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Entre el 2019 y el primer semestre del 2024, Cuba tuvo una pérdida superior a cuatro mil millones de dólares en los ingresos externos, lo cual obligó a tomar, sin dilación, medidas urgentes, advirtió en esta capital el doctor en Ciencias Económicas, José Luis Rodríguez, en un artículo titulado Evaluación de la economía internacional y su impacto en Cuba.

Tal valoración figura en los resúmenes con cierre de junio último elaborados por expertos y especialistas del Centro de Estudios de la Economía Mundial (CIEM), sobre el comportamiento y tendencias de la economía a nivel global, por regiones y naciones desarrolladas y subdesarrolladas, y del comercio y las principales cadenas de valor.

Sin dejar de reconocer las insuficiencias internas, el académico menciona entre los factores externos que han incidido en la evolución económica del país, en primer lugar, el bloqueo estadounidense, que sigue siendo el obstáculo fundamental para nuestro desarrollo y se mantiene sin cambios sustanciales, con un efecto negativo acumulado, hasta febrero del 2023, de 159 mil 84 millones de dólares.

En su artículo Rodríguez ofrece cifras que reflejan también tendencias mayormente desfavorables para el sector externo cubano, incluyendo el impacto negativo de la guerra en Ucrania y más recientemente los efectos de la agresión de Israel contra el pueblo de Palestina y sus repercusiones en la zona del Medio Oriente y el resto del mundo, especialmente, en las cadenas globales de valor.

Recuerda que debido a la compleja situación enfrentada, el pasado año la economía de la Mayor de Las Antillas sufrió un importante retroceso al decrecer el PIB -1,9 por ciento- una evolución que puso de manifiesto la presencia de factores externos negativos y también las consecuencias de errores internos en su conducción.

No obstante, según estimados internacionales, para el 2023 y el 2024 se suponían desempeños mejores, con crecimientos de entre dos y tres por cientos señala el doctor en Ciencias Económicas al ofrecer un análisis preliminar de la economía cubana hasta el primer semestre del 2024, así como las perspectivas para el cierre de este año.

Explica que hasta el 2023 disminuyeron los ingresos externos en más de tres mil millones de dólares en relación al 2019, manteniéndose un déficit financiero -actualmente de más de cuatro mil millones, lo que obliga a trabajar en medio de un sostenido esfuerzo y en condiciones de emergencia calificadas como muy negativas.

Transcurrido el primer semestre y tomando en cuenta que en ese período el plan de importaciones solo se cumplió al 58 por ciento y su volumen cayó un 22, no parece posible que crezca el PIB un dos en el 2024, tal y como se había planificado, opina el también asesor del CIEM.

En su extenso artículo alude al comportamiento en la inversión extranjera directa, las remesas, el pago de los servicios de la deuda externa, las medidas de política económica interna, las inversiones y los descensos continuados en sectores clave como la producción de alimentos y del azúcar.

También abunda en las limitaciones con el combustible que ha padecido Cuba este año y su impacto en la situación energética, las dificultades con la atención a problemas sociales, el déficit fiscal y la inflación. Finalmente se refiere a las proyecciones del Gobierno para corregir distorsiones y reanimar la economía.

Considera estas como un paso en la dirección correcta y que marcan un punto de ruptura en relación con el tratamiento sectorial de los problemas de la economía, que se ha venido materializando en un listado de medidas que ha adolecido -en la mayoría de los casos- de falta de integralidad, coherencia y una secuencia adecuada.

Se abre así, subraya el articulista, un proceso de transformaciones indispensables para hacer frente a la muy adversa coyuntura que el país viene enfrentando y que supone decisiones audaces y rápidas, siempre valorando los riesgos que se enfrentan y el necesario equilibrio entre costos y beneficios que implican los cambios que se proponen.

En este sentido, advierte quien décadas atrás fue ministro de Economía y Planificación, no debemos olvidar las enseñanzas del Período Especial y -especialmente- las ideas del Comandante en Jefe para la introducción de medidas de alta complejidad que requieren del consenso de la población, con el objetivo de que puedan tener el éxito que necesitamos.

Las indicaciones del primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dice el académico, han sido igualmente claras y precisas en este sentido al expresar: "Estamos conscientes de la gravedad de la situación económica y de que es preciso actuar. Mala, muy mala noticia sería quedarnos paralizados o insistir en seguir una ruta que ha demostrado ser impracticable por insostenible".

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