Las Tunas.- La atención multidisciplinaria y la capacitación constante del personal médico y pedagógico caracteriza el trabajo de la escuela especial Ramón Téllez Peña, de Las Tunas, en la que 157 estudiantes reciben una atención personalizada y la garantía de uno de los derechos humanos más elementales: la educación.
Maira Calzadilla Noa, directora del centro, declaró que el recinto acoge a niños desde la etapa de la primera infancia hasta el sexto grado, con diferentes discapacidades sensoriales, auditivas y visuales.
Un colectivo de 145 trabajadores, 94 de ellos docentes, ofrecen atención permanente, la cual se distingue entre otros especialistas, por el desempeño de los intérpretes de Lengua de Señas, logopedas o terapistas del lenguaje, sicopedagogos y maestros de apoyo para el asesoramiento.
Tal desempeño recibe el respaldo de las direcciones de Educación y Salud Pública y se complementa con una consulta de Oftalmología y la labor de una estimuladora visual, así como revisiones estomatológicas periódicas y el trabajo de los profesores de taller que adiestran a los educandos para, si es el caso, desarrollar un oficio en el futuro.
Esta labor de infinito amor también se consolida con el trabajo de las auxiliares de servicio general, quienes asisten a los alumnos en actividades de la vida diaria como la alimentación, el baño, el juego y el tiempo de ocio que desarrollan como parte de la convivencia en el centro, al permanecer allí de manera permanente y lejos de su hogar.
Todo este quehacer se desarrolla a contrapelo del bloqueo económico-comercial y financiero que limita la adquisición de medios imprescindibles como las máquinas Braille, elementales para el aprendizaje de la lectura en niños ciegos o de baja visión y perjudica, además, el acceso a herramientas de instrucción para sordos e hipoacúsicos.
Maira Calzadilla Noa subraya que los maestros y el personal de servicio trabajan con infinito amor y compromiso, con el objetivo supremo de lograr la inclusión de los alumnos a la sociedad.