encuentroGerardo RogerEMastrapa

Las Tunas.- Es apasionado sin límites y nunca dice NO a la tarea más compleja. Lo demostró durante más de 30 años como cuadro profesional de los Comités de Defensa de la Revolución, de ellos 19 de coordinador de esta organización en Las Tunas, donde marcó e hizo historia su iniciativa de crear el movimiento de autoconsumo familiar. Su idea y sus resultados lograron buenas cosechas a lo largo y ancho del país.

Mucho tiempo corrió desde entonces, y hoy, Róger Enrique Mastrapa Pérez no esconde sus emociones en ese abrazo que recibió de Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, uno de Los Cinco (como lo identifica popularmente el pueblo) y quien asume de vicecoordinador nacional en esa familia enorme que son los CDR.  “Él se interesó por conocer nuestra experiencia y yo le pude hablar de ella, algo que también Gerardo está promoviendo”, dice, y a sus ojos vuelve el brillo optimista de antaño.

Años de retos como aquellos. No hay utopías cuando sus manos tocan el sombrero y mira el patio: “Ahora no se trata de estar observando para la tienda o la carnicería para ver qué llegó. Hay que mirar primero para el contorno, qué tengo en la casa, qué puedo sembrar, criar, y no ser espectadores, sino productores”.

Los recuerdos lo alumbran todo. El levantamiento de los patios, azoteas, guardarrayas periféricas de la ciudad, el desmonte de marabú en los municipios, el traslado de tierra vegetal donde hiciera falta.  Mucha voluntad, trabajo fuerte, control y esfuerzo para cumplir la meta y paliar las necesidades alimentarias del pueblo en años de Período Especial. Para Mastrapa esto es ahora vital. No dejar las cosas en las metas. “Este movimiento requiere potenciarse más que nunca, por lo que ello significa”, destaca. Y puntualiza en la situación que tenemos con la pandemia, el reforzamiento del bloqueo y la crisis mundial como agravantes, y a la vez, fuerza motriz de asumir en la provincia el renacer del autoconsumo familiar.encuentroGerardo RogerEMastrapa 2 

CONSTANTES DESVELOS

Pocos le llaman Róger a este revolucionario de cepa, a quien ni los años ni las dolencias le palidecen los deseos de mantenerse activo y colaborar con la organización de masas a la que entregó su juventud y los mayores desvelos. Para él, la visita por estos meses de los principales líderes de los CDR son valiosos estímulos, en ese afán interminable de rescatar el autoconsumo familiar y ver los patios con conejos, gallinas criollas, patos y pavos para mejorar el nivel de proteínas en las mesas de sus cederistas.

Mientras cuenta los éxitos obtenidos por los tuneros, recuerda el apoyo permanente de quien fuera el primer secretario del Partido entonces, el ya fallecido Alfredo Jordán Morales. “Estaba muy comprometido –dice– y era un promotor también de este plan. Llegamos a producir sagú y espinaca; y logramos fomentar peceras para la cría de alevines. Demostramos que el autoconsumo sí puede tener resultados y es una garantía para la familia”.

Poner al Líder eterno de la Revolución Cubana como el principal creador de cada tarea que lleve al mejoramiento de la calidad de vida de las personas es, en Mastrapa, un acto de fe. “Esto de producir alimentos es una tarea clave para la defensa de la Revolución, y Fidel creó a los CDR para eso, para defender la Revolución”, resalta.

Sus ojos corren sobre el espacio de la memoria y lo imaginamos allí, con su tabaco y su sombrero, en medio de las parcelas de arroz que se cosecharon en el municipio de Jesús Menéndez. “Esto hay que rescatarlo, porque es un alimento básico en la dieta de los tuneros. Es el momento más importante de potenciar estas ideas, en las zonas rurales y urbanas. Creo que es el mejor regalo al aniversario 60 de los CDR.

“Mi experiencia de 30 años en las filas de la organización me dice que la convocatoria es fundamental para cosechar productos y logros, y falta convocatoria, porque el pueblo es revolucionario y responde. Hay que sumar a los cederistas. Este 28 de septiembre puede ser muy diferente. Junto con las donaciones de sangre, el enfrentamiento a lo mal hecho, el ahorro de electricidad y conservar la higiene en todos los contextos, la alimentación es prioridad”, resalta y un azulado humo sale de su habano.

                                                                                     LA PRUEBA ESTÁ AQUÍ

No son pasiones ni sueños los que envuelven el diálogo con este hombre bueno. En su patio están las pruebas de lo que habla, igual que en la historia de Las Tunas, territorio Referencia Nacional en las apretadas y complejas situaciones de la década de los años 90 del pasado siglo. Desde entonces, el Plan Manatí y su homólogo Plan Turquino, junto con el autoconsumo familiar, vuelan con huellas.

Y esas, para alegría de los tuneros, siempre llegan a este Balcón del Oriente cubano y agitan el alma a su promotor: Róger Enrique Mastrapa Pérez. No creo que por casualidad cante ahora mismo un elegante gallo en su patio. Sucede cuando ideas y obras hacen reinos en las manos.

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