo bien ha tenido múltiples reconocimientos, como la Condición de Vanguardia municipal y provincial de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y la Medalla Romárico Cordero que se otorga a campesinos destacados.
“Tengo tierras propias y en usufructo. En ellas planto maíz y boniato. Ahora quisiera sembrar yuca, porque hay que producir comida, pero no aparecen los cangres. Hay otros renglones, para el consumo de la familia y para ayudar a otras personas que necesitan.
“También poseo cuatro vacas y una yunta de bueyes a los que les digo que son mi tractor. De todas maneras, no me basta para preparar toda la tierra. Por suerte, la CCS ayuda con combustible y ya tengo todo listo. Solo me falta el segundo pase de picadora.
“Además, crío muchas aves y para ellas dejo una cantidad del maíz que cosecho. La otra parte se la entrego a la cooperativa. Hay algunos cerdos para la casa y con eso cubrimos nuestra alimentación y la de la familia”.
En el norteño territorio la sequía no acaba y, aunque muchos pozos se mantienen secos o con pocas reservas de agua, el de Fidel es una bendición que le permite regar sus plantas sistemáticamente y, en consecuencia, tener mejores rendimientos.
“La verdad es que mi pozo es muy bueno y me garantiza el riego durante todo el año. Yo fui beneficiado con un sistema petrolero por el Proyecto de Desarrollo Rural Cooperativo en la Región Oriental (Prodecor) y tengo una turbina de corriente, que la uso respetando el horario pico.
“Ahora mismo no me preocupa el agua. Lo difícil es que no hay fuerza de trabajo. Los hombres jóvenes no quieren y no hay dinero que se pueda pagar para atraerlos. Sencillamente no les interesa trabajar. Saco adelante estas tierras con la familia y algunas personas jubiladas que sí están interesadas.
“En la recogida de las cosechas se corre peligro de perderlas por si llueve y los que están contratados no dan abasto. Es un riesgo que vivo porque no voy a dejar de producir. Es lo que he hecho en los últimos 30 años de mi vida y es la meta para lo que me resta”.
Este 13 de agosto, Fidel recuerda al invencible Comandante por el que lleva ese nombre y en su memoria ratifica el compromiso de entregarse en cuerpo y alma a la siembra de alimentos. De él aprendió mucho y especialmente a ser solidario con las demás personas.
“Siempre comparto lo que tengo. Primero, me brindo yo mismo para mantener con vida a otros seres humanos, pues desde hace años soy donante de sangre. Y lo otro es que con cierta frecuencia hago donativos de viandas y hortalizas a diferentes instituciones de Salud y Educación”.

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