Caracas.- El testimonio de un testigo militar refuerza hoy las denuncias de Venezuela sobre los nexos de las autoridades de Colombia con la frustrada agresión mercenaria de mayo de 2020, denominada Operación Gedeón.
De acuerdo con declaraciones del teniente de la Fuerza Armada Colombiana Juan Daniel Giraldo Trujillo, el Gobierno de ese país sabía de los preparativos en su territorio de un plan de ataque militar contra objetivos venezolanos.
El relato testimonial salió a la luz en un reportaje realizado por Noticias Uno Colombia, en el cual el efectivo castrense reveló su participación en la captura de uno de los desertores que intervendrían el 3 de mayo en la incursión paramilitar dirigida a perpetrar magnicidio y golpe de Estado en Venezuela.
Un día antes de la fecha prevista para la operación mercenaria, componentes militares colombianos detuvieron a Jimmy Montesinos con más de 30 celulares y otros elementos de guerra y logísticos, que confesó serían empleados en el plan.
A pesar de las evidencias, las autoridades colombianas declararon entonces como ilegales tanto la captura como las confesiones de Montesinos, quien fue dejado en libertad, reseñó Venezolana de Televisión.
En enero último, el testimonio de una de las implicadas en la fase organizativa de la Operación Gedeón, la venezolana Yacsy Alejandra Álvarez, reveló las implicaciones de los servicios de inteligencia de Colombia en la fallida conspiración.
Álvarez resultó detenida en septiembre de 2020 en la ciudad de Barranquilla, y desde su lugar de reclusión reveló a Noticias Caracol detalles de sus contactos sistemáticos con la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), la cual 'tenía claro la Operación Gedeón'.
La detenida identificó a un funcionario nombrado Franklin Sánchez como el agente de la DNI responsabilizado de darle indicaciones para cuidar su seguridad durante el período de entrenamiento de los mercenarios en varios campamentos ubicados en la localidad de Riohacha.
Aseguró que la conexión con la inteligencia colombiana fue 'constante y cercana' con ella y el general desertor venezolano Cliver Alcalá, quien confesara públicamente su participación en los planes conspirativos, antes de entregarse a la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos.
De acuerdo con evidencias aportadas por el Gobierno de Venezuela, incluidos testimonios de mercenarios estadounidenses capturados durante los hechos, la incursión paramilitar gestada en Colombia contó con la organización y ejecución de la compañía de seguridad estadounidense Silvercorp.
Propiedad del veterano de fuerzas especiales Jordan Goudreau, vinculado a la administración de Donald Trump, Silvercorp asumió los preparativos de la agresión, y jugaría además un rol fundamental en el escenario posterior a la operación.
Los términos de la incursión terrorista y las responsabilidades de las partes involucradas en el proyecto belicista quedaron plasmados en un contrato firmado por Goudreau y personeros del extremismo opositor venezolano, encabezado por el otrora diputado Juan Guaidó.
El acuerdo contemplaba en primer lugar la eliminación física del mandatario Nicolás Maduro y otros miembros del alto mando político-militar de la nación, como parte de un plan mayor dirigido a la ocupación militar prolongada del país a manos de un ejército privado.
En octubre de 2020, el propio Goudreau reveló vínculos de funcionarios cercanos al Gobierno de Estados Unidos con la Operación Gedeón contra Venezuela, al aportar datos de sus contactos con funcionarios de la administración Trump que impulsaron el proyecto.