Las Tunas.- En el corazón de Las Tunas, una ciudad donde los animales en situación de calle enfrentan un destino incierto, se encuentra el proyecto Bienestar Animal Cuba (BAC), organización no gubernamental sin fines de lucro que dedica sus esfuerzos al rescate, rehabilitación y adopción de perros y gatos.
Al frente de tan noble causa está Mary Alejandra González Rodríguez, coordinadora de Adopciones y Seguimientos, quien suma cuatro años en los trajines de la organización. Su compromiso y pasión por el bienestar animal son evidentes en cada una de las actividades que realiza.
“La misión principal de BAC es clara: rescatar a aquellos animales que fueron abandonados o que viven en condiciones precarias, brindándoles una segunda oportunidad en la vida. Nuestra labor no solo se centra en rescatar, sino también en educar a la comunidad sobre la importancia de la adopción responsable”, explica Mary.
Esta visión se traduce en una serie de actividades diseñadas para promover el bienestar animal y crear conciencia sobre la situación de los callejeros.
Uno de los pilares de BAC son las ferias de adopciones. “Estos eventos permiten que los animales rescatados encuentren un hogar y sirven como plataformas para difundir el mensaje de que adoptar es una opción mucho más valiosa que comprar una mascota”, señala Mary con entusiasmo.
“Cada animal tiene una historia, y queremos que las personas vean más allá de su apariencia”, añade con una sonrisa.
Para financiar sus acciones y continuar ayudando a los necesitados, BAC organiza rifas benéficas, campañas de donaciones y concursos de mascotas. “Estas iniciativas no solo generan recursos, a la vez fortalecen el vínculo entre la comunidad y la organización. Cada donación cuenta y cada participación en nuestros eventos hace una gran diferencia”, subraya Mary.
BAC dispone de un grupo de donantes internos y externos. “Tenemos del exterior, aunque son pocos, y recibimos ayudas de seguidores cubanos”, explica. Los mismos miembros del grupo también donan y todos pagan una cotización mensual para apoyar la causa. Esta solidaridad es fundamental para mantener las operaciones y garantizar el bienestar de los animales rescatados.
Además de las ferias de adopción, BAC lleva a cabo campañas de alimentación en las zonas donde habitan más animales callejeros. Así garantizan que tengan acceso a comida y agua, especialmente en épocas difíciles. “Nos aseguramos de llevar alimento a aquellos lugares en los que sabemos que hay necesidad”, comenta Mary, y refleja su compromiso con cada uno de los animales que cruzan su camino.
“La salud es otra prioridad. La organización realiza campañas gratuitas de vacunación, desparasitación y esterilización para las mascotas de la comunidad”, detalla; y es fácil suponer que con estas campañas BAC educa a los dueños sobre la importancia del cuidado responsable.
El proceso de rescate es meticuloso y requiere una coordinación precisa. “Cuando se recibe un reporte sobre un animal en situación de riesgo, el equipo se moviliza rápidamente. Rogelio, el coordinador de Rescates, lidera este esfuerzo”, precisa. “Pedimos a quien reporta que cuide del animal hasta que podamos llegar. Así afianzamos su seguridad”.
Una vez que se localiza al animal, se organiza su transporte, generalmente utilizando un cocotaxi. “El rescate no solo implica llevarlo a un hogar temporal; antes, se realiza una consulta veterinaria para evaluar su estado de salud. Es crucial atender cualquier necesidad médica desde el primer momento”, enfatiza.
Los cuidados que reciben los animales rescatados son exhaustivos. En los hogares temporales se les proporciona un ambiente seguro y cómodo, con atención médica y alimentación adecuada. “Cada rescatado tiene su camita, platicos independientes y mucho amor”, asegura Mary. Este ambiente acogedor es esencial para que se recuperen y puedan adaptarse a su nueva vida.
Asimismo, la labor de BAC en crear conciencia sobre el maltrato animal y la importancia del respeto hacia todas las criaturas es amplia. “Realizamos charlas en escuelas y comunidades para educar a los más jóvenes sobre el cuidado responsable de las mascotas”, pondera Mary determinada.
“El impacto positivo de estas actividades es evidente. Hemos visto un cambio en la percepción de muchas personas hacia los animales callejeros”, afirma.
A pesar de los desafíos que enfrentan, como la falta de recursos y la necesidad constante de apoyo, Mary se muestra optimista sobre el futuro. “Cada pequeño gesto cuenta”, remarca con firmeza. “Estamos agradecidos por cada donación, por cada persona que se une a nuestra causa”.
La historia de BAC es un testimonio del poder del amor y la dedicación hacia los seres más vulnerables. A través del trabajo incansable de sus miembros y el apoyo de la comunidad, esta organización continúa marcando la diferencia en la vida de muchos animales en Las Tunas.
Con cada rescate, cada adopción y cada campaña educativa, BAC demuestra que un hogar para los sin voz es posible. El compromiso colectivo con el bienestar animal puede transformar vidas y construir un futuro mejor.
“Invitamos a todos a sumarse a nuestra causa, ya sea a través de donaciones o simplemente compartiendo nuestro mensaje. Juntos podemos hacer del mundo un lugar más amable para nuestros amigos peludos”, concluye, con voz esperanzadora.