Las Tunas.- La sala Caracol de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en el territorio acogió el cierre de la Jornada Flores del Alma con el taller de apreciación La pasión por la poesía. Cuestiones generales de la métrica.
La escritora camagüeyana Mariela Pérez Castro, especialista a cargo del espacio, comentó: "Es la primera vez que participo en esta jornada y la encuentro relevante por el hecho de confluir poetas de distintas generaciones, de distintas formas de hacer poesía, de diversos sitios geográficos. En estos tiempos es muy importante escuchar voces plurales y si no sabemos qué está haciendo el resto nos perdemos parte de esa práctica, nos encapsulamos sin salir a lo más amplio. Es muy importante que los poetas nos veamos, nos juntemos y nos abracemos con poesía".
Respecto al curso de métrica refirió la necesidad de conocerla para mantener saludable esta disciplina. "Hoy por hoy la métrica viene siendo una de las olvidadas por los más jóvenes, además del poco conocimiento sobre el acervo de los tipos estróficos de nuestra lengua, pero para poder llegar a este hay que pasar primero por toda una serie de leyes, de prácticas que, incluso para escribir un verso libre, son extremadamente necesarias, tales como la rima, la acentuación, los picmétricos, etcétera.
"En realidad es un curso que se compone de 49 conferencias y clases prácticas, pero por cuestiones de tiempo he necesitado comprimirlo en dos frecuencias y, por supuesto, muchas cosas se han dicho, pero muchas también quedarán sin decir".
Para concluir, la escritora camagüeyana confesó a 26 lo placentero que resultó participar en esta fiesta de los poetas y sus deseos de volver el próximo año. "Me he sentido en el mejor de los mundos y con muchas esperanzas de que la poesía vive y está allí, y que no morirá por el momento, a pesar de que intenten matárnosla a punta de reguetón y trap".
Flores del Alma honra el 163 aniversario del libro de igual nombre, el primero publicado en Las Tunas, y la memoria de su autor, Manuel Agustín Nápoles Fajardo (Sanlope), hermano de El Cucalambé.