Las Tunas.- La noticia de que el central Colombia se encuentra totalmente listo para reiniciar la producción de meladura deviene incentivo para un municipio envuelto en la vorágine de acciones con vistas a celebrar el Acto Provincial por el 26 de Julio.
Desde que en la zafra 2022-2023 los trabajadores de la referida industria permutaron la producción de azúcar por la de meladura, se produjo un compás de espera -no molieron el año pasado- que pudiera terminar dentro de unos días, cuando vuelvan a fabricarla, si es que la situación energética del país lo permite.
"Todo está dispuesto. Solo esperamos por la orden para poner en marcha las operaciones de corte, alza y transportación de poco más de 22 mil toneladas de caña, incluyendo unas 10 mil del municipio de Amancio", enfatiza Diovanis Ferrer Arjona, director de la empresa Colombia.
Durante los últimos días, el foco del esfuerzo se ha desplazado de la industria al campo, hacia los frentes que garantizan la recolección y trasiego de la materia prima -pelotones de combinadas y transporte automotor y ferroviario- y tareas impostergables de la agricultura, como la siembra de la gramínea y la producción de alimento.
Pero el elemento esencial de todo ese empeño sigue siendo la producción de meladura, en cuyo resultado descansa la salud financiera de la empresa. Tan es así que, de concretarse el plan previsto de dos mil 300 toneladas para la cercana zafra, entonces la entidad ingresaría a sus arcas 70 millones de pesos.
Ese aporte, más los créditos bancarios por concepto de fábrica paralizada -no arrancó el año anterior debido a la falta de aceite para los turbos-, el cobro por equipos arrendados a la empresa azucarera Antonio Guiteras, la reducción de gasto, la entrada de dinero provenientes del centro de elaboración de alimentos y otros derivados de la caña hacen que la entidad disfrute de aceptable salud financiera.
Justifica ese criterio el hecho mismo de poder llevar adelante, en medio de la crisis cañera que afronta la localidad, labores relacionadas con la recuperación de la gramínea, el fomento de cultivos varios, la crianza de animales, así como pagar deudas a los productores y preservar la fuerza laboral, sobre todo, la industrial.
"Por supuesto -puntualizó Diovanis-, nos falta un mundo por hacer y no se puede esperar avances rápido, principalmente en la producción de caña. Lo importante es que se trabaja con la intención de ir consolidando cada paso hacia adelante y, en lo inmediato, para hacer una modesta contribución al empeño colectivo del municipio de ser una digna sede de las celebraciones por el 26 de Julio".